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Dámaso Murúa, o el chiste de la historia

Por domingo 10 de julio de 2011 2 Comentarios

Por Joaquín López*

Uno de mis libros más preciados en mi biblioteca es “12 Relatos Escuinapenses” (1964). Ópera Prima de Dámaso que llegó a mis manos hace poco, regalo del biólogo-poeta Héctor Chapa, un profundo conocedor de los camarones de Ejcuinapa, como lo llama él.

La obra de Murúa es grande en todos los sentidos: Club Escarlata, Éxodo de la Perla, Las Redes Rotas, Las Playas de las Cabras, Palabras Sudadas, Amor en el Yanqui Stadium, La muerte de Marcos Cachano… y desde luego El Güilo Mentiras (1977), por citar unos cuantos, muestran las peripecias de una época y una región como ningún otro.

Dice García Márquez que independientemente de cuántos libros haya escrito, fundamentalmente se es autor de uno y Cien Años de Soledad, aunque no su favorito, es el suyo y el Dámaso siempre será recordado por su “Güilo Mentiras”.

El “Güilo” hizo su debut en la colección de cuentos “Doce Relatos Escuinapenses”. En obras posteriores irían apareciendo otros más y creo que entre el Dámaso y Costa-Amic, decidieron lanzar una compilación de ellos llevando como estrella al Güilo y su tallas que se publica con el título del apodo de Florencio Villa.

Los amigos de Dámaso creían que por ser mi paisano, nos conocíamos y me insistían que todo lo que tenía que hacer era ir al club 30-60-90 en Mazatlán y ahí lo encontraría. Fue durante el sepelio del médico escritor, Arturo Castro Morales de Teacapán, donde conocí a Dámaso. Él sabía de mis Apuntes para la Historia de Teacapán y me pidió una copia; aproveché la recta y le solicité firmara una copia del “Güilo Mentiras”.

Los Castro Morales, los Toledo Brambila y Dámaso fueron amigos de la infancia y forman parte de sus relatos. Coinciden también en sus años de estudiantes en la capital, aquella que Carlos Fuentes define como “… el recinto final de las provincias perdidas”, pero el destino los regresa a Marismas Nacionales pues la pesca del camarón era abundante y tanto Castros como Toledos fueron armadores; mientras que Dámaso trabajaba en el sector del lado burocrático, le entra el afán por la pluma.

Fue así como Dámaso, atestigua, es actor y crítico de un movimiento socioeconómico regional sin precedentes, de regiones que producían miles de toneladas de camarón cuyas ganancias diluidas raramente llegaban al bolsillo del pescador pues se esfumaban en el camino y se quedaba endeudado en vales que firmaba a cuenta del “remanente”. Regiones controladas por caciques, por extranjeros con dinero, unos honestos, la mayoría no tanto; de ahí que su obra tenga ya un lugar asegurado en la historia, pues en sus escritos, además de la verdad, convergen una serie de personajes y relatos de todos los estratos sociales a la vez que esculca la vida en todas sus manifestaciones, a veces cuenta sus historias a corazón abierto con pelos y señales, otras, cual si fueran producto de su imaginación, con nombres ficticios o, aún mejor, cambia nombres o los transforma para así poder relatar un trágico triángulo amoroso, evitando con ello violencia de algún aludido.

Dámaso ya escribe poco, corrijo: publica poco; radica en el D. F. conserva una casa en El Dorado de Mazatlán que utiliza en el invierno, a unos pasos de donde vivía Guadalupe Castro de Teacapán, casado con “La Cucú”, una hija de “Bacho” Toledo.

Dámaso inmortalizó tantos personajes que muchos ni se enteraron, entre ellos, Tamburro y el Hormidas Brambila, éste estaba emparentado con los Toledo, en su juventud fue afamado jinete y en ese sentido hace alusión a él, pero montado en una cocinera de la pesca “Salsipuedes”; a Collazo, Rubio y Manuel Cabaleiro, exiliados españoles casados con damas de Teacapán, los describe tal cual; de Cabaleiro dice que era “de nariz afilada, extremeño muerto de hambre y cicatero, llegó a hacer la América y la hizo. Se fue después de tres viajes en los que llenó las bodegas de los barquillos con aceite apestoso, grandes hígados y aletas para los chinos creyentes de lo afrodisíaco, pero en el pueblo no lo olvidan aunque lo metieron a la cárcel (un frondoso mango con cadena al tronco). Desde el viernes que se rompieron las fiestas del mar, contrató, sádico, a la banda de Chano Barrón que también se le rajó ese mismo domingo, encabronado por tocarle una sola pieza – la diana-diana-con chin chinchín-, mañana mediodía tarde, noche, madrugada y amanecer. Primero se lo festejaron, al segundo día echaban pestes, moviendo Chano la cabeza y atornillándose con un dedo la sien derecha. Cabaleiro, andaba feliz, dándoselas de original, enseñando dos dientes de oro que le había puesto el japonés Amano…”. (Las Playas de las Cabras” pp. 9; 1979)

Uno de los resentimientos de Murúa es que ninguna institución cultural en nuestro estado, hasta la fecha, ha dado albergue a su obra completa, por ello y porque ni siquiera tuvieron la cortesía de informarle que había ganado un galardón institucional el sexenio pasado, cual Jean Paul Sartre hizo con el premio Nobel, lo rechazó; y es que como padres perdonamos cualquier insulto personal pero los que les hagan a nuestros hijos, jamás.

*Cronista de Teacapán.

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2 Comentarios

  • TEOFILO MURUA HUIZAR dice:

    buenas tardes … yo soy originario de sinaloa… exactamente de Matatan a 15 kilometos de el Rosario Sinaloa, y para mi es un orgullo que haya persanalidades muy importantes como el sr. Escritor Damaso Murua…que ha puesto el nombre de Escuinapa en «marco de oro»junto con sus pueblos aledaños, y de paso a todo el estasdo de SINALOA…

    me gustaria conocer personalmente al sr. DAMASO MURUA.

    Atentamente.
    Teofilo Murua Huizar.
    Nogales Sonora
    tel. 6311680616

    • Carlos lizarraga duran dice:

      Carlos lizarraga. Tuve la fortuna de conocerle por un amigo de el..faustino lopez osuna profesor y poeta compositor de gran nivel…premiado con primer lugar del himno a sinaloa creador de la cancion el escuinapense tambien las lluvias se van…entre otras recuerdo la conversacion de la campaña de colosio y como se sentian los sinaloenses repartiendose puestos y la llegada de la muerte de colosio…hoy sin querer conoci un nieto del guilo mentiras..quien afirmo q su abuelo lo buscaban para q contara en los velorios una mentira….y q damaso murua pertenecio a la misma cooperativa del guilo de apellido villa …de escuinapa y la gente queria creerle q algun relato de mentiras fuera verdad pero q no se comprobo ninguna verdad…..

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