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CRONICA DEL VIAJE DE “LOS AMIGOS DE LA SIERRA” A SURUTATO

Por viernes 30 de noviembre de 2018 Sin Comentarios

ENRIQUE PARRA OSUNA

Esta aventura se ha repetido treinta y tres años de manera ininterrumpida, ha pesar de la estigmatización que se tiene de los sierreños. En ese tiempo hemos visto grandes beneficios tanto en bienes y servicios como en cambio de actitudes en el morador cerril. Desde la calle Colon y Donato Guerra frente a las oficinas del licenciado Eduardo Niebla Alvarez, promotor principal de la idea, como todos los años, contamos con la colaboración de empresas como Agua Miller, SERDI, así como el amigo Amado Castro Blanco, y los propios integrantes del grupo que aportaron productos para entregar a las familias de la sierra como estufas ecológicas, zapatos, ropa, enseres domésticos y otros artículos. Partimos de la ciudad de Culiacán, a la cabecera municipal de Badiraguato. Aproximadamente siete de la mañana del día 13 de septiembre del 2018, exactamente a la salida del sol por el oriente. Nos tomó una hora de camino rumbo al norte por la carretera libre, doblando por Pericos.
En la fonda de “Los Naranjos” de Badiraguato desayunamos comida campirana de los altos: machaca de res, albóndigas, enchiladas con chile colorado, cazuela, chorizo con huevo, bistec, huevos al gusto, frijoles con queso fresco, tortillas al comal, café puro o cuarteado, pan y galletas. Las cocineras diligentes, nos atendían nuestros pedidos elaborados en hornillas rusticas y sartenes de barro. Cada rato las atizaba con leña de güinol y brasil, el ambiente olía a hollín. El humo salía por la chimenea. Instalados en el tejaban de seis horcones. Comenzamos a degustar los alimentos. Se sentía una alegría en cada rostro, al desvincularnos de la ciudad al medio rural. Sentimos un relajamiento pues el ambiente cerril nos despierta infinidad de vivencias. Hago alusión al amigo Francisco Salcido quien nos acompañó de principio a fin. A pesar de estar “tronchado” (lesionado de la cintura) sobreponiéndose al dolor, ponía la nota alegre. ¡Nuestro respeto y admiración amigo Salcido! Aquí en la sierra se festejan en grande las fiestas patrias. Nos sorprende la cabecera municipal, lo mucho que han avanzado en bienes y servicios. También sus sindicaturas y rancherías. Continuamos nuestro viaje hacia los Sitios: de Abajo, del Medio y de Arriba, sus calles empedradas. Enseguida al Huejote.
Parada obligada para admirar el enorme HUANACAXTLE, único en toda la región alteña por su dimensión, además de saludar al Señor Manuel Armenta y familia, único cestero del lugar alteño. Elabora cestos, canastas, sombreros de palma, su esposa hace coricos, empanadas y pan de mujer. Seguimos el camino hacia el vado del arroyo sin complicaciones. A partir de ahí, inicia el ascenso a la sierra.
El paisaje comienza a cambiar, la carretera serpenteada se encuentra en buenas condiciones. Tenemos que respetar la señalización por seguridad. Hay presencia de semovientes. ¡Cuidado!, también derrumbes. ¡Alerta! pronto llegamos a Tepehuajes. Hay mucho palo de brasil y algo de topes, huele a boñiga y también a orín, a partir de aquí, la elevación es mayor, el clima cambia, el color de las rocas también, la vegetación, el cielo mas pálido, los derrumbes más frecuentes, los barrancos son notables. Poco tiempo después, se columbran los pinos.
Para los amantes de las fotografías es el momento de usar la cámara y videos grabando el paisaje cerril, ¡es hermoso! ¡Inconmensurable! En este momento todo el estrés que traigas lo eliminas, llegas a un éxtasis.
