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La cofradía de San Vicente de Paúl en Mocorito

Por domingo 5 de febrero de 2012 Un comentario

Por Juan Salvador Avilés Ochoa*

La cofradía de San Vicente de Paúl surgió en mayo de 1833 en París, a iniciativa de un grupo de estudiantes universitarios preocupados por la secularización y anticlericalismo desatado por la Revolución Francesa. Fue nombrada así en honor del francés Vicente de Paúl, fundador de las Cofradías de la Caridad, en 1617; la Congregación de la Misión, en 1625; y la Compañía de las Hijas de la Caridad, en 1633. En 1885 el papa León XIII lo proclamó patrono universal de todas las obras de caridad.

Esta organización floreció en México en la segunda mitad del siglo XIX como parte un movimiento amplio de renovación católica. La primera cofradía fue creada el 15 de diciembre de 1844 por el médico Manuel Andrade, quién estudiaba medicina en París y le tocó presenciar el nacimiento de esta congregación; inicialmente estaba formada por hombres y fue hasta 1863 que las mujeres se integraron a este movimiento filantrópico y religioso en nuestro país.

El historiador Gilberto J. López Alanís comenta, que tienen una interesante trayectoria y son iniciadoras de lazos extraespirituales que desembocaron en ligas económicas, llegando a ser factor de cohesión en los mercados nacionales. Al respecto nos explica que: “Las cofradías rurales estaban supeditadas a la dirección de un clérigo que supervisaba las actividades espirituales y sus fondos materiales. Si las cofradías tenían cabildo o mesa directiva, la elección de sus miembros se celebraba en presencia del cura párroco, quien era el responsable por corporaciones de su parroquia ante sus superiores en el obispado o arzobispado.

En las zonas rurales había cofradías, hermandades, devociones y cuadrillas. Las cofradías se fundaban con aprobación arzobispal y tenían constituciones y reglas que establecían sus fines espirituales y materiales, así como su forma de gobierno.

Las hermandades carecían de aprobación arzobispal y eran toleradas por las autoridades eclesiásticas, no sólo por el beneficio del culto religioso, sino que se fundaban con la esperanza de convertirse eventualmente en cofradías, una vez que se allegaran de suficientes fondos y membrecía para operar con regularidad.

Las devociones eran asociaciones de carácter informal para la celebración de sus fiestas de un santo patrón. Carecían de organización formal y sus miembros recogían limosna una vez al año para la celebración religiosa. Las devociones a veces se denominaban cuadrillas y no parece haber existido diferencia alguna entre ambas”

El libro más remoto de la cofradía de San Vicente de Paúl en Sinaloa data de 1894, en él se encuentra el acta de instalación, la cual fue desarrollada el 10 de abril. En ese año la cofradía existía en Culiacán, Concordia, El Fuerte, Choix, Cosalá, Mazatlán, Villa de Sinaloa, La Noria, Aguacaliente y Mochicahui.

La referencia más antigua de la cofradía de San Vicente de Paúl en Mocorito y que se encuentra en los archivos de la parroquia de la Purísima Concepción de la cabecera municipal, es del 12 de enero de 1902, la dirigían como presidenta Dolores Fort, secretaría Isabel Leal y director el párroco Jerónimo Vidalés.

El ritual en las reuniones era el siguiente: Bajo la conducción del director, lo primero que se hacía era rezar, posteriormente se leía el acta de la sesión anterior, enseguida se daban los informes de las socias acerca de sus comisiones que consistían en visitar enfermos para ayudarlos con ropa, alimentos, medicinas, oraciones para su pronto restablecimiento, visitas al santísimo sacramento, comuniones y confesiones.

Los enfermos estaban registrados en la cofradía y las visitas eran programadas en cada reunión, por lo general se nombraban dos comisiones integradas por una o dos socias. También se daba información sobre las colectas que se realizaban para hacerse de recursos y financiar sus actividades. Después el director daba un rato de lectura espiritual o abordaba algún tema político o social que él considerase importante para la vida de la sociedad.

Finalmente, la reunión concluía con una oración y el levantamiento del acta correspondiente, donde estampaban sus firmas la presidenta, la secretaria y el director.

Las socias comandadas por Dolores Fort eran: Las señoritas Alejandra González, Refugio Inzunza, Librada Rocha, Eulalia Robledo, Delfina Echavarría, Victoriana Arias, Juana Elenes Gaxiola, Carlota Cota, Guadalupe Jiménez, Piedad Pérez, Maximiana Leal, Sofía Leal, Magadalena Barrancas, Refugio Barrancas, Rosenda Jiménez, María Rosas, Petra González, Teodosa Robles, Apolonia y Alejandra González, y las señoras Sacramento C. de Leal y Remedios A. de Vidalés.

En 1921, la cofradía de San Vicente de Paúl en Mocorito había crecido, estaba ahora formada por 136 socias honorarias, 26 socias activas, 30 socias difuntas, 25 socios honorarios y 7 socios difuntos.

Entre las afiliadas se encontraban: Mariana Castro viuda de Riveros, Genoveva de Sánchez, Isabel viuda de Leal, Genoveva C. de la Vega, Isaura de Esquer, Ana viuda de Delgado, Matilde viuda de Echavarría, Angela R. de Cota, Francisca viudad de Esquer, Emiliana viuda de Velderraín, Micaela de Avilés, Alejandra viuda de Amézquita, Guadalupe Domínguez de Ley, Isabel y Ventura Leal, Cleofas Inzunza, Refugio Inzunza, Guadalupe Riveros, Sofía de Riveros, Juana e Isabel Elenes Gaxiola, Susana de la Vega, Balbina y Margarita Rodríguez, María Sosa, Maximiana y María Leal.

En el grupo de socios destacaban: Felipe Riveros, Manuel J. Esquer, Carlos Salazar, Constancio Rodríguez, Luis M. Saís, Miguel Leal, Melesio Orrantia, Carlos Cota e hijo, Aureliano Sánchez, Miguel C. y López, entre otros.

Como se observa, la membresía de esta asociación, por lo general estaba compuesta por personas de la clase alta y media de la sociedad, protagonistas de la vida política, económica y social del distrito; aunque también formaban parte de ella personas de condición humilde, lo cual hacía de estas organizaciones las representaciones plurales de la sociedad mocoritense.

El último vestigio documental de esta cofradía en Mocorito es de 1924. Además de esta organización existieron al mismo tiempo y posteriormente a la de San Vicente de Paúl, otros grupos con los mismos objetivos, como los de la Vela Perpetua, cofradía de Guardia de Honor del Sagrado Corazón de Jesús, asociación de la Santísima Virgen del Monte Carmelo, asociación de hijas de María Inmaculada.

Todavía nos falta mucho para poder escribir la historia de la filantropía en nuestra región, sin embargo a través de esta crónica se esboza un antecedente de la base de una vibrante sociedad civil, que en su tiempo contribuyó para armar el tejido social que la región requería para su desarrollo.

*Cronista de Mocorito.

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Un Comentario

  • Daniel Garcia dice:

    Muchas felicidades po tu articulo ,nos indica lo extendida que fue en enuestro estado la Cofradia de San Vicente, aqui en Guasave duro hasta finales de los 70´s las Damas Vicentinas hacian labor social en pro de los necesitados y personas vulnerables, eran mujeres trabajadoras que no necesitaban de salir en los periodicos para hacer su labor, eran heroínas anonimas que mucho hicieron por las comunidades en donde laboraban.

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