Nacional

Reyna Soledad Tenacidad, talento y compañerismo

Por domingo 21 de noviembre de 2010 Sin Comentarios

Por Raúl Barba Arciniega*

Nativa del histórico girón sonorense Álamos, que se internacionalizara por haber dado cobijo al nacimien­to de María Félix y al doctor Alfonso Ortiz Ti­rado, también prestó su cielo y su espacio sideral para que ahí naciera una mujer de talla humana muy en consonancia con su estatura física: Enriqueta Borquez Alcantar.

La grandota de Sonora de nombre artístico Reyna Sole­dad, la que no podía contener el temblor de sus rodillas ni el emocionado llanto (pero sin parar de cantar), por la nerviosi­dad de dar sus primeros pasos en el ámbito de la interpreta­ción musical, es hoy, a mi juicio, todo un portento de seguri­dad histriónica cuando obsequia su talento tan diverso y tan plausible al respetable monstruo de las mil cabezas.

“y aquí me tienen cantando mis canciones/ y aquí me tie­nen gozando de su gente,/ y si don Chuy me da la oportunidad/ vuelvo a nacer en mi México valiente”. De su canción “Orgullo mexicano”

Reyna nos relata que curso sus estudios primarios y secun­darios en las escuelas Revolución y Paulita Berjan y la de se­cretariado bilingüe en la escuela Emma, en Ciudad Obregón, pero que su impetuosa vena artística la llevó a participar en los festivales que realizaba el Ayuntamiento en el centro de­portivo aledaño al IMSS, en donde se presentaban las figuras artísticas que venían del D.F. a trabajar en los hoteles de pos­tín de la ciudad. Ataviada desde el inicio de su carrera con la propiedad que el espectáculo exige, y pertrechada de una sin­gular forma de cantar, logró que la programaran por espacio de 2 meses, para luego ser premiada como La Revelación del año, acto en el que estuvieron presentes el señor gobernador del estado y el presidente municipal de Cd. Obregón.

Actualmente cuenta en su historial con 12 discos com­pactos acompañada de mariachi, banda, norteño y uno con la guitarra sentimental de Javier Ávila, con quien por cierto realizó fructífera temporada en Suecia, donde dejó sentado gran prestigio, virtud a su reconocida calidad interpretativa y además, uno con sus poesías dichas de manera emotiva y bella, por su hija Ariana.

“Que yo no soy la ramera ni la asesina que dicen/que la gente que yo he creado es gente que me bendice/que si vuelan zopilotes y ensucian por donde pasan/en todas partes del mundo existen esas piltrafas”. Parte de su poesía “Tijuana la Bella”.

Cuando en el subtítulo enfatizó su don en relación al “com­pañerismo”, justo es reseñar que tiene más de 16 años hacien­do un programa radiofónico en Radio Tecnológico en Tijuana, B.C., en donde presenta infinidad de noveles y experimentados artistas, que buscan hacer promoción a sus trabajos. “Artiste­rias” se llama el programa dominical, (aceptando mi sugeren­cia de que así se llamara) en donde de manera gratuita sirve a los propósitos de la amplísima familia creativa y artística de estos entornos nacionales e internacionales. Sólo hace mutis cuando realiza sus labores en giras por los diversos rumbos del mundo y del país, como cuando anduvo en el espectáculo de don Antonio Aguilar y su familia, donde su inspiración le dictó un huapango donde expresa su sentir respecto a ellos.

“Jefe de esta gran familia es don Antonio Aguilar/no tengo que platicarles su fama internacional/hay una Flor en su vida que ha sido su gran amor/linda esposa y buena madre senti­miento hecho canción”.

Así como el tiempo no tiene reversa, este espacio se limita a 2 cuartillas, por lo que cerraré esta semblanza de una mujer de excepción que ha sembrado, aparte de construido una sólida y bella familia en unión de su caballeroso esposo, Mario Rodríguez, una labor que le gusta hasta la médula y que indudablemente le han colmado el alma de satisfacciones íntimas, pues ha realizado muchas metas que se propuso y su persistencia indudablemente le harán obtener muchas más, pues su labor es continuada con el mismo apasionado amor que le ha dedicado a su deseo de trascendencia y triunfo.

Cerraré consignando parte de los textos de dos de sus composiciones musicales; “ahora no te ablandes y no le tengas pena/tomemos la venganza al fin dicen que es buena/aunque no estoy segura si es nuestra la venganza/o por quemar la ajena quemamos nuestra casa” La canción se llama “Me creí mi mentira” y “con risa en los labios la vieja Chabela/tan prieta tan gorda tan lindas sus trenzas/en el funeral le rezan, le rezan/ se ha ido, se ha ido la Vieja Chabela”. Indudable que; Sonora tiene en Reyna Soledad otro blasón más, para el escudo que enaltece la estirpe humana que ahí nace.

*Compositor e intérprete

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