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Eustaquio Buelna Liberal Republicano, Ante el Olvido y la Indiferencia Oficial

Por domingo 9 de junio de 2013 Sin Comentarios

Por Teodoso Navidad Salazar*

Eustaquio-Buelna1Corrían las tres primeras décadas del siglo XIX. Después de múltiples vicisitudes Sonora y Sinaloa, iniciaron su vida como entidades libres y soberanas de la Unión.1 Eran los años del auge minero en la zona serrana de Mocorito. La huella del quehacer religioso y económico jesuita aún estaba (y está) presente en aquella villa, antigua misión de San Miguel de Mocorito, fundada por el Padre Juan Velasco.

Nueve años después de consumada la Independencia de Nueva España, Eustaquio Buelna Pérez, nace en Mocorito, el 22 de septiembre de 1830; el mismo año, pero en Oaxaca, nacía Porfirio Díaz. Los padres de Eustaquio, fueron Miguel Buelna y Estéfana Pérez, emparentados con el Dr. Basilio Pérez, quien influyó para que el jovencito Buelna ingresara al Seminario Conciliar de Sonora; tiempo después y gracias a sus buenas calificaciones recibiría su tituló de abogado por la Escuela de Jurisprudencia en la ciudad de Guadalajara, donde se afilió a grupos de masones de clara tendencia liberal. Concluidos sus estudios en la Perla Tapatía, Buelna se estableció en la ciudad de Culiacán con el objeto de ejercer su profesión; en la capital sinaloense tuvo feliz encuentro con Ignacio Ramírez (El Nigromante) y José Perfecto Mateos, que como él habían abrazado los principios liberales. Buelna se dedicó a lo suyo, pero siguió de cerca los pasos de El Nigromante, que había sido nombrado secretario de Gobierno del coronel Francisco de la Vega, en efímero paso como gobernador de Sinaloa.

Sus ideas liberales.

Al darse a conocer el Plan de Ayutla, en 1854, Buelna es nombrado Prefecto, por un grupo de habitantes de Culiacán, cargo que ejerció durante solo tres días, ya que José Iguanzo, prefecto y comandante militar, lo apresó, pues ya conocía la formación liberal del Lic. Buelna; la actitud de este personaje al igual o más recalcitrante que Santana, fueron fermentos que dieron pie al levantamiento armado de Placido Vega, quien apoyado por el gobernador de Sonora, Ignacio Pesqueira, asumiría la jefatura del gobierno de Sinaloa, poniendo fin al gobierno de corte conservador. Buelna simpatizó de inmediato con el movimiento y fue diputado al Congreso de la Unión. Para 1861, fue secretario de gobierno del estado; pero cuando la diputación local nombró gobernador sustituto a Buelna, para que en caso de emergencia cubriera la ausencia del gobernador Vega, éste no estuvo de acuerdo, convirtiéndose en enemigos, por lo que Eustaquio se retiró, aparentemente, a la vida privada. No fue hasta la restauración de la república, cuando la historia lo ubica como Juez de Distrito, responsabilidad que abandona para enfrentarse a Domingo Rubí en la disputa por la gubernatura de Sinaloa. Después de serias dificultades entre los contendientes la legislatura local determinó otorgar el fallo a Domingo Rubí. Más tarde Buelna sería diputado local, desde donde logró enmiendas a la Constitución local en 1870.

Buelna volvió a contender por la gubernatura, esta vez en contra del general Manuel Márquez de León, apoyado por la corriente de Porfirio Díaz. Pero Eustaquio Buelna se alzó con el triunfo que obtuvo dos a uno. Hubo por supuesto oposición de algunos militares como Francisco Cañedo que traicionó a Buelna, pues había prometido fidelidad a su candidatura, pero al no acceder Buelna al chantaje, Cañedo se pronunció en su contra, en el pueblo de Imala; lo mismo hizo Eulogio Parra. Ya en el gobierno Buelna enfrentó la sublevación que simpatizaba con el Plan de La Noria y solicitó ayuda al gobernador de Sonora, Ignacio Pesqueira. Fueron meses de incertidumbre par don Eustaquio. Para 1872, muerto Juárez y con Porfirio Díaz, como un héroe popular, fueron días difíciles para el país; Sinaloa no fue excepción. Las ambiciones de poder y la intriga entre uno y otro bando, sumado la actitud de los comerciantes de Mazatlán mantuvieron en vilo la estabilidad política y social; dado este estado de cosas Eustaquio Buelna entró y salió del poder dejando encargados a distintos personajes. Su vida política transcurrió entre muchas angustias; renunció por dignidad el 10 de mayo de 1875, dos años antes de que don Porfirio Díaz tomara las riendas del poder.

Eustaquio-Buelna2Nakayama en su obra2, afirma que…revoluciones, motines y ambiciones de políticos y jefes militares impidieron que Buelna llevara a cabo una obra gubernamental más amplia, pues en los cuatro años de su periodo constitucional apenas y escasamente gobernó dos.

Más adelante señala el historiador Antonio Nakayama… que la instrucción popular fue uno de sus objetivos, dándole bases para extenderse y generalizarse. Creó instituciones de educación superior, ya que en 1873, abrió en Mazatlán el Liceo Rosales. En el ramo de justicia adoptó los Códigos del Distrito Federal y expidió algunos de los reglamentos más indispensables. Visitó los distritos, y al dejar su gobierno el nuevo gobernador encontró la hacienda pública en vía de orden, arreglo y abundancia.

Sus mejores batallas

Nakayama Arce,3anota que las mejores batallas de Eustaquio Buelna Pérez, las libró en su cuarto de estudios… es el héroe civil, el hombre de la calle que encontramos diariamente sin poses ni relumbrones…Por su parte el escritor Amando González Dávila4, señala que…don Eustaquio Buelna, murió ante el olvido oficial y la indiferencia general del pueblo, a pesar de los meritorios trabajos que realizó a favor del estado…

Hay que destacar que efectivamente el mocoritense, en las etapas menos turbulentas, se dedicó a la investigación; de tal manera que gracias a su disciplina en el trabajo académico e intelectual se dio el tiempo para publicar las siguientes obras: Apuntes para la historia de la guerra de Independencia francesa, en Sinaloa; Breves apuntes para la historia de Sinaloa; Compendio histórico, geográfico y estadístico de Sinaloa; Peregrinación de los aztecas y nombres geográficos indígenas de Sinaloa. Es necesario reconocer que gracias a sus esfuerzos se reimprimió el libro Arte de la lengua cahita.5 El destacado historiador también se dio tiempo para organizar la publicación Luces del Otomí; La Atlántida y la última Tule; así como La Constitución de la atmósfera leyes que rigen la densidad, pesos, altitud, y temperatura del aire. Tal vez la publicación sobre su paisana Agustina Ramírez, haya sido su último trabajo literario.

Finalmente creo indispensable refrescar estos datos sobre la vida de un liberal que legó su rico trabajo de investigación, para que otros estudiosos lo retomaran para bien de la historiografía sinaloense. Importante este recordatorio para que las nuevas generaciones lo recuerden, no solamente como el precursor de la hoy Universidad Autónoma de Sinaloa, sino también por su aportación a la república y a la historia de nuestra entidad.

*La promesa, Eldorado, Sinaloa, junio de 2013.

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