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Ocoroni sus mujeres que hicieron historia Luisa “La Malinchi’’, Teresa “La Santa de Cabora” Urrea y Julia Pastrana

Por domingo 16 de diciembre de 2012 Un comentario

Por Juan Manuel Veliz Fonseca*

OcoroniHoy Ocoroni es una sindicatura del municipio de Sinaloa, cuenta con varias comisarias y un subsindicatura en el pueblo de Genaro Estrada donde confluyen 26 ejidos y se encuentra a 22 kilómetros de la cabecera municipal, en la parte norte. Así también se le llama al arroyo de gran influencia a cuyas márgenes habitan la región mayo-yoreme; su centro ceremonial está en La Playa y su gobernadora es doña Francisca Álvarez Moyte y vive en la comunidad de Playita de Casillas. Ocoroni es una indonimia de origen náhuatl, compuesta de o-coroni y se compone de o, que, según el jesuita Francisco Javier Clavijero (Historia Antigua de México. Imprenta de Juan N. Navarro, México 1853) este sonido sirve para atraer la atención en los razonamientos o hace las veces de interjección admirativa; y coloni, alteración de coroni, que procede del aztequismo colotli, una especie de coraza o escudo en forma redonda y de piel resistente. Dicho escudo embrazado en el brazo izquierdo (o derecho, según fuera), servía para proteger el pecho del guerrero. Topónimo.-significa lugar de valientes guerreros con escudos. Mientras que Pablo Lizárraga Aramburo, dice que esta toponimia significa los chileros o lugar de chiles chiltipines. Señala que, este es en vocablo de la misma lengua Ocoroni, que viene de cocoroni en referencia a cierto chile pequeño muy común en esta región. También el pueblo de Ocoroni fue paso obligado de las diligencias en su camino de Culiacán a El Fuerte. Después de pasar por la villa de Sinaloa y luego Ocoroni, y seguía el camino real que pasaba por el Espejo, El Chapote, Las Cotorras (desaparecida) y El Pozo; ahí torcía hacia la derecha, llegaba a La Tasajera y el Gallo, y continuaba rumbo a la comunidad de Los Ojitos y Lo de Vega, entre otros puntos, antes de llegar a El Fuerte. En esta región se desarrollaron los personajes en mención:

Luisa “La Malinche” de Ocoroni.

En escrito de Reynaldo González Jr., dice que en Ocoroni apareció una mujer que era toda una señora y consorte del caudillo, que apoyó a notables conquistadores del noroeste primero al capitán Francisco de Ibarra, después al capitán Francisco Vázquez de Coronado, el intrépido capitán Diego Martínez de Hurdaide. Iniciándose como intérprete de estos tres invasores haciendo referencia a la crónica de Baltasar de Obregón al entrevistarse con el capitán Ibarra nos dice: “Que llegó acompañada de una docena de gandules, y dispuestos galanes” vestida como acostumbraban vestir las mujeres de Ocoroni: “Unas naguas de algodón sin nada de la cintura para arriba…”, además continua el cronista “Daba orden y traza en muchos casos y cosas que los naturales no acertaban y estaban de ellas ignorantes y por estas ventajas a los demás era codiciada, temida y obedecida de todos los mandones y caudillos de aquella provincia y partes donde fue cautiva y en ellas siempre fue cacique… pero además conocía los secretos y lenguajes de doscientas lenguas”. También se dice que la cuna de Luisa lo fue la villa de Culiacán en donde según la opinión de algunos citados por Obregón, se huyó siendo virgen para evitar caer en servidumbre. Y fue así como llegó al pueblo de Ocoroni. Baltasar de Obregón apunta: “Esta Luisa quedó olvidada en Ocoroni de los de Francisco Vázquez Coronado, viniendo del viaje de Cíbola…Dio notable pena a los de su pueblo su ida, el cual es uno de los mejores y más concertados de la provincia de Cinaro; es de cuatrocientas casas, de lanas y esteras, de ellas son tumbadas y redondas, y en ellas habitan ochocientos vecinos. También las crónicas hablan de la gran amistad del capitán Hurdaide con Luisa de Ocoroni. Por su relación que tuvo con los invasores los cronistas la llaman Luisa “La Malinche” Sinaloense.

