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No hay milagros: Sinaloa es tarea de todos

Por domingo 8 de enero de 2012 Sin Comentarios

Por Miguel Contreras Montoya*

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), define al desarrollo como proceso global económico, social, cultural y político amplio; que tiende al mejoramiento constante del bienestar de toda la población y todos los individuos. En 1986, la ONU aprobó la Declaración sobre el Derecho al Desarrollo, caracterizándolo como derecho universal inalienable y, parte integrante de los derechos humanos fundamentales. Todo individuo, precisa, tiene el derecho a ser el sujeto central del desarrollo.

Desde tal dimensión social, el desarrollo implica la conjugación pertinente de dos elementos: recursos naturales y, actividades productivas ya que, la mejora continua del bienestar para la sociedad toda, depende de que estén a su alcance, los elementos necesarios para satisfacer las diversas necesidades que la vida plantea.

El desarrollo, entonces y, siguiendo a la ONU, implica generación de riqueza, cuanta más sea posible, mejor, pero involucra también la distribución de esa riqueza generada, cuanto más equitativa, mejor; porque, a mejor calidad de vida, los trabajadores son más productivos y, la sociedad es más estable y feliz.

Es ahora valor entendido, que la nave del desarrollo avanza al impulso de tres motores debidamente sincronizados: las instituciones de educación superior (IES), las empresas y, los gobiernos haciendo función de eje de bisagra entre ellas. A este enfoque para explicar el desarrollo, se le conoce como “la triple hélice”.

Para producir más y mejor, esto es, para ser competitivas, las empresas requieren dos factores: conocimientos nuevos y la mayor estabilidad social. Los conocimientos se producen en las IES y Centros de Investigación Científica (CI) y, la gestión de armonía social, es función que corresponde articular a los gobiernos.

En Sinaloa, como en México, “la triple hélice” ha sido más declarativa que real ya que, cada uno de sus integrantes, atiende las funciones que le son propias, sin promover la suma sinérgica de esfuerzos y voluntades con los otros dos, a favor del desarrollo. Nuestras IES y CI, no generan conocimientos ligados a la producción y mercado de Sinaloa. Nuestros empresarios, no demandan a nuestras IES y CI, los conocimientos que les hagan ser más competitivos pero, sí los buscan, encuentran y compran fuera de Sinaloa y México. Todo esto; con un testigo silencioso: nuestros gobiernos, y un resultado neto final: fuga de divisas, dependencia tecnológica y postración de nuestras IES y CI, lo cual, desencadena la espiral creciente y sinfín del atraso social.

Haber padecido este atraso lacerante en toda nuestra historia y, haber permitido que las puertas del desarrollo se mantuvieran cerradas para nosotros; no significa que así tenga que seguir siendo. Aires nuevos, de cambio, agitó Mario López Valdez, en su reciente campaña electoral. Ahora, Gobernador Constitucional del Estado de Sinaloa, tiene en sus manos la oportunidad de lograr que esos aires nuevos agitados, traigan tiempos nuevos: de cambio para mejorar.

Las vías para avanzar en desarrollo, esto es, los caminos para mejorar el bienestar de todos y cada uno de los sinaloenses, no son muchos. Un sinaloense distinguido, el Dr. José Enrique Villa Rivera, Director General de CONACYT, lo dice sin dudas: El camino, es apostar a la educación. No hay forma de salir adelante, sin aumentar los recursos para la formación de capital humano. No hay otra receta, no hay milagros.

El Plan Estatal de Desarrollo 2011-2016, esa suma de buenos propósitos del Gobernador López Valdez, contiene, entre otros compromisos, el de “Otorgar presupuestos crecientes en ciencia, tecnología e innovación, hasta llegar, por lo menos, al 1 % del presupuesto fiscal de la entidad”. Tan ambiciosa y noble meta, pone a Sinaloa por encima de todo México. Ahora, se impone la congruencia y, cumplir.

Pero no es asunto sólo de dinero. Veremos, eso espero, a López Valdez acercarse a los científicos y tecnólogos de Sinaloa, incitándoles a que nos enseñen a producir más y mejor todo lo que hacemos. Lo veremos también, animando a nuestros empresarios, a aprovechar nuestras IES y CI, para volverse más competitivos y, a su vez, hacer a nuestros centros del saber, más competitivos también.

Empuñar la ciencia y tecnología, para elevar el nivl del desarrollo estatal; es dotar de verosimilitud al eslogan del actual equipo de gobierno: “Sinaloa es tarea de todos”.

*Doctor en Matemáticas Aplicadas y Computación/
Instituto del Mexicano del Petróleo/Miembro
del Sistema Nacional de Investigadores.

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