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Las Posadas, ¿Dónde Han Quedado?

Por domingo 29 de diciembre de 2013 Sin Comentarios

Por Juan Carlos González Gastélum*

Las-PosadasEste que corre, es el mes en el que se llevan a cabo diversos rituales religiosos, sobre todo con un sesgo católico. El mes de diciembre es de fiestas, reuniones, mucha comida y las muy tradicionales Posadas, las cuales son fiestas con un arraigo de cerca de los 400 años, con ellas se indica que nos encontramos en una época en que la venida del Salvador está cerca.

Se esperaba con ellas la llegada, en su origen, del señor Huitzilopochtli, pero con la llegada de los colonizadores, se le dió un cierto giro.

Después de la primera quincena de diciembre, los pastorcitos van de casa en casa pidiendo alojamiento para la sagrada pareja conformada por el señor San José y la Virgen María, quienes están en espera del nacimiento del niño Jesús. Pero este ritual, encierra diversos significados, los cuales iré ejemplificando con un trozo de la memoria de cómo fueron las Posadas a las que íbamos en nuestra infancia, dirigidos por las catequistas y el sacerdote del Mocorito del ayer.

Primero se escogía a una pareja que representarían a José y María, se conseguía un burro y alguien que lo manipulara, como don Carmelo González, quien siempre estaba listo para esos menesteres. Nos íbamos cantando por el centro para pedir posada; así salían de sus casas la maestra Magui Rodríguez, Blanquita Lugo de Vargas, Mi tía Maria de Rosas y otras señoras, quienes nos regalaban con dulces, cacahuates, dinero y otras cosas. Me acuerdo que nos convertíamos en un muy bien desentonado coro pero Los peces en el río, El Niño del tambor o Belén campañas de Belén, siempre servían para anunciarnos, de igual manera, las velitas o las lucecitas de bengala tiene un significado. El de iluminar el camino de los pastores.

La cuestión de la piñata era infaltable. Una olla de las que aún hacen en El Valle, papeles de periódico, de China, engrudo, unas cartulinas, un palo de escoba y lo demás era participar para realizarlas. Esto lo hacíamos desde días antes con sus siete picos, que representan los pecados capitales y por ello había que romperla para acabar con el mal para que de nuevo prevaleciera el bien.

Un paño era la venda, esta significa la confianza en los demás compañeros peregrinos, quienes con cantos y gritos iban guiando al del palo para que atinara y que fuera quien rompiera la piñata de la que caían caña, dulces, mandarinas y cacahuates, bueno a veces un puño de ceniza o hasta un sapo de sorpresa. La cuestión de la caída de la colación y el hecho de correr a recogerla simboliza la comunión con los semejantes, lo mismo aplica para el ponche, las galletas o lo que se reparte después de romper la piñata.

Eso eran las Posadas. Hoy por hoy se han desvirtuado, la unión se vuelve a la contra pues ahora las posadas se aderezan con alcohol, música y baile. El significado se desconoce, pero se siguen celebrando. Creo que nos falta seguir formando en las tradiciones a nuestros hijos, para que no se pierda el encanto de celebrar la posada como es debido. El consumismo no ha invadido, en las escuelas se promociona más el mercantilismo que el significado real de esta tan importante fiesta que antaño unió a familias, barrios y sociedades.

*Docente UAS-Mocoritense.

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