Teresa “La Santa de Cabora” Urrea Chávez. (1873-1906)

Nació en la ranchería de Santana, perteneciente a la sindicatura de Ocoroni, Sinaloa, el 15 de octubre de 1873; su madre fue una indígena, Cayetana Chávez y su padre un rico hacendado, quien era el patrón del rancho, Tomás Urrea, y su esposa era Loreto Esceverri, es decir, Teresa fue una hija ilegitima. En 1880 la familia se trasladó al estado de Sonora a la comunidad de Cabora, enclavada en la sierra en los límites con el estado de Chihuahua. Cuando cumplió los doce años, llamó la atención de toda esa región por sus maravillosas curaciones. Su fama fue creciendo día a día, era tanta la fe que le tenían ya que la cura consistía con sólo tocar a los enfermos. A los 17 años Teresita se dio cuenta de la pobreza y marginación de las gentes y se lanzó a recorrer la sierra montada a caballo gritando: “¡No soy santa, ni curo, soy humana como ustedes, ya es tiempo de que se acabe tanta infamia; hay que despertar, no se dejen arrebatar sus tierras, sus ganados; ya es tiempo de acabar con tanta injusticia de los ricos y el gobierno!” Luego se entrevistó con la gente de Tomóchic que encabezaba José Chávez, al que llamó: “Señor San José” y que en el año de 1890 fue uno de los primeros que se rebelaron ante las tropelías cometidas en el gobierno de Porfirio Díaz, en un combate desigual de siete días, donde niños, mujeres, ancianos y combatientes fueron quemados y fusilados, tomados del pueblo de Tomóchic, pero jamás se rindieron. En 1892, re rebelaron la región del rio Mayo, gritando “¡Viva la Santa Teresa de Cabora!”. Todo esto sirvió al gobierno porfirista como pretexto para que Teresa Urrea y su padre en ese mismo año fueran exiliados en el vecino país del norte, donde ella como su padre (1902) murieron en Clifton, Arizona y nuestro personaje el 11 de enero de 1906, cuando tenía solo 33 años.

Julia Pastrana. (1834-1860)

Difícil de ubicar su lugar de origen. Las crónicas nos dicen que nació en la región de Ocoroni del distrito de Sinaloa con una enfermedad llamada hipertrofia gingival, con encías protuberantes llenas de excrecencias. Sus filas de dientes se apilaban y retorcían en dos hileras que le conferían una apariencia simiesca; en su cara tenia una frondosa barba, alcanzó a medir 1.37. En el año de 1854 un gringo llamado Theodoro Lent que era demasiado ambicioso y sin escrúpulos la localizó en una visita que realizo en casa del gobernador de Sinaloa coronel Pedro Valdez. Se casó con ella, no para tener una relación sentimental sino para explotarla exhibiéndola como “El hibrido maravilloso”, “La mujer oso o lobo”, La mujer más fea del mundo” en los circos, primero en lo Estados Unidos y después en Europa. Quienes la trataron afirman que era una mujer dulce, educada y extremadamente inteligente que amaba la lectura y que hablaba y escribía tres lenguas. También Julia Pastrana fue motivo de comentarios científicos, el médico neoyorquino Alexander B. Mont llegó opinar: “Es uno de los mas extraordinarios seres de los tiempos recientes, un hibrido entre humano y orangután” mientras que Charles Darwin se refirió a ella en los siguientes términos: Julia Pastrana, un bailarina española, era una extraordinariamente fina mujer, pero tenia una gruesa barba y frente velluda. Fue fotografiada y su piel puesta en exhibición. Pero los que nos concierne es que tenía en ambas quijadas, superior e inferior, una irregular doble hilera de dientes, una hilera colocada dentro de la otra, de lo cual el doctor Purland tomo una muestra. Debido al exceso de dientes su boca se proyectaba y su cara tenia la apariencia de un gorila”, así sus mandíbulas fueron estudiadas por el Real Colegio de Cirujanos de Londres, de los cuales todos quedaron asombrados.

