Nacional

PACHUCA, LA PLATA Y EL HUAPANGO

Por domingo 22 de septiembre de 2013 Sin Comentarios

Por Alberto Ángel “El Cuervo”*

PachucaTodo estaba dispuesto para la noche mexicana… Los escenarios, la planeación en general se antojaba para un evento verdaderamente espectacular. Habíamos tenido una junta previa y todo sonaba a las mil maravillas, pero si he de ser honesto, tenía dudas acerca de cómo saldría a la hora de la hora. Por fin, estaba en el escenario en la azotea del edificio de la mujer ahí en la plaza central de Pachuca… Habíamos seleccionado con gran cuidado las canciones a interpretar. Siendo el día de celebración de la independencia de México, tendrían que ser de aquellas que verdaderamente inflaman la emoción nacionalista. Sildia Lau, promotora de gran trayectoria, había propuesto mi participación de manera insistente. La expectativa en general era muy alta por parte de los organizadores en cuanto a mi participación, lo que se convertía en un fuerte compromiso profesional para mí. Y ahí estaba, en la azotea del edificio desde donde canté esperando a la prueba de sonido. La lluvia, no cesaba y eso era motivo de preocupación ya que el festejo sería prácticamente todo al aire libre. Pensando en ello, comencé a divagar entre los recuerdos que la ciudad me traía… Pachuca, la bella airosa, decían los amigos de mi padre en aquellas reuniones… Y la curiosidad por saber la razón de el sobrenombre me hacía soñar con conocer algún día esta bella ciudad del Estado de Hidalgo… Pachuca es caballo, se escuchaba constantemente en las reuniones donde los adultos varones jugaban cubilete… Y yo no entendía bien a bien por qué era caballo pero soñaba con cabalgar estando ahí… Pasarían muchos años para que comprendiera las dos cosas. Jamás voy a olvidar cuando una noche regresando de Pachuca decidí estacionarme a contemplar el cielo… No recuerdo otro sitio donde haber observado un cielo tan lleno de estrellas. Y es que el aire tan fuerte en esa región, permite que la mayor parte del tiempo el cielo se encuentre despejado y se presente así ese espectáculo donde la naturaleza se prodiga bellamente ahí, en Pachuca, la bella airosa. La explicación que los meteorólogos nos dan es que durante las tardes, el viento se incrementa casi todos los días entre las cinco y siete alcanzando velocidades de casi cincuenta kilómetros por hora. Esto es debido a la sustitución de aire caliente que se acumula a lo largo del día, por una masa de aire frío que proviene de los bosques serranos que se encuentran junto a la ciudad, lo que provoca así el fenómeno por el cual se ganó el sobrenombre de la bella airosa…

Pachuca es uno de los asentamientos más antiguos de México tanto si nos queremos referir al México contemporáneo como al antiguo México prehispánico. En el llamado Cerro de las Navajas, en la sierra de Pachuca, se han encontrado minas de obsidiana verde así como diversos implementos para el trabajo de este mineral como raspadores y objetos ya elaborados tales como puntitas de flecha que permanecían junto a restos de Mamuts y datan de aproximadamente doce mil años antes de Cristo. Ya desde entonces se tenía presencia humana organizada en esta región cuyo nombre proviene de una voz náhuatl Pachocan que significa apretura o estrechez y es debido a la cañada que se encuentra al norte de lo que actualmente es la ciudad. Las formaciones rocosas que hacen de Pachuca un terreno accidentado, son muy antiguas, el Cerro de la Magdalena se calcula que tiene 26 millones de años de edad… Y como resultado de la actividad volcánica que dio orígenes a esas formaciones, se tiene también la aparición de las ricas vetas de plata que dieran tanta fama a Pachuca como región minera. Dichas vetas, se calculan según los geólogos, con una antigüedad de poco más de siete millones de años y se presentan en forma de acantita (Ag2S) sulfuro de plata. Su nombre deriva del griego akantha, espina, y es debido a sus caras con bordes puntiagudos. Se encuentra la plata de las minas de estas regiones, también en forma de argentita, que químicamente viene siendo el mismo sulfuro, sólo que la morfología es distinta así como su grado de pureza que es mayor en el caso de la acantita. Tanta fama tenía la plata de esas regiones, que según nos cuenta Fray Agustín de Betancourt los comerciantes turcos de Jerusalén no recibían la plata si no llevaba el sello con la palabra Pachuca. Debido a dificultad lógica que el idioma español les representaba, los turcos le llamaban Pachocha en vez de Pachuca y de ahí, se desprendió a todo México el simbolismo de ese término como referencia al dinero hasta la actualidad… “en esta bolsa está la pachocha…” “Traigo pachocha suficiente para comprar…” etc.

