Nacional

Cuatro veces Venecia… Verdi

Por domingo 5 de febrero de 2012 Sin Comentarios

Por Alberto Ángel El Cuervo*

Venecia, no obstante el frío, comienza a recibir turistas que buscan por un momento la emoción de su magia… Vamos camino al “Florian”, la afamada cafetería que sin ser paso obligado del turismo cotidiano, es parte importantísima de la historia y cultura venecianas… En esa cafetería, antiguamente, se recibía solamente a los connacionales. Los extranjeros eran mal vistos. Por supuesto, en la actualidad eso ya no sucede, al contrario, el trato es por demás gentil. Ahí asistía consuetudinariamente el célebre Giusseppe Verdi… Piazza San Polo… Callecitas bellas llenas de misterio… Canales que aún no se visten de viajeros y sus cámaras en la infaltable góndola… Y de pronto, saliendo de uno de los bellos callejones de Venecia, asomamos al “Canal Grande”… Majestuoso, el Ponte di Rialto… El puente más antiguo de la ciudad de las islas… Pasamos por la parte de en medio, para evitar a los turistas, que por miles se detienen a tomar la infaltable foto sobre el puente veneciano por antonomasia… En ambos lados del puente, un corredor de pequeñas tiendas de recuerdos. Por fin, entre bromas y datos curiosos que Venecia nos obsequia por medio de Darío, llegamos a “Piazza San Marco”… En español le llaman Plaza de San Marcos…

—Bueno, maestro, ahora vamos a buscar el Florián… No lo conozco…

—Está a uno de los lados de la plaza, Darío… Y en frente, está el “Lavena” que era la competencia en el café y la música porque ahí llegaba Wagner… Yo te guío jajajaja…

Y emitiendo un mexicanísimo: “Ya me chingó”, Darío da a entender que en su ciudad natal, yo estaba más enterado que él de esos datos… Si se sitúan con la basílica a su espalda, tendrán que en los portales, después de la torre, al lado izquierdo está el café donde llegaba Verdi… Y casi en frente, en los portales del lado derecho, bajo el reloj está el Lavena, donde Wagner escribió muchas obras… No hay gente casi dentro del Florian… De inmediato, pedimos se nos ubique cerca de donde Verdi se sentaba… El lugar es un verdadero viaje en el tiempo… La decoración, original en la mayor parte, es como sumergirse en una película de época… La manera en que sirven el café, los pastelillos… ¿Cómo sería cada día de Verdi en el Florian…? ¿Cuáles obras habrán sido escritas o cuando menos cobrado forma aquí…? Verdi fue un autor de gran importancia en la ópera mundial… Prolífico, con 28 óperas y cerca de 50 obras no operísticas… Sus obras, gracias a su calidad, han gozado de enorme fama y siguen hasta la actualidad… Para un tenor, cantar a Verdi es cumplir un sueño… Nunca olvidaré cuando logré montar mi primer “aria”… Se trata de “E Lucevan L’Estelle” de la Ópera Tosca, de Verdi, por supuesto… Lo más difícil fue cantarla completa sin que el llanto de la emoción quebrara la voz… Giuseppe Verdi, nacido el 10 de octubre de 1813… Y aquí, donde estoy sentado ahora, estuvo él, escribiendo tal vez algo que siglos después yo tendría la fortuna de cantar… Es como un puente mágico en el tiempo… Como los puentes de Venecia… Justo así fue considerado Verdi, como un puente que une dos épocas de gran trascendencia en la ópera, el llamado “Bel Canto” de Rossini y Donizetti y el “Verismo” dado en las obras de Puccini y Leoncavallo, entre otros. La escuela “belcantista”, defiende el canto de “gran legatto” una nota se liga suavemente con la otra al cantar… También exalta virtuosismos como el “trino” y la “coloratura” en registros muy agudos sobre todo en la voz femenina. El “Verismo”, lucha por llevar a la ópera personajes reales y son acusados en un principio, de enturbiar la ópera por la falta de virtuosismo… Verdi, cubre en su creatividad, gran parte de ambas corrientes… Romántico por excelencia, logra permanecer en la memoria universal con su tríptico operístico conformado por: Rigolletto, La Traviata e Il Trovatore… Quién no ha tarareado alguna vez incluso sin saber que se trata de un aria de ópera, “La Donna È Móbile”… Con esta afamada aria se ha tenido incluso hasta el sacrílego atrevimiento de convertir en comercial cantado la inspiración de Giuseppe Verdi… Desde la silla del Florian, puede verse la Piazza San Marco y al otro lado, el Levana… ¿Cuántas ocasiones se habrán encontrado Verdi y Wagner al dirigirse a sus respectivos acostumbrados lugares…? Giuseppe Fortunino Francesco Verdi, fue organista de su pueblo natal “La Roncole” y fue rechazado del Conservatorio de Milán… “¡Vergoña…!” dirían los italianos… El manejo del arte en el mundo ha cometido y seguirá cometiendo actos vergonzosos como ese toda la vida… Y cuando el Conservatorio de Milán, siendo Verdi ya afamadísimo compositor, quiso ponerle a la institución que lo había rechazado el nombre de Verdi a manera de homenaje, el maestro contestó: “No me quisieron de joven… No sé por qué me quieren de viejo…” y se negó. No obstante, en la actualidad esa misma institución educativa que lo rechazara, lleva el nombre de Giuseppe Verdi… En México, se ha cantado mucho al enorme autor italiano. Me atrevería a decir que difícilmente hay una temporada de ópera en Bellas Artes donde no se cante a Verdi…

— ¡maestro Corvo… Qué cosa fai..! Te quedaste hipnotizado de repente… Ritorna Corvo, dove stai… jajajajajaja

—Sí, es cierto jajajaja… Pensaba muchas cosas en torno a Verdi… Recordaba una ocasión cuanto cantaba el “Brindis” de “La Traviata”… Se supone que esa ópera fue escrita en parte aquí en el Florian de Venecia… El caso es que en pleno escenario olvidé de pronto la letra del aria… La angustia no hizo más que aumentar la laguna mental y después de decir mil barbaridades que sonaran a italiano, la soprano, mi querida y admirada amiga Alicia Cascante que cantaba el papel de Violetta, se acercó a mí recordándome el texto y pude salir del paso… En la desazón fuera de escena, el barítono me dijo: No te preocupes, maestro, no se notó, pero afuera hay un tal Verdi que te trae una demanda autoral jajajaja…

—¡Qué terrible…! ¿Cómo pudiste olvidar de pronto el aria…?

—Bueno, así pasa… Nunca puedes saber cómo va a estar la función… Lo que sí puedo asegurarte, es que si Alberto fue Vivaldi o no, yo ¡Con toda seguridad no fui Verdi jajajajaja!

Y salimos de ahí para dirigirnos al Lavena y continuar con la magia de todos los secretos de Venecia.

*Cantante, compositor y escritor.

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