Nacional

La mente crea cultura y la cultura crea nuevas mentes

Por domingo 8 de enero de 2012 Sin Comentarios

Por Fidencio López Beltrán*

La cultura es un legado histórico de la humanidad, por lo tanto es el patrimonio más representativo de la inteligencia y la creatividad de las personas, grupos y comunidades. La cultura, con su socialización- transmisión de valores y la formación educativa, tiene la capacidad de generar ciudadanos respetuosos de las leyes y del orden en general, pero sobre todo con alta estima al valor por la vida y su promoción; sin embargo, hemos afirmado que estamos frente a una paradoja que la experimentamos a diario: que conjuntamente a la promoción de factores culturales necesarios para nuestro desarrollo humano y social, también aparece lo indeseable: mentes y pautas culturales negativas y propias de una sociedad necrofílica que co-existe en pleno siglo XXI.

Ante ello, desde la Psicología, como disciplina científica que estudia la mente y el comportamiento humano, nos hemos preguntado qué relaciones existen entre la mente y la cultura, entre la cultura y la mente, entre el individuo y la cultura. Bien sabemos que en esas relaciones se expresan tanto lo positivo como lo negativo de toda cultura. Y a la Psicología, en particular a la Psicología Cultural, le corresponde aclarar algunas de esas relaciones y/o fenómenos colectivos, grupales e individuales.

Por un lado, las relaciones de la cultura (sistema de valores, oportunidades educativas, derechos, intercambios, símbolos, hábitos) con el individuo son trascendentes, pero no implica que mecánicamente el individuo sea “simple copia” de una cultura; y las relaciones del individuo (con su carácter e historia personal, con sus estilos de pensaractuar) con la cultura (y la educación que recibe), le permiten apropiarse de herramientas tan diversas y ricas que el mismo individuo va configurando su propia persona (y sentido de vida) con lo que el mismo influye y puede producir cultura, sin estar ajeno a su contexto (multi e intercultural) en el que se moviliza.

Por lo tanto, las relaciones mente y cultura, son tan estrechas como las realidades y significados que re-construye el individuo con su grupo social de referencia y viceversa, las interacciones entre la cultura y la mente no pueden ser explicadas sin una o la otra. En una palabra, la cultura es producto de la mente humana, y la mente humana es producida por la cultura.

Reconocemos que las expresiones culturales (positivas, no tan positivas y aún las negativas) guardan estrecha relación con el comportamiento individual y de grupos, tan así que las emociones y los sentimientos de las personas y de los colectivos sociales (a veces de todo un pueblo) son tan decisivos que pueden imaginar y con ello, generar nuevos mundos en donde podamos desde ahora y no dejarle todo al paso de los años, redescubrir el gran valor de la vida y la existencia misma, más allá del sentido biológico de supervivencia al que comúnmente acudimos. Pero también, la mente del individuo (y no se diga la de ciertos grupos) pueden generar hábitos y formas culturales que conducen a la multiequivoca destrucción humana sin proyecto alguno, lo que representaría una subcultura que se caracteriza por la insensatez y la falta de inteligencia, sea individual o colectiva.

Sin duda, nuestras hipótesis parten de la coexistencia de realidades paradójicas, contradictorias y por ende sumamente dinámicas, que gracias a ellas los seres humanos somos capaces de cambiar y de imaginar mundos distintos: ahí está la cultura y la educación que defendemos, pero no podemos cerrar los ojos, ante su contraparte: la destrucción propia y ajena de quienes habitamos este planeta. Por eso, abrazamos con emoción y compromiso ético, la educación, como una puerta de la cultura (Bruner, Jerome).

¡¡Un productivo y saludable 2012¡¡ *Doctor en Pedagogía/
UNAM. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

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