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Y Tarzán se columpió entre los académicos

Por domingo 30 de octubre de 2011 Sin Comentarios

La Crónica de Culiacán.

Por Adrián García Cortés*

En un coloquio sobre el habla regional del noroeste, convocado por el Colegio de Sinaloa los días 17 y 18 de octubre, distinguidos miembros de la Academia Mexicana de la Lengua disertaron sobre las modalidades que el habla regional ha adoptado en sus expresiones populares.

No obstante que el tema ha sido reiterativo y que ya ha calado en las preocupaciones, sobre todo, del oficio escritural, nunca fue tan oportuno retomarlo en razón de que, por circunstancias diversas, la comunicación oral, y, por consecuencia, la de escribir, enfrentan desafíos que de manera riesgosa parecen irreductibles.

EL LÉXICO DE SINALOA:
¿FUNCIÓN ACDÉMICA?

Fueron seis: Concepción Company, Rosa Ma. Ciscomani, Everardo Mendoza, Élmer Mendoza, Jaime Labastida y Felipe Garrido, cada uno en su especialidad, pero todos aunados a descifrar las virtudes y las excesivas licencias del diálogo ideológico popular.

El tema central, quizás lo consignó El léxico de Sinaloa y El diccionario de mexicanismos, un trabajo que de manera conjunta se prepara para una próxima publicación. Pero la lección mayor fue restablecer el concepto de que el ser humano es más humano a través del lenguaje, razón por la que los biólogos y los lingüistas lo distinguen de sus homólogos peludos, ratificando el significado del “homo sapiens”.

Pero quien mayormente “se voló la barda” (frase popular, para seguirle el tono al coloquio) fue Felipe Garrido, licenciado en letras y director adjunto y presidente de la Comisión de Enlace en la Academia Mexicana de la Lengua. Porque Garrido tuvo la humorada de contar la historia de Tarzán, ante los antropoides que tenía enfrente, de lo que el habla puede hacer con un hombre de la selva criado por los monos.

DIZQUE TARZÁN APRENDIÓ A LEER ÉL SOLO, SOLITO.

Tarzán es un personaje ficticio e ícono de la cultura popular creado por Edgar Rice Burroughs, cuya primera aparición fue en la revista All Story Magazine en octubre de 1912, adaptado posteriormente como novela a la que sucedieron veintitrés secuelas; de él se han hecho 24 novelas y filmado 86 películas (Wikipedia).

Según el novelista, Tarzán es huérfano de una pareja de aristócratas ingleses abandonados en África a finales del Siglo 19.

Adoptado y educado por una manada de monos a los cuales Burroughs los llama “mangani”, una especie no conocida por la ciencia, pero con características de gorilas, chimpancés y homínidos. Aprendió solo a leer, examinando libros de inglés dejados por sus padres, y, discrepando con la versión de hablante inarticulado popularizada en las películas, aprendió también a hablar varios idiomas de forma fluida. Solamente
vuelve a contactar con seres humanos cuando ya es adulto. En este periodo, visita el mundo civilizado, pero luego lo rechaza para volver a la jungla. (Wikipedia).

VAMOS POR SINALOÍSMOS; TAMBIÉN CULIACANISMOS

De nuevo a nuestro lenguaje, el coloquio, que según el informante trabajó “horas extras” para llegar a algunas conclusiones, determinó darle seguimiento al diálogo para enriquecer el diccionario de mexicanismos con el compromiso de publicar el léxico de Sinaloa; y convenir con la Academia de Sonora la inclusión de vocablos sinaloenses y sonorenses en dicho diccionario.

No está por demás referir que la recurrencia de estudios y diccionarios de regionalismos, pone un poco en entredicho la identidad de los pueblos, en cuanto a que los convierte en tribus no siempre amistosas, y en nuestro noroeste en caldo de cultivo para invasiones extrañas que históricamente han sido el eslabón inmediato para dominios de otras culturas e imperios.

Por lo pronto, vaya este listado, que con el pretexto de lucir localismos que supuestamente identifican a quienes los usan, también propician pérdida de nacionalidad y universalidad:

El lexicon de Sinaloa, Carlos Esqueda, 1977.
Nomenclator indígena, nombres y piedras de Sinaloa, Pablo Lizárraga Arámburu, 1981.
Sinaloa y sus hablantes, Memoria, editada en 1996 por José Gaxiola López y Everardo Mendoza, con 12 participantes, de los que han muerto siete.
Toponimias de la región y su significado, Teodosio Navidad Salazar, 2004.
Diccionario de sinaloísmos y regionalismos.- Editores: José Gaxiola López, Guido Gómez de Silva, Carlos Zazueta Manjarrez, enero 2007.
El habla de Culiacán, Everardo Mendoza Guerrero, septiembre 2011.

UN LENGUAJE A CADA AFÁN;
UNA HISTORIA A CADA CLAN

Habrá que esperar con sumo interés la inclusión de sinaloísmos y, ahora también, de culiacanismos que cada día se fomentan con mayor fruición, reduciendo el habla del español, nuestra lengua máter como nación mestiza que somos, para crear neologismos que miran más al caló deformante del idioma que a la riqueza lingüística.

Hoy día, por ejemplo, no se habla el mismo lenguaje en los ámbitos pesquero, minero, deportivo, agrícola, musical, por decir algunos; en la montaña que en las costas, en los valles que en los bosques; y más recientemente con la introducción de las nuevas tecnologías informáticas, donde el idioma nacional se destroza y abre caminos para la hegemonía anglicana.

Y no se diga de la política, donde el funcionario, el representante popular, el jurista o legislador, hacen y usan de las leyes como una criptografía para la interpretación de unos cuantos.

EN ADELANTE TE NDREMOS COMO CAPITAL AL NUEV O CULIACLAND

Hay que ver como en la expansión de las computadoras, el uso de Internet y el abuso de los celulares, los jóvenes, desde muy temprana edad “chatean”, empiezan a comunicarse con una especie de espangles o bien con claves que nada tiene que ver con el español de los padres. Pronto nuestra ciudad dejará de ser Culiacán, para convertirse en Culiacland.

Es aquí donde los académicos de la lengua han de cumplir su misión primaria: limpiar y darle esplendor al habla que identifica a su pueblo. Por lo demás, no cumplir esa tarea, es como imitar al propio Tarzán, que al contacto con la civilización, prefirió volver a la selva. ¿O será que eso es lo que queremos: volver a la selva?

*Cronista Secretario del Instituto

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