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LA VOZ DEL NORTE, UNA SELECTIVA “RAYA” CONSTANTE EN LA VÍA DE LA CULTURA SINALOENSE.

Por jueves 30 de mayo de 2019 Sin Comentarios

ROGER LAFARGA

Periódico cultural que edita la Fundación Dr. José Ley Domínguez, desde Mocorito, Sinaloa, La Voz del Norte, en su cuarta época, que inicia el 31 de mayo de 2010,cumple en estos días 9 años de existencia.Con su director Carlos Antonio Sosa Valencia y en la dirección editorial Mario Arturo Ramos Muñoz,este documento bisemanal ha desarrollado en Sinaloa una trascendencia significativa en dos sentidos que inciden hacia un mismo punto: de una parte, La Voz del Norte reconforta y anima a quienes queremos manifestar nuestras ideas a través de la palabraescrita y de otra, es necesariamente abrevadero al alcance de quienesoportunamentequeramos leer sus contenidos.

Fundado en 1903, por el profesor jalisciense José Sabás de la Mora, “Voz del Norte”,como se llamaba entonces, publica su primer ejemplarel 4 de julio de 1903, contando con las valiosas aportaciones de Enrique González Martínez, Sixto Osuna, Antonio Echevarría y Manuel Esquer entre otras plumasnotables; resulta interesante saber que Voz del Norte publicó, de Enrique González Martínez, los libros:“Lirismos” 1907; “Silénter”, con prólogo de Sixto Osuna, 1909 y “Los senderos ocultos”, 1911. A la muerte de José Sabás de la Mora, en 1911, toma las riendas de la imprenta y la publicación de la segunda época del periódico, su viuda, Doña Eulalia Robledo; aparece el primer ejemplar el 24 de febrero de 1912.

Ahora debo aprovechar el espacio que generosamente se me concede para aclarar el contexto con que sub titulo esta entrega, a saber: una selectiva “raya” constante en la vía de la cultura sinaloense.

Quiero estimar que la primera forma de comunicación entre mamíferos humanos, habrá sido siempre la maternoinfantil, la lactancia; entre quienes no dependen ya de este evento, mencionaríaal apoyo mutuo como forma de ínter relacionarse, v.g. trabajos comunitario; pero una forma de manifestación armoniosa entre desconocidos debió ser la imitación rítmica, la cadencia con que pudieran imitarse como frente a un espejo, hasta sentirse en común acuerdo y por tanto, seguros los participantes; la danza ha sido entoncesuna de las formas más primitivas de hacer arte.

Así desde antaño, la especie humana, curiosa por excelencia y provista con la necesidad innata de estar constantemente aprendiendo, ha vivido manifestando su perceptiva, su modo de ver y sentir la vida y la convivencia a través de actividades que marcan y dan carácter a su existencia y a su descendencia; esto es, transforman parte de su naturaleza propia y del entorno, inventando y resignificando eventos y símbolos que dan a su comunidad un sentido propio (idiosincrasia), al tiempo que le distinguen de los restantes; así pudieron desarrollarselos idiomas, las naciones y aún las religiones.

Inicia pues, la práctica de la lectura, desde la inquietud del individuo humano por aprender a interpretar los fenómenos manifiestos en la naturaleza, observando y recogiendo la información de lo que incumbe por interesante, útil o conveniente y luego, a fuerza de significarlo y contener data de ello, raya en la roca y en pieles de animales o anuda en la cuerda o registra en su memoria individual y o grupal, por medio de danzas, gestos o actuaciones sus vivencias; inventa la narrativa; y rayando hace también cultura, inventa los signos, la escritura y trasciende en el espacio y en el tiempo, materializa el lenguaje.Como ya es historia, lectura y escritura inciden en la génesis de uno de los logros más evolutivamente humanos: EL LIBRO.

El acto de leer invita a la reflexión y la promueve, dando al lector no solo un recreativo para la imaginación, sino también un cabal enriquecimiento al saber propio.

Leer, verbo cuya raíz indo europea: “leg”, significa juntar y más específicamente “recoger”, tiene que ver con el acto de recolectar lo seleccionado, para interpretarlo a la luz del entendimiento. Leer es por supuesto, junto con la escritura y toda hechura humana, parte de la cultura.

Escribir, para colegir con lo anterior, procede de la raíz indoeuropea “skibh” y se relaciona con rayar o hacer incisión en un soporte o sustrato, con el fin de establecer un mensaje, símbolo o representación de lo que el individuo percibe del entorno y de lo propio interno.

Se trata pues, de una raya que adquiere proporciones de trazado y deviene en la construcción de la escritura; una raya de excelente contenido: mensaje. Gracias a la escritura contenemos el tesoro incalculable de los conocimientos y los comportamientos de la humanidad. Así en Sinaloa, La Voz del Norte, es una “raya” constante en la vía de la cultura sinaloense.

Con un sincero agradecimiento al periódico La Voz del Norte por haberme invitado a colaborar con mis modestas participaciones.

¡¡MUCHAS GRACIAS, en este noveno aniversario a quienes nos leen…!!

* Homeópata IPN- Sinaloa

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