Tus emociones se despiertan. Tus sentidos se avivan. No hayas que hacer con tanto prodigio. La naturaleza despierta la reflexión. Aquí los elementos te tocan: tierra, lluvia, aire y sol. ¿Qué más le podemos pedir? ¿A caso hay algo más grandioso? tenemos que cuidar la naturaleza, respetarla y amarla. Disfrutarla plenamente, es lo que año con año experimentamos “Los Amigos de la Sierra”. Entramos en contacto porque nos parece fascinante e inspirador y nos revitaliza e invita a regresar todos los años, en la entrada del otoño. Por fin divisamos el poblado del Ranchito, a la derecha del camino. La carretera se encuentra mejor. El bosque de coníferas esta a la vista. Entreverados se ven a encinos de diferentes variedades, llamando más la atención el encino güeja, por sus hojas cóncavas. También robles, roblillos, algarrobos, madroños. Por los cortes de los cerros escurren pequeños manantiales. Uno que otro charco se forma por las lluvias. También observas diferentes colores de rocas y estratos para los amantes de la geología. Llegamos a lo más alto y al comenzar a descender divisamos Surutato, envolviéndonos la fragancia de sus pinos y lo irisado del camino, nos da la bienvenida su gran arco como herencia romana y de la conquista del catolicismo introducido por el misionero Jesuita Hernando de Santarén.
Al penetrar por su entrada principal, como novedad vimos la construcción del drenaje a la comunidad sierreña. Inimaginable en tiempo atrás, por lo abrupto del terreno. Como si fuera un suspiro en tres horas hicimos el recorrido desde Culiacán a Surutato. Más o menos ciento cincuenta kilómetros a una altura aproximada sobre el nivel del mar de mil quinientos metros. Nos albergamos en las cabañas del ejido. Atendiéndonos una joven, Paola una belleza serrana, muy diligente, nos entrego la llave de cinco pequeñas cabañas, con una magnifica vista. Se nos recrean las pupilas al presenciar los cerros cubiertos de pinos, el aroma que despiden y el clima templado que recibes. Allá abajo dejamos el calor abrazador de la ciudad por el clima benigno de la montaña. ¡Increíble! nos abrazamos llenos de alegría. El relajamiento era de añoranza. Nuevamente nos sentimos afortunados, es un privilegio el reencontrarnos con la naturaleza. Aquí se borran los demonios y todo queda en el olvido.
Por la tarde noche el amigo Sergio Bolívar preparó una carne asada con todos los poderes acompañada con bebida al gusto. Los chascarrillos no paraban. La luna en cuarto creciente se asomaba. Una que otra estrella titilaba. De la Mesa del Fierro los carros serpenteaban descendentemente, ofreciendo un entretenido espectáculo. La noche llegó, se sentía frio, los relámpagos no cesaban. Los pinos parecían guardianes. A la vista teníamos la panorámica de la comunidad de Surutato. Optamos por descansar.
DIA 14
En el mirador de las cabañas vimos el amanecer. Sobre los cerros, el astro rey asomaba sus rayos, el paisaje en todo su esplendor. Se respira hondo y nos colma de paciencia. ¡Que maravilla! disfrutar del alba en las montañas. Este día visitamos a Los de “La Mesa de Fierro”, donde vive la familia del Viejo Chano Lugo, siendo atendidos con mucha deferencia por sus hijas Martha, Emilia y Joaquina, así como por sus yernos y nietos. Después de muchos años, le preguntamos a Chano, el nombre del lugar, respondiéndonos que a un español de nombre Avelino Erbella Carvallo, le dieron permiso de talar los pinos. Al tiempo, los comuneros protestaron y lo corrieron dejando sus fierros.
De ahí el nombre. También dicho español hizo “fechorías” en La Petaca municipio Concordia. Todo el día la pasamos muy contentos, disfrutando de su desayuno, de su amistad y del entorno; ya tardé la lluvia nos despidió. Tomando el camino viejo, que es más corto que por “La Ciénega”. Fuimos al abarrote de Beto Valenzuela, un buen amigo nuestro propietario del camión que viaja de Surutato a Culiacán y aprovechamos para entregarle una camiseta y una cachucha conmemorativas de este viaje. Beto siempre está dispuesto a colaborar con los amigos de la sierra. Platicamos de forma amena con él y después compramos lo necesario para la comida. Ya tardé noche el amigo Sergio nos preparo un recalentado muy sabroso.