En 1860, estando en Moscú, Julia Pastrana quedó embarazada. La ambición por el dinero llevó a su esposo Lent a vender entradas para presenciar el parto. El parto fue un niño que heredó las características de la madre pero que, debido a dificultades del parto, apenas sobrevivió tres días. Ella murió tras dos días de agonía, que su marido amortizó económicamente. Enseguida contactó con el profesor Sukolov de la universidad de Moscú, al que finalmente vendió los cadáveres y éste decidió momificarlos y los expuso en el Instituto Anatómico de Moscú., al cual después Lent reclamó con el acta de matrimonio la propiedad de los cuerpos momificados de su esposa e hijo. Luego los vistió a ella como una danzarina rusa y la colocó junto a su hijo muerto en una vitrina que siguió mostrando por todo el mundo a todo el estuviera dispuesto a pagar. En 1880 los días del empresario acabaron ya que termino internado en una Institución mental donde murió.

Las momias de Julia y su hijo siguieron su triste peregrinar, cambiando varias veces de manos. Aparecieron en Oslo, exhibidas por un empresario noruego hasta que el gobierno de ese país prohibió su exhibición pública. Las momias fueron robadas en dos ocasiones y cuando fueron recuperadas en 1979 a ella le quebraron un brazo y ambos cuerpos han sido maltratados. Lo último que se sabe es que están almacenadas en el sótano del Instituto Forense de Oslo, Noruega. Ante esta situación tan trágica de un ser humano como lo fue Julia Pastrana la Asociación de Cronistas Nacionales y del Estado de Sinaloa, encabezados por el MC Crescencio Montoya Cortez, el Archivo Histórico y su director MC. Gilberto López Alanís, en su resolución fechada el 7 de agosto del 2012, han solicitado al gobierno del Lic. Mario López Valdez que intervenga en la repatriación de los restos de Julia Pastrana y sean sepultados en su lugar de origen. Todo ello está avanzado, gracias a la participación del MC López Alanís, y de la Lic. María Luisa Miranda Monreal, directora del Instituto Sinaloense de Cultura (ISIC), así como del Lic. Saúl Rubio Valenzuela, presidente municipal de Sinaloa. En Sinaloa de Leyva ya se encuentra todo listo, para que el día que lleguen los restos de Julia Pastrana se lleve a cabo una misa de cuerpo presente, en la iglesia de San Felipe y Santiago de Sinaloa, luego sean sepultados en el Panteón Municipal Histórico. Su gaveta ya esta lista y darle cristiana sepultura, y finalizar su novenario de misas en la iglesia. Esa fue su voluntad.

Fuentes bibliográficos.
Teodoso Navidad Salazar, Toponimia, Geografía e Historia de Sinaloa, tomo 8, primera Edición, 2012, impreso en talleres de servicios editoriales once ríos S.A. de C.V.
Alejandro Hernández Tyler, Lecturas Sinaloenses, Colección Rescate 15, 1982. UAS.
Jesús Vargas Valdez, Tomóchic: La revolución adelantada colección estudios regionales, volumen 2, 1994, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
Revista Presagio, municipio de Sinaloa 2, Santa Teresa de Cabora, núm. 46 1981.
Internet: La Trágica Historia de Julia Pastrana.
Carlos Grande, Sinaloa en la historia, De la Independencia a los Preludios de la Revolución Mexicana, tomo II, 1998, UAS.

*Profesor de la FCA / UAS. Sinaloa de Leyva.

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