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DE CUANDO SILVA HERZOG RENUNCIÓ AL INFONAVIT

Por lunes 31 de agosto de 2015 Sin Comentarios

Por: Faustino López Osuna

Silva herzogPensaba titular este escrito ´Hasta donde llegaba el poder de Jacobo Zabludowski y cómo lo utilizaba ´, pero ya casi se ha dicho todo sobre dicho personaje, después de su muerte. Decidí entonces traerlo a colación al final de esta breve historia, que pocos conocen, salvo los delegados regionales del Infonavit en el país (yo entre ellos), alguno de los subdirectores del propio Instituto (que eran tres: Técnico, Financiero y Jurídico), el coordinador de los delegados regionales (Juan Foncerrada Moreno) y el contralor interno (Dámaso Murúa), en la primera administración de Infonavit.

Ocurrió que a los delegados se nos concentró en la ciudad de México, el día del informe del presidente LEA. Se nos instruyó que permaneciéramos en el Instituto, en Barranca del Muerto, en tanto que el licenciado Jesús Silva Herzog Flores, director general, asistía al acto solemne del informe presidencial. En el salón donde aguardábamos, observábamos tranquilamente el desarrollo del evento a través de la televisión, desde el arribo del presidente de la República al recinto, recibido y acompañado por la comisión de diputados designada para ese fin de acuerdo al protocolo. El presidente avanzaba saludando a alguno de los asistentes y, en un momento dado, se le vio abrazar a don Fidel Velázquez, líder máximo de la poderosa Confederación de Trabajadores de México, quien le hizo entrega de una tarjeta que guardó discretamente.

Cuando el presidente daba lectura al documento preparado, al llegar a un punto de la seguridad social en que abordaría lo referente a Infonavit, sacó la tarjeta que había recibido a su arribo y, apartándose del texto, hizo una inusitada y dura crítica al programa de vivienda de interés social, concretamente al Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, enfocando con rapidez la cámara de televisión al director general, quien reflejó extrañeza en su rostro.

Nosotros recibimos igualmente estupefactos la inesperada crítica presidencial. Pocos minutos después de terminado el informe, llegó el licenciado Silva Herzog y se nos invitó a que pasáramos a la sala de juntas de su oficina. Entre comentarios en voz baja, nos fuimos enterando que el director general había presentado su renuncia al Infonavit al licenciado José López Portillo, secretario de Hacienda y Crédito Público. Y que aguardaba la repuesta.

De pronto, sonó el teléfono del director, contestándolo su fiel secretaria, quien le informó que le llamaba el licenciado Jacobo Zabludowski, de Televisa. Desde su escritorio, el licenciado Jesús Silva Herzog respondió: Qué tal, licenciado, a sus órdenes. (Silencio). No, licenciado Zabludowski. Aquí estamos, trabajando. (Silencio). Le repito nuevamente no, licenciado. (Silencio). No tiene que agradecer nada. (Silencio). Para servirle. Hasta luego. Al colgar el audífono, el licenciado Silva nos dijo que Jacobo le había preguntado si había presentado su renuncia, insistiendo sobre lo mismo. Que le dio las gracias por tomarle la llamada y se despidió.

No terminábamos de reponernos, cuando volvió a sonar el teléfono. La secretaria, cubriendo con su mano izquierda el audífono, comunicó que lo llamaba de nuevo el licenciado Zabludowski. El licenciado Silva Herzog, con aplomo, preguntó: Dígame, licenciado. (Silencio). Sí. Claro que sí. (Silencio). No es molestia. Para servirle. Terminando de colgar el teléfono, el licenciado Silva nos comunicó que le había vuelto a llamar el licenciado Jacobo para informarle que se había grabado la llamada y que le pedía su autorización para pasarla al aire. Que le solicitó le disculpara la molestia y se despidió.

Sin ahondar en pormenores, el director general nos informó con carácter confidencial, que había presentado su renuncia al licenciado López Portillo, por ser el presidente del Consejo de Administración de Infonavit y que en tanto se le daba respuesta, nos solicitaba a todos nuestra renuncia para contar con ella en caso necesario. Todos firmamos nuestra renuncia con carácter irrevocable y la entregamos a la secretaria del director general.

En el transcurso del día, se nos informó que el secretario de Hacienda le había rechazado la renuncia al licenciado Jesús Silva Herzog Flores y le había instruido para que preparara toda la información sobre el estado que guardaba a la fecha el Infonavit, el avance de sus programas de construcción y de otorgamiento de créditos, escrituraciones, su estado financiero y sus reservas territoriales, para presentarlos en fecha próxima directamente al presidente de la República, en reunión a llevarse a cabo en Los Pinos.

Al retirarnos, el director general, al saludarnos de mano, nos agradeció el gesto solidario que habíamos mostrado con él y con el Instituto firmando nuestra renuncia que, obviamente, no se había aceptado. Entre nosotros, los delegados, no faltó quien expresara que el licenciado José López Portillo había rechazado la renuncia del licenciado Silva Herzog Flores no sólo por ser de elemental reconocimiento a su trabajo, sino porque una renuncia así no convenía políticamente a sus aspiraciones a la candidatura a la presidencia de la República, como al poco tiempo quedó demostrado.

* Economista y compositor

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