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DIEZ AÑOS DE CAMINO DEL CENTRO UNIVERSITARIO “EUSTAQUIO BUELNA” DE MOCORITO

Por domingo 11 de agosto de 2013 Un comentario

Por Juan Carlos Gonzalez Gastelum*

Diez-Años1Sin lugar a dudas que la búsqueda de espacios educativos para la mejora de las oportunidades, es una necesidad y una obligación que tiene la sociedad en su conjunto. Derivado de lo anterior, en mi hermosa tierra, así ha sucedido. La creación de instituciones para una preparación de niños, jóvenes y adultos se ha dado desde antaño, con la creación de primarias, jardines de educación preescolar, la secundaria, las diferentes preparatorias y más recientemente el Centro Universitario en el que se imparten licenciaturas, en extensiones de las facultades de Derecho y Contaduría de la UAS, ubicadas en la capital. Cabe aclarar que más reciente es la apertura de un Técnico Superior Universitario en Agrozootecnia.

Pero hagamos un poco de historia de sobre este tema. A la entrada del nuevo siglo, aunque desde tiempo atrás se tuvieron pretensiones, se comenzaron a realizar las gestiones necesarias por parte de un grupo de personas para que en Mocorito se impartieran carreras que beneficiaran a un buen número de pobladores, que por cuestiones diversas no tenían acceso a estas. Así inicio este camino.

Pasado un corto tiempo, se corrió la voz y empezaron a llegar los prospectos para emprender sus estudios en una de las dos licenciaturas que se aprobaron, después de un estudio de necesidades; quienes así lo desearan ingresarían a la carrera de Derecho o bien a la de Contabilidad.

Cabe señalar que quien esto escribe, fue el encargado de recibir los documentos e ir armando los grupos. Así recuerdo que para la carrera de Derecho, se anotaron Marcio Valenzuela, Carolina Uriante, Celina Medina, Lucero Avilés, Isela Araujo, Haricela Machado, Rubén Araujo Serrano, Jazmín Duarte, Daniel Rivera, Hilda Flores López, Jesús Reyna y Alejandro López, Carla Beltrán, Mélida González Prado, Isaura Ruelas, Nataly Pérez Peñuelas, Bianca Jiménez, Abiel Rodrigo López, Jesús Adrián Gutiérrez, Saúl Vargas, Justo Pineda, Sergio Abel Meza, Francisco Ceballos y otros que se escapan de mi memoria.

Los profesores –en su mayoría se trasladaban desde la capital- que atendieron al grupo de Derecho fueron Lauro Julio Rodríguez, Martha Lourdes Camarena, Francisco Herrera, Eduardo Herrera, desde luego, el Lic. Fernando Enrique Arce López. Este grupo recibía sus enseñanzas jurídicas en horario vespertino, en virtud de las ocupaciones de los interesados. El Director de la Facultad de Derecho en ese tiempo era el Dr. Gonzalo Armienta Hernández.

Para la Facultad de Contaduría y administración, se conformó el grupo con los siguientes alumnos: Juan López, (quien fue el primero en anotarse de ambas carreras), Carolina Gallardo, Rosa Sánchez, Delfina López, Moisés Rivera, Ruth Arias, Jamileth López Gaxiola, Kareli Pérez, Fabiola Herrera, Edith Montes, Elizeth López, Rosario Juárez, Noé Domínguez, Delfina López, Rosa Sánchez, Moisés López Espinoza, Ennio Gastélum, Gerardo López cabrera, Hellen Arias, Rosario Juárez, Maydey González, Brenda Montes.

Para los alumnos de la FCA, los profesores fueron el Profesor Víctor Luís Leyva Uriarte, María Trinidad López Lara, Juan Carlos González Gastélum, o sea este servidor, el profesor Jesús Quintero, y una maestra de quien no recuerdo su nombre. El Maestro José Herrera era director y personalmente me invitó a unirme al proyecto.

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La promoción era bastante atractiva: en lo sucesivo se tendría la oportunidad de estudiar una carrera universitaria en la cabecera municipal y el primer año la inscripción corría a cargo del ayuntamiento; no puede dejar de venir a mi recuerdo cuando de manos del licenciado Arce recibí un fajo de billetes y un buen numero de recibos en los que anoté los nombres de los que se iban inscribiendo. Después, bien recuerdo que me fui a Guamúchil a pagar los derechos de inscripción, por lo cual el cajero hasta se molestó cuando ya iba en el vigésimo recibo, pero pues me interesaba armar el grupo y así tenía que ser.

Estuvimos trabajando en diversas partes: las instalaciones de la Cruz Roja, donde se acondicionó un aula con butacas que fuimos a traer de las que nos prestaron de la FCA en Culiacán, tiempo después, cuando el aire acondicionado y el espacio no fue suficiente, las puertas de la prepa Lázaro Cárdenas se nos abrieron y así también se utilizaron las de la secundaria, hasta que se decidió por “estrenar” las instalaciones de lo que ahora se conoce como centro universitario, sin enjarres, vidrios, aires acondicionados, ni tantos beneficios con los que ahora está dotado, pero siempre con el buen ánimo de alcanzar un sueño anhelado por muchos.

Sin lugar a dudas que hubo muchas vicisitudes para el arranque de lo que ahora disfrutan muchos jóvenes, profesores y administrativos, gracias al afán de algunas personas a las que no quiero mencionar aunque parezca injusto. Son tiempos de celebrar diez años en los que mucho se ha logrado, pues alumnos de ambas extensiones se han hecho merecedores de premios por el buen desempeño académico.

Son seis generaciones de estudiantes que han obtenido sus licencias para laborar como abogados o bien como administradores o contadores, con la misma calidad que en la ciudad de Culiacán, pues los programas son los mismos y la dedicación quizá sea mayor, pues para muchos de estos profesionistas representan una oportunidad de oro en la comunidad en la que se desempeñan.

Mi deseo, como maestro fundador de este centro universitario es que las autoridades universitarias, encabezadas por el ciudadano Rector de nuestra Universidad, el Dr. Juan Eulogio Guerra Liera mantenga y mejore las opciones que se ofrecen a quienes quizá no les sea posible trasladarse más allá de las fronteras de este terruño que es la cuna del Fundador de nuestra querida Universidad.

Son tiempos para agradecer a esos personajes que con un férreo compromiso han logrado seguir engrandeciendo nuestro pueblo por el camino que lleva hacia la cúspide, que es el Sursum Versus universitario.

*Docente UAS-Mocoritense.

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Un Comentario

  • Bibiane dice:

    Felicidades por el artículo que hace un merecido reconocimiento a esta noble institución y a los integrantes de aquella primera generación, tanto alumnos como maestros y autoridades universitarias, cuyos nombres quedarán registrados en la historia de educativa de Mocorito contribuyendo en buena medida al resurgimiento de la otro hora Atenas de Sinaloa.
    Sin embargo, es menester también hacer un público reconocimiento, omitido en este articulo, a otras visionarias personalidades sin cuyo apoyo este proyecto no hubiese sido posible como, ellos son: El Dr. Juan Salvador Aviles Ochoa, Presidente Municipal, quien al plantearlo como meta de su administración, no cesó en sus gestiones hasta el logro de su propósito; el M.C.. Gómer Monarrez, Rector de la UAS, quien con su característica sensibilidad atendió la propuesta y accedió colaborar cabalmente con el proyecto hasta convertirlo en realidad. HONOR A QUIEN HONOR MERECE.

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