-Canción para ser musitada al oído de Dios- Por Juan Cervera Sanchís* Artículos relacionados Editorial: N° 78 “La Casa del arrayán”: La imaginación hiperbólica ... De cuando decidí no importunar a Octavio Paz Premiación de los Juegos Trigales del Valle Yaqui ... Alberto Ángel “El Cuervo” Una ciudad sin edad Ángel Flores, Aporte Biográfico A propósito de noviembre y el corrido