Nacional

Centenario de la Diva de Álamos

Por domingo 27 de julio de 2014 Sin Comentarios

“María Félix aparte de poseer una cualidad mítica, es una creación de sí misma, nunca copio a nadie”. Manuel Puig

Por Mario Arturo Ramos*

pag 3 mario arturo1El ocho de abril de 1914, en el rancho de Quiriego, cerca del (hoy) Pueblo Mágico de Álamos, Sonora,  en el hogar formado por Josefina Güereña y Bernardino Félix llego al mundo la más tarde conocida y reconocida como “La Doña”, María Félix, figura imprescindible del cine nacional.  La familia Félix/ Güereña contó con 12 herederos: María de la Paz, Pablo, Bernardo, Miguel, María Mercedes, Fernando, Victoria, Eugenia, Ricardo, Benjamín, María del Sacramento y la inmortal “María Bonita”.

La infancia de la futura estrella cinematográfica transcurrió en el pueblo minero, cerca del campo, entre caballos y el aire limpio; bajó la tutela del recio carácter de don Bernardino, su temperamento adquirió la singularidad que otorgó a su personalidad un sello único que la identificó y que dejó honda huella entre seguidores y detractores. A temprana edad cambió su residencia a Guadalajara, Jalisco, ciudad donde triunfó en un concurso de belleza siendo coronada como reina del carnaval tapatío; al  iniciar los 40s del siglo XX se trasladó a la capital del país donde impulsada  por Miguel Zacarías y Gabriel Figueroa inicio la ruta que la convirtió  en  “estrella de las pantallas”.

En 1942 “El peñón de las animas” donde actuó al lado de otro inmortal, “Charro Cantor”, Jorge Negrete, es la señal del arranque de su carrera; los críticos de la época destacan que desde sus inicios la actuación de la Diva impacto de manera sobresaliente a los espectadores del celuloide convirtiéndola en una protagonista que enriquece al 7o arte y lo proyecta a conseguir penetración entre el público cinéfilo, que desde aquellos años la convirtió en su favorita. “Nunca a lo largo de su vida pública, abandonan a María Félix la admiración, la diatriba, la expectación y el morbo, de hecho una sola mirada de respeto agraviado o de júbilo maldiciente”.

Y si al evocarla falta algunos de esos elementos, el retrato sería insuficiente.” Nadie podrá inspirar lo que tú inspiras. Carlos Monsiváis. Corría 1942, la novela del escritor venezolano, Rómulo Gallegos, “Doña Bárbara” se convirtió en película y es cuando la Félix adjunto a su nombre el título de “La Doña” que la acompañó hasta su final, acaecido a los ochenta y ocho años, el 8 / IV / 2002 en la Ciudad de México, lugar de sus amores y sus criticas.

Jacobo Zabludosvsky en el dé+cimo aniversario de su deceso escribió: “A diez años de la muerte de María Félix sabemos de ella lo que ella quiso que supiéramos. Nada más. Esculpió la estatua de sí misma para ser colocada en la plaza pública y la sombra del monumento cubrió su otra vida, tal vez la más valiosa y trascendente”.

Aquella primavera de la primera década del tercer milenio el pueblo, el verdadero, el que escapa a los discursos y promesas salió a despedir a su hija prodiga, la que lo había hecho soñar y vivir en la pantalla, reflejando la imagen de la mujer mexicana indomable, glamurosa, vencedora de amores, fuerte en la tragedia y llena de ternura en la vida cotidiana.

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El cine mexicano es uno de nuestros logros artísticos más allá de fracasos e intentos fallidos en la busca del éxito económico. Fernando de Fuentes, Gabriel Figueroa, Dolores del Río, Emilio ”Indio Fernández”, los hermanos Soler, Katy Jurado, Mario Moreno “Cantinflas”, Luis Buñuel, Blanca Estela Pavón, Gloria Marín, Jorge Negrete, Pedro Infante, Pedro Armendáriz (padre e hijo), Joaquín Pardave, Ignacio López Tarso, Sara García, Andrea Palma, Prudencia Grifel, David Silva, Ricardo Montalbán, Anthony Queen y en época reciente, Salma Hayek, los Bichir, Gael García,  tal y tal, junto a la Diva de Álamos  forman la pléyade de personajes que lo dotan de luminosidad.

María Félix cumplió el 8 de abril de 2014 cien años y su legado se encuentra en las películas: “Rio Escondido”, “Doña Diabla”,” La Diosa Arrodillada”, “La Cucaracha”, “ La Mujer sin Alma”, “Juana Gallo”, “Tizoc”- con el sinaloense Pedro Infante-, “Flor de Mayo”, “La Bandida”, “La Valentina”, “La Generala”, “Miércoles de Ceniza”, “Canasta de Cuentos Mexicanos”, “Una Mujer Cualquiera”, “La Bella Otero”, “La Estrella Vacía”, etc., etc. Obras que plasman el trabajo de una actriz que a pesar del paso del tiempo y la muerte, sigue creciendo entre los que amamos el 7º arte.

Celebramos este 2014 el I siglo del nacimiento de una sonorense/ mexicana/ universal  que es muestra fehaciente del espíritu estético que nos distingue y que nutre nuestra identidad. Recordar y festejar a  “La Doña” es prueba clara de que a pesar de obstáculos, sinsabores y, “victorias a medio pelo”, nuestro pueblo produce seres que en el arte han dejado y dejan testimonios dentro y fuera de las fronteras  que han conquistado y conquistan a conocedores y neófitos en el arte.

Desde luego a La Diva de Álamos se le sigue admirando y reconociendo como una de las inolvidables, de las que siempre están presentes en los corazones de los que saben que México y María Félix forman una unidad indisoluble que nos enorgullece, y que reafirma nuestra eterna proclama “Viva el arte mexicano y la Doña”.

*Autor e investigador.

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