Nacional

Nuevos rumbos

Por domingo 30 de noviembre de 2014 Sin Comentarios

Por Leonidas Alfaro Bedolla*

El arquitecto Rafael Martínez Rosiles es un Defeño que se ha convertido en Choyero al cien por cien, al platicar con él, expresa en su charla el gran amor que ha ido cultivando día a día por este destino que es Baja California Sur, en particular San José del Cabo, lugar de su residencia. Es un hombre que muestra un ánimo favorable, alegre, dinámico; por eso esta vez me llamó la atención que de pronto se pusiera serio, ocurrió cuando me contó que al visitar un parque de la ciudad, se sorprendió al ver a tres jovencitos que de manera despreocupada, a plena luz del día fumaban marihuana; verlos drogarse le preocupó, pero más lo puso triste.

-¿Qué hacer? Me preguntó de pronto. De momento no supe qué contestar, luego de salir de mí sorpresa, le comenté.

-Rafa, debes saber que al igual que a ti, eso me consterna. Hace cuatro años llegué aquí, a San José, me vine de Sinaloa huyendo precisamente del caos social que ha provocado el narcotráfico en toda la nación, pero de manera muy especial en Sinaloa, no es un secreto que la zona serrana de mi estado, junto con las de Durango y Chihuahua, forman el famoso Triangulo de oro, venero primario del narcotráfico que corroe a todo el país. Cada vez que regresaba a Culiacán, presumía a mis amigos de la seguridad que se respiraba aquí en Los Cabos y en toda la Baja California Sur, sin embargo, de hace unos meses acá, la presencia de ese nefasto tentáculo que es el narco, aquí se ha manifestado; por desgracia la cantidad de asesinatos que en los últimos meses se han cometido, (47 en lo que va del año), sobre todo en La Paz, declara la presencia de ese monstruo que descompone de manera rápida y caótica el núcleo social. Lo puedo afirmar porque lo he vivido, en las últimas tres décadas Sinaloa y gran parte del país, han sido presa de esas nefastas células producto de la llamada Delincuencia Organizada; porque no es únicamente la venta de enervantes, sino también activan secuestros, asaltos, robos de combustibles, extorsiones, prostitución, muerte; y con ello el desgajamiento de la sociedad. El poder que ejercen es letal porque tenemos un gobierno débil que ha sido sometido, corrompido por esas fuerzas; esto no es novedad, por desgracia es una realidad que mantiene aterrado a todos los mexicanos.

-Pero, entonces… ¿qué podemos hacer? Me preguntó el arquitecto visiblemente preocupado.

-Nada y mucho. Nada si no tenemos el valor de unirnos como sociedad, pero sí mucho si nos decidimos a hacerlo.

-Si fuera esto último posible, que se te ocurre.

-Mira, es necesario exigir a las cámaras de diputados y senadores muchas acciones, entre las primeras, que la Secretaría de Educación Pública haga una revisión de los programas educativos en general, por ejemplo, urgen dos materias que me parecen claves para detonar una gran campaña cultural en el país, porque es precisamente lo que fundamentalmente nos hace falta. Todo mundo habla de que los valores morales se han perdido, y eso no es cierto, los valores ahí están, sólo tenemos que retomarlos, y uno de los caminos más eficaces es la enseñanza y las prácticas culturales desde el kínder. Las materias a las que me refiero son: La cátedra de civismo y la lectura de comprensión.

Creo que no se necesita explicar por qué son necesarias estas materias en la currícula educativa, pero para afirmarlo, Civismo nos enseña lo necesario para tener un comportamiento humano y de respeto, es tan elemental saber dar respeto, tanto, que sólo así podemos ser respetados. Sobre la Lectura de Comprensión, te cuento que don Carlos Monsivais, el famoso cronista de la ciudad de México, (1938-2010), sostenía que en nuestro país existen millones  de lectores disfuncionales; se refería a aquellos que leen, pero no saben interpretar la lectura, esto explica porque la inmensa mayoría de los egresados de las universidades, no saben ni como redactar una carta, un proyecto; de ahí también lo manejable de las masas.

-De acuerdo Leonidas con lo que expones, pero yo quisiera que me dijeras qué y cómo hacer, mientras los diputados y los responsables de la SEP se deciden a mejorar las cosas.

-Rafa, si yo tuviera la posibilidad de contar con el apoyo de, por ejemplo, el gobierno municipal. Empezaría por organizar cuadros populares, en cada colonia formaría una sociedad de maestros, padres de familia, para incrementar en los niños y jóvenes las actividades culturales. ¿Qué y cómo? Ay te va:

1.- Organizar torneos de lectura en los que se tomaran en cuenta: Comprensión, dicción y expresión corporal. Todos los participantes tendrían como estímulo al menos un libro, y los ganadores de los 3 primeros lugares hasta 5 libros, y la oportunidad de participar en el torneo municipal, obvio, en el que participarían todos los ganadores de cada colonia. Esto me daría la base para provocar concursos  de cuento, narrativa y hasta novela.

2.- Organizaría grupos teatrales, para montar obras sencillas que nos dejaran mensajes positivos. Y la mecánica sería la misma, cuando menos tres grupos por colonia, y el ganador, como premio, obtendría la presentación en el teatro de la ciudad para público en general, como invitados especiales sus familiares y amigos, ante quienes. Representantes de la autoridad les entregaran sus diplomas de reconocimiento.

3.- Formaría grupos musicales, de canto y baile. Organizaría concursos de Rock and roll y música vernácula. De igual manera se premiarían con estímulos sencillos, pero insisto, el reconocimiento de la gente sería el mejor estímulo.

A grandes rasgos, Rafa, esta es mi sugerencia. Le apuesto a la actividad cultural porque las disciplinas del arte nos hace mejores seres humanos, pensantes, con mejor capacidad de decisión. Si nos asomamos a otros países, principalmente a los más desarrollados, nos daremos cuenta que es la cultura y la preparación académica la que más influye en esas sociedades. No tengo la menor duda de que el efecto que produce la lectura de un libro, la participación como actor o simple espectador de una obra de teatro, y la participación en un grupo musical o de baile, también sea como actor o espectador, nos mueve, nos invita a reflexionar, nos hace sentir que existe un mundo mejor. Nos invita, al igual que la práctica de un deporte, a estimar  que las drogas, cualquiera que estas sean, es la peor elección.

Reflexionemos: ¿Cuantos antros tenemos en comparación a centros deportivos y culturales?

-Leonidas, me sorprende que no hayas mencionada nada referente al combate contra la delincuencia organizada.

-Rafa, la mejor arma para atacar la ignorancia, madre de todas las rémoras, entre ellas el alcoholismo, la drogadicción, la injusticia, la corrupción y la delincuencia en todas sus expresiones: es la actividad cultural. Cultivar la mente es lo importante.

México es un país conducido, manejado, explotado. Poderosos grupos oligarcas, entre los que destacan Televisa, influyen de manera constante y eficaz en las principales decisiones políticas y económicas del estado; eso ocurre porque la inmensa mayoría de los mexicanos no tienen la capacidad de discernir. Por eso insisto, el camino más contundente para darle vuelta a la tuerca, es la promoción educativa, deportiva y cultural.

*Novelista sinaloense.

Artículos relacionados

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Siguiente entrada