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La Biblioteca del Colegio Seminario Conciliar y Tridentino de Sonora y Sinaloa (Su primer acervo)

Por lunes 30 de noviembre de 2015 Sin Comentarios

Por: Gilberto J. López Alanís

En Febrero de 1979, don Héctor R. Olea uno de los mejores historiadores que ha tenido Sinaloa, estuvo en Culiacán e impartió una conferencia denominada “Las fuentes de la historia de Sinaloa”, cuyo texto apareció publicado en la revista “Ciencia y Universidad” No. 8 de ese mismo año, del extinto Instituto de Investigaciones de Ciencias y Humanidades de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

En esa ocasión Olea afirmó que “La primera biblioteca pública que tuvo el actual Estado de Sinaloa fue fundada a principios del Siglo XIX, por los franciscanos al mando del obispo de Sonora y Sinaloa Fray Francisco Rousset de Jesús y Rosa, según breves referencias estuvo en la casa que para los viajeros religiosos que se estableció en la Ciudad de Culiacán”, en su misma alocución, el historiador badiraguatense, anotó que: “Se ignora el fin que tuvieron esos libros y demás pertenencias del obispo después de su muerte acaecida en el pueblo de San Juan de Imala, el 29 de Diciembre de 1814”.

Reafirmando la importancia de los libros en la cultura sinaloense señaló que: “En materia de bibliotecas había el antecedente de la establecida en el Colegio de Jesuitas en la Villa de San Felipe y Santiago de Sinaloa por el provincial Gonzalo de Tapia en 1592”. Esta biblioteca creció y en 1758 el obispo de Nueva Vizcaya don Pedro Tomarón y Romeral incrementó su acervo mandando a la misión Jesuita de la Villa Sinaloita diversas obras consideradas entonces de actualidad.

“Este acervo bibliográfico de consulta era de suma importancia no sólo para los religiosos sino para la cultura novohispana, ya que contenía, según las bibliografías particulares que aparecen en las biografías de los Jesuitas, crónicas de navegación y de expediciones y dado que no se encuentran vestigios de ella, es muy probable que esta biblioteca, quizás la más nutrida, haya sido sacada al extranjero cuando la expulsión de los Jesuitas ordenada por el Rey de España Carlos III, con fecha 27 de Febrero de 1767”.

No existen más referencias sobre bibliotecas públicas sino hasta la tercera década del Siglo XIX en que se establece la biblioteca del Colegio Seminario de Sonora y Sinaloa que fue integrada por una primera remesa de libros donados por don Lázaro de la Garza y Ballesteros compuesta de más o menos 700 volúmenes y otros que se les agregaron posteriormente.

El motivo de esta colaboración es informar lo más detalladamente posible el primer acervo de la biblioteca del Seminario Conciliar Tridentino de Sonora y Sinaloa, el cual pude constatar por intermediación de Monseñor Rogelio Olvera Palomino a principios de los ochentas en un viejo libro que él celosamente guardaba.

Antes es preciso expresar que el padre Rogelio ya fallecido, tuvo especial cuidado por preservar las fuentes de la historia eclesiástica de Sinaloa y entre lo que se conservó está el Libro Primero del Becerro del Seminario Conciliar de la Sagrada Mitra de Sonora. Este libro copiador, es el asiento de los documentos constitutivos del Colegio Seminario y entre otros documentos transcritos contiene la escritura de fundación del seminario verificada en México por el Ilustrísimo Sr. Dr. Don Lázaro de la Garza y Ballesteros el 26 de Septiembre de 1837, en su índice presenta disposiciones diocesanas, actas y acuerdos; pensión conciliar, rectores, vices, catedráticos; asiento de colegiales y asiento de capenses (alumnos externos al colegio).

En esta ocasión me interesa presentar el listado general de lo que pudiera ser la primera biblioteca de consulta de la inicial institución de educación superior del noroeste mexicano.

Esta biblioteca especializada en la formación eclesiástica, por su contenido nos revela el sentido cultural e ideológico de la formación de varias generaciones de cuadros religiosos y laicos que tanta influencia han tenido en nuestra región, baste señalar que en tal institución se inscribió el Lic. Eustaquio Buelna Pérez en sus primeros estudios.

El conjunto los volúmenes que el Colegio Seminario tenía en existencia hasta Septiembre de 1838 eran 2,682; a continuación se presenta la lista de la primera dotación de Agosto 30 de 1837, agrupados de la siguiente manera:

– Gramática de Nebrija (60)
– Explicación del libro 4° y 5° por Cejudo
– Arte explicado (2)
– Epítone de la sagrada escritura (30)
– Obras de Cicerón (9 tomos)
– Oraciones selectas, traducidas por Oviedo (31)
– Cartas de Oviedo (36)
– Virgilio (20)
– Los tristes de Oviedo (15)
– Horacio (19)
– Fábulas de Fedro (10)
– Rollín, tratado de estudios (4 tomos)
– Hymecio, Fundamenta Style (un tomo)
– Fracelini de partículis (un tomo)
– Filosofía de la elocuencia (un tomo)
– Compendio de Homero (50)
– Ambrosio Calepino (2 tomos)
– Diccionarios de Rubiñas de Valbuena y de otros
autores (21)
– Cornelio Nepote (8)
– Plinio el joven (1 tomo)

– Teología moral de Sposena Lacroiz, con notas de
Sacarías (1)
– Compendio San Maticense (1)
– San Alfonso Ligorio (1)
– Médula San Maticense (1)
– P. Larraga (14)
– Biblia sacra por Scio. Edición mejicana (2)
– Salmos por Carbajal; (5 tomos)
– Biblia de Duhamel, con concordancias (1)
– Los evangelios por Petete (1)
– Bailly de Vera religioni (10)
– Cómputo del Bio (1)
– Yzaicos (2)
– Galindo (3)
– Herrera (1)
– Manual de López (8)
– S. Andrés (8)
– Osorio (1)
– Barsia, sermones (9 tomos)
– Fuglot (dos)
– Marsal (2)
– Parra (2)
– Arte de instruir las almas (2)
– Otros varios ejemplares de doctrina cristiana
– Tomacini y Pallavicini (uno de cada uno)

– Concilio de Trento (28)
– Catecismo de Pio V (2)
– Concilio mejicano (1)
– Año cristiano por Croinet (18 tomos)
– Compendio de la religión por Pintou
– Obras del padre maestro Avila, de Rodríguez, de
Croinet
– Meditaciones del Piamonte (18 docenas)
– Cuadernos sobre piedad (algunas docenas)

Existe otra lista de libros del Seminario que será menester publicar en otra ocasión, mientras baste mencionar que en el año 2013, se publicó el libro “El Seminario de Culiacán (1838-2013” de los sacerdotes Jesús Antonio Torres Medina, Luis Alfonso Iribe Leyva y Juan de Dios Robles Blanco, en tal obra no se menciona el acervo de la biblioteca, en cambio se informa que autoridades y algunos liberales hicieron destrozos con el patrimonio documental del seminario al tomar las instalaciones, en 1861 y esto se agravó al suprimir el seminario por el gobernador Placido Vega y Daza en 1862, el relato del saqueo documental es muy crudo y ha sido una práctica recurrente a través del tiempo en Sinaloa, por eso urge una Ley de Archivos para la entidad acorde a la Ley General de Archivos que está en trámite parlamentario a nivel nacional.

* Director del Archivo Histórico de Sinaloa

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