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Por la ruta de Paracelso… Basilea, Suiza.

Por domingo 8 de enero de 2012 Sin Comentarios

Por Alberto Ángel El Cuervo*

“Your attention please… In a few minutes soon we’ll be landing at the Frankfurt Internacional Airport… In preparation for…” Inmediatamente después, una andanada ininteligible de sonidos guturales, intentaba traducir para los pasajeros de habla hispana… Segundo día de Enero, y Frankfurt (¿así se escribe?), Alemania, aparecía sin rastro de nieve y a 10º C. Inevitable acordarme de lo que un año antes, señalara Hermann mi primo, mitad yucateco, mitad alemán cuando visitábamos la feria de Spayer (¿así se escribe?) Alemania y él sólo portaba una sudadera ligera… —Ya hace muchos años que la temperatura ha cambiado. Los inviernos ahora son muy leves a comparación de antes…— Y de la misma manera, inevitable era que un remolino de ideas apocalípticas emanadas de las profecías de los mayas, Nostradamus y Jaime Mausán inundara el pensamiento… El cambio climático de la tierra, era una señal más… Finalmente, a fuerza de estar escuchando por todos los canales de comunicación posibles la teoría del fin del mundo, la alineación de los planetas, las mareas solares, los tsunamis (¿o se escribe surimi?), los terremotos etc., aún cuando no se crea en ello, las ideas fluyen y revolotean como mariposas monarca en temporada de apareamiento… Después de una fila gigante pero expedita y una caminata más larga que la de Raul González en la olimpiada de Los Angeles, llego a la sala para el vuelo de conexión… Tres horas y media… Sin encontrar nada mejor que hacer, me dispuse a leer uno de los libros que han marcado mi vida, sólo que, asombrosamente, yo sí recordaba el título… Saramago y “Las Intermitencias de La Muerte”, me envolvía entre el sopor del cambio de horario y el encanto que per se, tiene Europa aún cuando sólo sea en algún aeropuerto del viejo continente… Sin entender nada, parte por la sintaxis y puntuación atípica del maestro Saramago, parte por haber dormido sólo un par de horas durante el vuelo y sufrir esa confusión (mi abuela decía: atarantamiento) del jet lag, decidí emular a nuestros representantes populares y cerrando el libro dejé de leer… No me quedaba más que entrar en personaje… Me convertía ahora en un imitador más de Musorski, ese personaje cinematográfico que interpretara Tom Hanks para imaginar que viviría en el aeropuerto como en la película La Terminal y así mantenerme despierto hasta que anunciaran mi salida… Por fin, la voz que intenta ser seductora de la señorita sobrecargo anuncia que en breve aterrizaremos en Basel… Ciudad antigua, de las más antiguas de Europa… Desde el siglo VI A. C., cuando los celtas llegan a asentarse a orillas del río Rhin, el eterno aguador de Europa… Posteriormente, en el año 44 A.C., los romanos fundan el asentamiento conocido como Augusta Raurica, que hoy en día se conoce como Kaiseraugst a unos diez km de Basel o Basilea como se le nombra en italiano y español, viajando por el Rhin. En la actualidad, Kaiseraugst podría decirse que es parte de la zona conurbada de Basel, aunque los lugareños se refieren a dos distintas ciudades cuando hablan de ello…

—¿Todavía estamos en Basel, Pascal…?
—No, no… Esta es otra ciudad, por eso tomamos la carretera para viajar de Basel hacia acá…
—¿Carretera…? Cuál carretera…

Si vamos de Chapultepec a Cd. Universitaria, posiblemente sea más lejos que de Basel a Kaiseraugst, pero siendo Suiza un pais tan pequeño geográficamente, para ellos es bastante lejos… Basel, Ciudad arte… Aquí se realiza la feria de arte más importante del mundo en la actualidad: Art Basel… Hay en esta ciudad una infinidad de museos de arte así como galerías permanentes… Hay en esta ciudad, un atelier, un estudio de pintura donde trabajo junto con mi hijo, mi colega el maestro Alberto Bustillos cada vez que vengo… Aquí, en Erasmus Platz, a una cuadra del legendario Rhin, pintar, que per se es maravilloso y mágico, cobra una magia muy especial… Muchos son los sucesos históricos de gran importancia que encierra Basel para el mundo. Dentro de ellos, por ejemplo. Durante muchos años, desde 1225, fue en Basel donde se tenía el único puente que atravesaba el Rhin, por lo que su importancia comercial y estratégica, era gigantesca en todo el mundo conocido. Se trata de Mittlerer Brücke, el puente que hasta hoy, aunque ya ahora construído en piedra a partir de 1903, continúa siendo el más importante paso sobre el río Rhin hacia o desde el centro de la vieja ciudad… Cuando aparece la imprenta, Basel se convierte en el centro impresor más importante dado que la incipiente industria editorial funcionaba sin censura. Fue precisamente en Basel donde se editó la primera Biblia traducida totalmente al castellano a partir de las más antiguas fuentes hebreas en el año de 1569 y fue conocida como La Biblia del Oso, porque en su portada aparece un oso comiendo miel directo de un panal de abejas, lo que supuestamente simboliza que la palabra de Dios es un alimento para el creyente… Todavía pueden verse en un recorrido por las calles de Basilea, casas que fueron construidas en el año 1200 y que siguen siendo casas habitación… Todavía, es posible seguir por entre las bellísimas calles de Basel, la ruta de Paracelso, cuyo nombre completo era: Teophrastus Phillippus Aureolus Bombastus Von Hohenheim y se autonombró Paracelso que quiere decir parecido a Celso, un médico romano del siglo I. Paracelso es entre otras cosas afamado, porque supuestamente descubrió el secreto alquimista de la transmutación del plomo en oro… Si algún día visita usted Basilea, despistado lector que por azar me lee, no deje de seguir la ruta que Paracelso realizaba todos los días de la Universidad de Basel hasta Markplatz, la plaza donde se pone el mercado de alimentos que continúa montándose ahí frente a la llamada Rathaus, el bellísimo edificio del ayuntamiento. Los abrazo desde Basilea, en Markplatz, donde me estoy saboreando un pan con salchicha y mostaza después de recorrer la ruta de Paracelso… Da hambre caminarla… Da hambre…

*Cantante, compositor y escritor.

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