DIA 15
Emprendimos el viaje rumbo a San José de Los Hornos, comunidad distante a veintitrés kilómetros. Ya nos esperaba la Familia de Juan Sánchez, su esposa Sofía y el gran Macario. Reencontrarnos nos produce enorme satisfacción. Sentir su presencia y estrechar sus manos nos llena de emoción. Muchos días y noches pasamos por estas fechas en años anteriores, conviviendo con los moradores en casa de doña María, mamá de Juan, finada. Gratos recuerdos pasamos los “Amigos de la Sierra” en su pequeña cabaña. Tenía un jardín de dalias, rosales, cabuchis, girasoles, margaritas, chismes, ¡precioso! ¡Vaya añoranza! Y que decir de los manzanos, peras, duraznos, membrillos, tunas y el ulular del arroyo. Que estancias tan gratas pasamos con esta señora que era un primor. La recordaremos siempre gratamente. Mientras unos comían con Juan, otros visitamos a la familia de Benigno Ortiz y su esposa Dora para comprarle unos enmielados que son un manjar.
En otra parte les dicen orejones. Pero no se comparan. Estos son de durazno, membrillo, manzana, pera e higo. Hechos de manera artesanal. Son una delicia. Son de temporada y nos surtimos para ofrecer a los familiares y para consumo propio. Cuando bajamos nos preguntan si compramos enmielados de ricos que son. Después de comer y ver llover retornamos a Surutato. El camino bueno. Llegamos sin novedad. Por la noche en casa de Lauren y Alicia vimos la pelea del Canelo Alvarez con el kazajo Genady Golovkin. Ahí cenamos enchiladas rojas con queso y frijol. Muy sabrosas. Excelentes anfitriones. En “la enramada” se escuchaba la banda de música, también cohetes. Convocan para dar el grito de independencia. Vimos ganar al Canelo y regresamos a las cabañas del Ejido. Ahí “Los Amigos de la Sierra”, acostumbramos con los presentes, también dar el grito, recordando a los Héroes que nos dieron Patria: Hidalgo, Morelos, Allende, Ortiz de Domínguez y otros grandes héroes. Este día nos visitó Juan Sánchez y Macario de San José de Los Hornos, y de Plan Grande Francisco Esparza. “Los Amigos de la Sierra” distribuimos esta vez: Estufas ecológicas, enseres domésticos, ropa, calzado, útiles escolares, dulces, baldes, garrafones de agua y medicinas.
DIA 16
Es el principal día Patrio en la Sierra de Surutato. Por cierto, su vocablo viene del Tarasco Tsurumu. – Espina y huato – cerro. Se interpreta “En el cerro de las espinas”. Retomando el inicio los moradores toman con mucha seriedad los eventos en que participan niños, jóvenes y adultos. Se puede decir que es el día esperado. Por la calle principal se realiza el desfile de ida y vuelta. Se inicia en “la enramada” hasta la casa del ejido y retorna a donde partieron. Ya en la enramada se desarrolla un programa alusivo a “Las Fiestas Patrias”. Las principales autoridades forman el presídium, esta vez hubo reinas de distintas comunidades para embellecer el acto. Terminada la demostración de la banda de guerra inicia el festival cultural artístico. Niños, jóvenes y profesores demuestran su trabajo ante los presentes. ¿Y que creen? A sus ochenta años esperaba turno junto al templete y su aparato de sonido La Maestra Alicia Montaño. ¡Que vigor trasmite a sus alumnos que ejecutan a la perfección, cada bailable! Que ejemplo de vocación y entrega a su profesión. Gracias Maestra por mantener su energía en esta comunidad serrana. Es un ejemplo a seguir.
“Amigos de la Sierra”. Que hicieron el viaje: Dr. Alberto Niebla Álvarez. Lic. Eduardo Niebla Álvarez. Lic. Mario Niebla Parra. Lic. Profr. Gabriel Castro Camacho Dr. Marco Vinicio Ponce de León. Rep. Alejandro Ibarra Manjarrez. Lic. Guillermo García Ruiz Arq. Eduardo Verdugo García. Arq. Joel Félix Rocha. Lic. Francisco Salcido Delgado Lic. Sergio Bolívar. Lic. Diego Castro Blanco. Prof. Enrique Parra Osuna

* Autor, docente

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