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BEETHOVEN A TRAVÉS DE SUS SINFONÍAS PRIMER MOVIMIENTO: ALLEGRO MA NON TROPPO, UN POCO MAESTOSO

Por martes 15 de diciembre de 2020 Sin Comentarios

CRISTIAN SALVADOR ISLAS MIRANDA

Monumento a Beethoven en la Mûnsterplatz, Bonn, Alemania.

Apunto de concluir este histórico e inédito año 2020, digo inédito por todo lo que se vivió como resultado del confinamiento derivado de la presencia mundial del incontrolable coronavirus (COVID-19), que en parte ha dejado como resultado que se hayan bajado cientos de telones de manera temporal o definitiva, ante un confinamiento obligado derivado del cese de actividades artísticas de cualquier índole para evitar conglomeraciones en los teatros, salones, galerías o espacios públicos y de esta manera disminuir los contagios en constante ascenso. Ante ese escenario, se festejan los 250 años del nacimiento de Beethoven por lo que iba a ser el festejo más grande del mundo se tornó en un modesto festejo a manera de homenajes aislados vía streaming en Facebook o YouTube, teniendo como obertura el festival realizado en Bonn, a finales del 2019, en donde estaba contemplado “alrededor de mil conciertos, representaciones de ópera, exposiciones y conferencias” con un presupuesto de 42 millones de euros, sin lugar a dudas esto vaticinaba un sin fin de recitales en donde se interpretaría toda la música creada por aquella indómita alma llamada Ludwig Van Beethoven.

Es así que a través del presente texto dividido en dos movimientos (partes), celebraremos su producción musical mediante un recorrido por sus nueve sinfonías a manera de apreciación estilística e histórica, iniciando con una rápida ojeada biográfica para conocer los antecedentes del genio compositor alemán.

Beethoven fue recibido por los gélidos brazos del destino un 16 de diciembre del año 1770, dándolela bienvenida en una humilde buhardilla en la ciudad de Bonn, ubicada al oeste de Alemania. Fue hijo del cantante Johann van Beethoven y de su esposa María Magdalena, ambos originarios de Flandes, quienes provenían de familia de campesinos; sin embargo el abuelo paterno, fue quien portó la vena musical en la sangre al ser Kapellmeister al servicio de la corte, puesto de gran prestigio en su época.

Desde que Beethoven manifestó facilidad para la música a los cuatro años, el interés de su padre fue la de convertirlo, con fines de explotación económica, en el siguiente Mozart, famoso en aquella época por las hazañas “circenses” que realizaba en sus giras por los palacios burgueses, al lado de su hermana y su padre, Leopoldo Mozart, en donde lo ponía a improvisar melodías en el violín o pequeñas composiciones en el clavicordio.

La principal influencia en su formación musical la tuvo a los diez años con Christian Gottilieb Neefe, su principal tutor creativo que le abrió las puertas para que consiguiera su primer empleo como organista. También a Neefe se le atribuye el texto publicado en el Cramer Magazine en 1783, en donde anunciaba: “Louis van Beethoven, muchacho de once años y de un talento prometedor. Toca muy hábilmente y con fuerza el clave, lee muy bien a primera vista…Este joven genio merece ayuda para poder viajar. Ciertamente, se convertirá en un segundo Wolfgang Amadeus Mozart si continúa como empezó”.

Exposición al aire libre de 80 estatuas de tamaño reducido en Moscú, Rusia como homenaje al compositor por su 250 aniversario. Las obras fueron creadas por el escultor alemán OttmarHoerl. Fuente: Platea Magazine. Fecha: 8 de octubre de 2020.

Esa publicación premonitoria generó el encuentro entre Beethoven y Mozart en1787 en Viena, pero sin los resultados que se podrían esperar, porque las lecciones fueron interrumpidas, primero, por el regreso de Beethoven a su pueblo al recibir la fatídica noticia del deplorable estado de salud de su madre y, segundo, por la repentina muerte de Mozart en 1791. Aunque al año siguiente Joseph Haydn, maestro y amigo del mismo Wolfgang, le abrió las puertas para recibirlo como un nuevo pupilo y más adelante lo harían Albrechtsberger y Antonio Salieri. Dando a conocer sus primeras composiciones, por lo que los musicólogos denominan esta fase como etapa de Juventud y Formación (1770-1790).

Viena fue el lugar en donde se escucharon los acordes de su Primera Sinfonía en Do Mayor, Op. 21, con una especial dedicatoria al barón Gottfied van Swieten. El estreno se llevó a cabo el 2 de abril de 1800 en el Burgtheateren un evento organizado por el joven Beethoven con un programa musical organizado de la siguiente manera:

1. Una sinfonía de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791).

2.Un aria del oratorio La creación de Franz Joseph Haydn (1732-1809).

3.Un concierto para piano de Beethoven, con el compositor como solista.

4.Un septeto para cuerdas y alientos de Beethoven, dedicado a la emperatriz.

5.Un dueto de La creación de Haydn.

6.Una improvisación pianística de Beethoven sobre el himno Emperador de Haydn.

7.Una sinfonía de Beethoven para gran orquesta.

La Sinfonía en Do Mayor está estructurada en cuatro movimientos:

•Adagio molto-Allegro con brio

•Andante cantabile con moto

•Menuetto

•Adagio-Allegro molto

Esta obra pertenece a su primera etapa vienesa (1792- 1802), en donde su lenguaje musical se desarrolla apegada a la tradición estilística del periodo Clásico en donde Salieri, Haydn y Mozart, eran los principales referentes, sin embargo, a la usanza beethoviana, se empezaron a deslumbrar pequeños atisbos de rebelión en el formato como lo fue el manejo de las maderas de la orquesta, dándole mayor protagonismo y la resolución armónica en ciertos pasajes, sobre todo en la introducción donde inicia con un acorde de séptima. El elemento más novedoso se observó en el tercer movimiento, que de acuerdo con Sir George Grove, “el compositor abandona los parámetros galantes y cortesanos del minueto para crear un verdadero scherzo que, en adelante, habrá de ser elemento indispensable en el esquema formal de la sinfonía clásica y romántica” (Grove citado en Música en México).

Entramos a la tercera fase creativa (1802-1816). En este parte la sordera de Beethoven se empieza a manifestar, generando angustia y temor en el compositor, forjando el carácter temperamental, como se puede leer en el Testamento de Heiligenstadt (1802): “¡Oh hombres, que me creen hostil, terco o misántropo, qué injustos sois conmigo! No sabéis la causa oculta de los que así os parece”.

La Segunda Sinfonía en Re mayor, Op. 36, fue estrenada un 5 de abril de 1803 en el Theateran der Wien en Viena, pero antes, daremos un breve receso para continuar en el siguiente número con la segunda parte de la presente historia.

Continuará…

* Profesor Investigador del Instituto Tecnológico de Sonora
(Unidad Obregón). Departamento de Sociocultural
cristian.islas@itson.edu.mx

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