Nacional

“Adiós Poeta”

Por domingo 16 de junio de 2013 Sin Comentarios

Por Sylvia Teresa Manríquez*

Adios-Poeta1Mi encuentro con Miguel Méndez se dio de la mano de Pina Saucedo, escritora guaymense, que tuvo a bien presentarnos una tarde de 44 grados centígrados durante las “Horas de Junio”, el encuentro hispanoamericano de escritores realizado anualmente en la capital sonorense. Platicamos de sus obras, su gusto por encontrarse entre tantas y tantos escritores. Platicamos de su vida:

“Nací en Bisbee, Arizona, cuando mi papá fue minero durante una corta temporada. Después volvimos al ejido “El Claro”” en el municipio de Trincheras. Fue una suerte muy grande que tuvieran petacas llenas de libros de todo tipo, desde los cronistas, pasando por “Aves sin nido” de Clorinda Matto, hasta la generación del 98. Aprendí a leer solo y como vivíamos entre unos ‘espineros’, me di a las lecturas desde muy temprano. Deserté de mi casa antes de los catorce años para volver a Estados Unidos y ayudar a mi familia que estaba pobre. Trabajé de albañil y al mismo tiempo leía mucho. Después me encerré a escribir. Tuve éxito en mis libros y algunos profesores de la Universidad de Arizona creyeron justo hacerme un examen a nivel de Doctorado, cinco profesoras y cinco profesores, todos angloamericanos me examinaron. Mi examen fue perfecto. Soy el primer profesor de tiempo completo en el Pima Community College y la Universidad de Arizona que no estudió un día en escuelas de estados unidos y solamente cinco años de escuela formal en Sonora. Lo bailado a ver quién me lo quita”.

En 1970 Miguel Méndez, autodidacta, inició su carrera como docente, profesión a la que dedicaría treinta años de su vida. En 1974 obtuvo el grado de Doctor, hecho que lo llenaba de orgullo. Ese año vio la luz su novela “Peregrinos de Aztlán”, clásica de la literatura chicana, una obra considerada por algunos estudiosos como una de las últimas representantes del realismo social. En ella se palpa la espiritualidad yaqui desapareciendo en el desierto sonorense y una inclemente e injusta sociedad norteamericana incapaz de entender a la comunidad chicana a la vez que anula la cultura mexicana. Relegados y humillados en la tierra de sus antepasados.

En el prefacio, el mismo Méndez anota que escribe desde su ‘condición de mexicano indio, espalda mojada y chicano.

Estoy contento -me dijo durante una entrevista- ayer se comunicaron conmigo unos estudiantes de la UNAM que están trabajando sobre ‘Peregrinos de Aztlán’. Una socióloga me dijo que mi novela la escribí desde dentro”.

¿Por qué no habla usted inglés, si lo entiende a la perfección?

Porque mi lengua es el español. En español escribo, me comunico y me he formado. Creo que en el futuro se apreciará más lo que escribimos en español quienes vivimos en los Estados Unidos”.

Miguel Méndez fue un escritor fecundo. Entre su producción se cuentan novelas como “Peregrinos de Aztlán” (1974), El sueño de Santa María de las piedras” (1986), Los muertos también cuentan” (1992), y “El circo qué se perdió en el desierto de Sonora” (2002). También libros de cuentos: “Tata Casehua y otros cuentos” (1980), Cuentos y ensayos para reír y aprender” (1988), Cuento para niños precoces” (1980), “Que no mueran los sueños” (1991) y “Río Santa Cruz” (1997). Asimismo, escribió poesía: “Los criaderos humanos: épica de los desamparados” (2006). Además, escribió ensayo, crónica y autobiografía.

Sobre su poesía él mismo solía decir:

“La verdad es que yo no me puedo llamar a mí mismo “poeta” soy muy incrédulo de mi poesía; en la prosa si cultivo algunas cosas con trasfondo que puede lindar con lo poético, pero yo me defiendo mucho de Góngora, no quiero acertijos en mis letras.

He publicado veinticinco libros, quedan quince en espera, tengo malas experiencias con las editoriales pues no les gusta pagar. Sin embargo escribí cinco volúmenes que supuestamente son versos, no me atrevo a decirle ‘poesía’. Le he titulado ‘Adiós poeta. Autobiografía’ porque mis próximos libros serán muy fuertes. Y me pregunto ¿cómo iré a morir? Pues sepa Dios, pero por si las moscas escribí esta colección”.

… Soy también poeta entre poetas,
muerto que sea o enhiesto en vida
a ver pues sicarios,
estrangulen mis versos,
decapiten las palabras, malditos…
Fragmento de “Adiós poeta. Autorretrato”.

Adios-Poeta2“¿Ya te conté que fui nominado al premio Nobel?” Me dijo divertido, en cierta ocasión”

¿En serio?

“Si, dijo sonriendo. Pero yo más bien creo que fue una propuesta de Camilo José Cela, que estuvo en mi casa un tiempo porque quería conocer Arizona, por una novela que estaba escribiendo”.

¿Fue entonces cuando usted escribió “Camilo José Cela entre sahuaros y nopaleras”?

Si, es que a Camilo le gustaba tomarse fotos posando junto a los sahuaros”.

… Luna fragua de amores,
luna faro de primavera.
Me apago yo en un mar de sed-suspenso
entre sueños acuáticos y arenas
Veo el torrente de ríos febriles imaginarios
navego en la transparencia azul
de espejos quiméricos…
Fragmento de “Adiós poeta. Autorretrato”.

“Son sólo versos, no soy muy amigo de la poesía ni la poesía es amiga mía, tampoco me importa, cuando se descuida yo le llego con unos pocos de versos”. Miguel Méndez.

Este autor autodidacta fue merecedor de distinciones y homenajes, entre los que destaca primordialmente el nombramiento de Doctor en Literatura por la Universidad de Arizona en 1984. Además, en 1991 ganó el Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares, que otorga la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. En 1993 el Tucson/Pima Arts Council le entregó mención honorifica por el conjunto de sus obras. Desde el 2001 su biografía puede ser consultada en el diccionario “Pequeño Larousse”. Además, en el 2004 se le rindió homenaje en la Feria del Libro de Hermosillo, entre muchos otros reconocimientos a su trayectoria.

… Creo entonces que muerta ya mi materia,
sobre mi cuerpo sepulto
algo perenne seguirá vivo a permanencia,
como agua límpida ausente bajo tierra
retorna al cabo a su vívida transparencia
me conmueve entrever lo esencial del agua
como en un algo inmortal del espíritu
ya nada es mío, nada.
Fragmento de “Adiós poeta. Autorretrato”.

Desde el 30 de mayo de 2013, la presencia sobria y amiguera de Miguel Méndez, vive junto con sus obras en la dimensión etérea de las almas superiores, esas que generosas nos legaron un patrimonio invaluable forjadas con tesón y orgullo entre ladrillos y letras.

Descanse en paz.

*Comunicadora.

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