Pachuca es afamada también por la alta calidad de esa bebida mexicanísima de origen prehispánico, el pulque. Muchas haciendas pulqueras se establecieron en la región cultivando el maguey del que también se obtienen los no menos célebres alimentos regionales conocidos como gusanos de maguey que son parte importantísima del arte culinario mexicano y los llamados escamoles que no son otra cosa que las larvas de dichos gusanos. Comerse un taco de gusanos doraditos o de escamoles guisados de muy diversas maneras, es una de las delicias que estando en Pachuca no deben perderse. Desde luego, la barbacoa de hoyo, la tradicional, es típica de la región. Tremendamente popular desde tiempos inmemoriales, se ha extendido a lo largo y ancho del país, el consumo de este riquísimo platillo que algunos establecimientos como el de mi querido amigo Pepe Arroyo, siguen ofreciendo elaborados bajo los estrictos parámetros de la antigua usanza como barbacoa de hoyo. Pero Pachuca es también algo así como la puerta de la Huasteca, esa región con particulares características. Tan particulares son, que no obstante la división geográfica política de los estados de la República, sigue siendo considerada de forma independiente. Así, existen las Huastecas veracruzana, potosina, tamaulipeca, Hidalguense y aunque no hay un acuerdo completo, se habla también de una Huaxteca poblana. La huasteca se mantiene unida por características culturales comunes de gran arraigo. Así, por ejemplo, desde el punto de vista culinario tenemos el zacahuil, que es un tamal gigante y realizado con carne de animales diversos y distintas verduras también. Tradicionalmente, el zacahuil huasteco, se sirve en bodas y se acostumbraba que a manera de regalo, todos llevaran previo al festejo, lo que tuvieran y pudieran. Algunos llevaban pavo, otros cerdo o borrego y las verduras con las que contaran. Con esto, se hacía un enorme tamal que era cocinado en horno de leña y servido en una gran batea de donde los comensales tomaban la porción correspondiente. De ahí quedó la costumbre y sigue siendo el zacahuil de carnes distintas y sus sabores correspondientes. De un zacahuil pueden alimentarse hasta cerca de 200 personas dependiendo del tamaño. Este platillo, nos habla de la fuerte unión que hay entre los habitantes de la Huasteca. Asimismo, existe un género musical que no pertenece a ningún estado en particular sino a la región huasteca como entidad casi independiente y es conocido como Huapango. Hablar del Huapango es referirnos a muchas cosas a la vez: La música, el baile, el tablado o la ocasión en que todo ello se conjunta. Huapango deriva del vocablo nahoa cuauhpanco que a su vez viene de coahuitl, madero, ipan, sobre él y co, lugar. Esto haciendo referencia a la danza que se realiza sobre el tablado que en un inicio esa un tronco hueco . Aunque existe mucha polémica en torno al origen del huapango, en general se acepta que es una fusión de música y danza precolombinas de la huasteca y los géneros populares llegados con el descubrimiento de América. Asimismo, se piensa que el huapango muestra una influencia africana, todo ello para dar como resultado una expresión musical con carácter propio y regional. Varía el huapango de acuerdo al lugar de la huasteca de donde provenga y al intérprete que lo ejecute, aunque mantiene una similitud muy fuerte en su raíz lo que hace que se identifique como un canto regional huasteco. Hay algunos autores que dicen que la palabra huapango deriva de “fandango”, ocasión festiva donde se canta, se baila y se zapatea y se supone que nos llegó de España. Pero a este respecto, Alejo Carpentier nos dice que remitiéndonos al Diccionario de la Academia de Autoridades, nos encontramos con que el fandango se define como “baile introducido por los que han estado en los reinos de las indias y que se hace al son de un tañido muy alegre y festivo”. Esto, viene a apoyar el origen prehispánico del huapango. Generalmente, los músicos que interpretan el huapango, contsituyen tríos en los que ejecutan el violín, la jarana y la guitarra quinta mejor conocida como huapanguera. Desde luego, los tres integrantes participan en mayor o menos grado como vocalistas. El violín y la huapanguera, son instrumentos que no pueden faltar para la auténtica ejecución de este género musical huasteco. La jarana, aunque sirve para que junto con la huapanguera armonice en el acompañamiento, muchas ocasiones lleva el llamado requinto o pespunteo que va generalmente en contrapunto con el violín. El canto huasteco es de un grado de dificultad muy elevado, por lo que la calidad de los ejecutantes de huapango es siempre muy elevada llevándoles largos años de preparación para poder considerarse dignos de su oficio. Por lo que se refiere al canto, el huapango tiene una característica muy particular que le identifica plenamente: El falsete. Es una inflexión vocal aguda que trata de igualar el registro agudo femenino que se logra mediante un brinco corto de voz plena a la llamada voz falsa para adornar la ejecución del canto. En tanto que música sincopada, el huapango es un género muy apropiado para la improvisación tanto el la voz con duelos de coplas como en la ejecución de los instrumentos. El zapateado sobre el tablado, forma parte muy importante del huapango y enriquece la ejecución del mismo a manera de instrumento de percusión. Con el tiempo, surgió el subgénero conocido como huapango canción o huapango lento. Este no es danzado y generalmente comienza en modo menor en la tonalidad dándole un carácter nostálgico. Muchos son los representantes legendarios de huapango, dentro de los que se encuentran Severiano Briseño, Andrés Huesca, Nicandro Castillo, Elpidio Ramírez “El viejo Elpidio”, Lorenzo Barcelata y Los Cuates Castilla entre otros. Es el huapango uno de los géneros más populares dentro de la música tradicional mexicana. Pícaro y divertido, profundo y nostálgico, es el huapango uno de los más tradicionales de nuestra música. Y el festejo de independencia de Pachuca, fue verdaderamente mágico. Una vez dado el grito comencé a cantar a capela “Voz de la guitarra miaaaa… Al despertar la mañanaaaa…” y el silencio absoluto fue seguido de gritos de euforia de decenas de miles de personas que se reunieron en la plaza para celebrar. Gracias a todos los asistentes por la emoción brindada. Gracias a quienes estando a mi lado me brindaron toda esa magia…

Entre la emoción por el festejo y la remembranza de todo lo que Pachucha, la bella airosa me regaló esa mágica noche.

*Cantante, compositor y escritor.

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