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MI ESTANCIA ACADÉMICA EN LA UNIVERSIDAD DE ARIZONA

Por miércoles 15 de abril de 2020 Sin Comentarios

SANTOS LÓPEZ LEYVA

Con esta colaboración hago un reconocimiento a mi amigo, colega y gran mocoritense, doctor Ambrocio Mojardín Heráldez, un gran investigador y excelente profesor de la Universidad Autónoma de Sinaloa, quien realizó sus estudios de maestría y doctorado en la Universidad de Arizona. Su partida es una gran pérdida para su familia, la Universidad y para la sociedad sinaloense.

En 1999, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), emitió una convocatoria de apoyos para realizar estancias posdoctorales en universidades extranjeras, se ofrecían 70 becas, yo había terminado mis estudios doctorales a finales de 1996 y estaba en condiciones de participar en esa convocatoria. Reuní la documentación necesaria y realicé los trámites pertinentes para participar en dicha convocatoria, el día que iban a dar los resultados estuve consultando la página del Conacyt toda la mañana y como hasta las 12:00 horas aparecieron, allí entre los 70 aceptados estaba mi nombre, cosa que me llenó de satisfacción, la cual compartí, inmediatamente, con mi familia y amigos.

La solicitud de estancia la hice a la Universidad de Arizona, de forma concreta al Center for the Study of Higher Education, del cual era director el doctor Gary Rhoades. Mi familia y yo llegamos a Tucson en los primeros días de agosto de 1999, para empezar a desarrollar mi proyecto de investigación, cuyo tema era la relación de las universidades con los sectores productivos en el noroeste de México. Lo que facilitó la llegada a esta institución fue un excelente convenio que tenía la UAS con la U of A, pues había varios uaseños estudiando el doctorado en Arizona, entre ellos estaba Ambrocio, el alma de este convenio fue la Doctora Adela Allen, quien se convirtió en la tutora de todos los estudiantes sinaloenses, hasta para mí alcanzó su bendición.

La Universidad de Arizona

Esta institución de educación superior se fundó en el año de 1885, tiene la misma edad que la Universidad Autónoma de Sinaloa, cuenta con alrededor de 36 000 estudiantes, se encuentra en el lugar 132 de las mejores universidades del mundo, según el ranking que elabora anualmente la Universidad de Shanghái. Esta buena ubicación proviene de los excelentes programas educativos que ha logrado construir, entre ellos el de ciencias del espacio, la institución siempre ha sido un pilar académico para la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), agencia del gobierno estadounidense, es número uno en los estudios de óptica y tiene estudios relevantes en zonas áridas, así como en medicina. Yo estuve en el colegio de educación, concretamente en el departamento de estudios de la educación superior, allí me tocó conocer, además de Gary Rhoades, a figuras como Sheyla Slaughter y Larry Leslie, ellos son los autores de la teoría del capitalismo académico, la cual sustenta la idea de que la universidad se ha convertido en una empresa, debido al interés en la comercialización de sus productos y servicios. La universidad, además de producir conocimiento, se preocupa por la comercialización del mismo; pero también de establecer un nuevo tipo de relación con las empresas. Dicen estos profesores que la Universidad de Arizona es una institución Nike-Pepsi, por la relación tan estrecha con esas firmas comerciales.

La investigación realizada y los resultados

Como producto de ese año de trabajo, además del fortalecimiento en mi formación académica pude publicar un libro que se denomina: La vinculación de las instituciones de educación superior con el sector productivo en el noroeste de México y uno o dos artículos.

La realización de esta estancia de investigación me abrió el campo de la investigación, pero sobre todo, las puertas para entrar en contacto con la ciencia global, para participar con grupos académicos de universidades extranjeras. Creo que la baja participación en la ciencia mundial es una debilidad de los investigadores mexicanos, que aunque la ciencia es de corte global, seguimos publicando libros y artículos en revistas locales que no tienen el reconocimiento ni las indizaciones de parte de organismos internacionales. Buscar y lograr la cobertura global constituye el gran reto para la ciencia y los investigadores mexicanos. Los que trabajamos en la formación de los nuevos doctores tenemos la obligación de brindar a nuestros estudiantes las condiciones para que, sin desatender las pistas de trabajo local, logren trascender hacia la dimensión global del quehacer científico y publiquen en revistas con visibilidad internacional. Debemos tomar en cuenta que en nuestro país existen alrededor de 120 revistas reconocidas por su calidad internacional; en el mejor de los casos pueden publicar cuatro números al año, serían 480 publicaciones, si cada una de ellas tiene diez artículos, se lograrían 4800 artículos internacionales en el año; pero somos alrededor de 30 000 miembros del Sistema Nacional de Investigadores, que en promedio estamos publicando un artículo internacional al año, entonces es imposible publicarlo en una revista de origen nacional, esta es una de las razones por la cual debemos salir, relacionarnos con grupos académicos del exterior.

* Profesor de la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Baja California

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