Nacional

VIENE LA MUERTE CANTANDO

Por domingo 28 de octubre de 2012 Sin Comentarios

Por Alberto Ángel “El Cuervo”*

Tijuana… Ahí no termina la patria… Ahí comienza Latinoamérica… Eso me dijo Rincón un día… Jesús Raúl Rincón Meza… Hacía ya muchos años de la última vez que había tenido la oportunidad de platicar con el Poeta Rincón… Mario Arturo me había dicho que iría y la idea de charlar con mi admirado Rinconete, me entusiasmaba… El Gato, como siempre, de un lado a otro, con la prisa envolviéndole me instaba a comenzar… “Diez minutos más, no todo mundo es tan formal en la puntualidad, además falta todavía para que den las siete…” “De acuerdo, vamos a esperar un poco para dar tercera llamada…” La Antigua Bodega de Papel, sería el recinto donde presentaríamos “Elogio al Corrido”… Poco a poco, la sala fue recibiendo a la gente que terminó llenándola. Un personaje con quien también nos une la amistad de siempre, tendría a cargo la música de guitarra: Ignacio Osornio, con su atuendo que no atinaba a saber bien a bien si era de corsario o de chinaco, pero con gran talento como ejecutante… Todo transcurrió de maravilla, la gente estableció una gran comunicación con nosotros y finalmente ese es el objetivo de cualquier espectáculo, pero mayormente si se trata de algo que se exponga dentro de un marco cultural. Así que misión cumplida… Después de los agradecimientos merecidos a los integrantes de la asociación que organizó el Festival De la Ciudad Tijuana Interzona, que dirige atinadamente Leobardo Sarabia y también la presencia de amigos de los medios como el periodista y escritor Jaime Chaidez Bonilla, se da la oportunidad de convivir con amigos y familiares… César Rodríguez, mi cuñado casi hijo, junto con María su señora y Martina su hija y mi ahijada, se queda gratamente impactado y me propone llevar el espectáculo a San Diego… La propuesta per se, resulta halagadora…. Después, nos vamos a cenar al Cesar’s… Ahí, según me contaba mi buen amigo Alex Cardini hijo y posteriormente Alex Cardini tercero, se inventó justamente la ensalada César, cuya receta original, por cierto, nada tiene qué ver con la ensalada que sirven con ese nombre en los restaurantes actuales… Lo supe cuando probé una ensalada preparada por Alex segundo y años después lo corroboraría con la que preparó Alex Cardini tercero… La historia, por demás interesante, también fue confirmada como cierta por ambos Cardini. Cuando llegaron unos militares al restaurante, ya se había acabado todo, fue cuando Alex primero utilizó lo que quedaba a la mano y de su combinación de lechuga, huevo, pan, anchoas, queso etc, salió lo que en la actualidad supuestamente tiene denominación de origen: La Ensalada César… Como siempre, la charla con Raúl Rincón, se hace por demás interesante, hablamos de poesía, de música, de filosofía y me recordó la irreverencia de mi parte cuando al presentarle a mi Maestro Juan Rulfo, le dije: “Raúl, mira, te presento a un amigo, el Maestro Rulfo…”

—¡Cómo pudiste ser tan irreverente, mi querido Cuervo jajajajaja! Yo me quedé congelado de la impresión y tú tan campante diciendo te presento a mi compa Rulfo…

—Bueno, es que era mi maestro, y también mi amigo, así me lo hizo saber y sentir muchas ocasiones…

—¡Sí, pero de cualquier manera era… Es un gigante de la literatura! Ya ni amuelas jajajajajaja… Te presento a mi compa Rulfo… Mira nomás jajajajajaja

—Cuervo, pide la ensalada César, es excelente aquí…

—Lo sé, mi estimado Chaidez, conocí a Cardini…

—Muy contento, Cuervo, gracias por aceptar la invitación

—Al contrario, Leobardo, gracias a ustedes y muchas felicidades por contribuir a que Tijuana renazca por medio de la cultura… Por cada bala una palabra, por cada tragedia mil libros valiosísima lucha la suya…

Al final de la velada, la charla de evaluación entre el Gato, el pirata Osornio y el Cuervo, fue el remate ideal para caer rendido… Al día siguiente, cuando íbamos hacia el aeropuerto, un cachorrito callejero, yacía dolorosamente agonizante en la vía rápida… No pude evitar el impacto emocional… Y a esa imagen, siguió otra no menos impactante, la barda metálica de la frontera, llena de cruces con nombres… Gente que cruza o intenta cruzar en busca de mejor vida y encuentra la muerte… Miles, miles de cruces con nombres que guardan la memoria de los caídos… Sólo los que van para el otro lado… No hablo de aquellos que fueron víctimas de la violencia actual… ¿Qué pensarían todos ellos cuando sentían el final inminente…? ¿Qué estarían haciendo? ¿Qué pensaría yo si sintiera que ya son mis últimos segundos…? No lo sé, tal vez, pensaría en que ahora sería mi turno para mi despedida con un minuto de aplausos en alguna asamblea de la ANDA… Tal vez, pensaría en la foto que hubieran de escoger para ponerme en la ofrenda del día de muertos… Sí, creo que eso pensaría, o tal vez lo pienso por la cercanía con la fecha… Primero de noviembre, cuando la muerte se transforma en un modo de vida dado el enorme negocio que gira en torno a la celebración… Flores, veladoras, música, pan de muerto, y desde luego bebida para recordar al difuntito como debe ser, nomás pa’ llorarlo a gusto brindando por él… Pensaría en quiénes iban a llorar mi ausencia… Pensaría en el caos que sería revisar miles y miles de papeles y objetos que guarda mi estudio, mi escritorio… Pensaría tal vez en el tiempo que duraría el duelo en quienes me aman… Pensaría también en la posibilidad de que tomaran café con piquete que al fin se trata de una celebración de difuntos a la mexicana… Sí, con todo y chistes de velorio… Con todo y novenario… ¿Acaso no es tan mexicano el novenario que hasta en los corridos, que son la mexicanidad musical por antonomasia se habla de ello…? “… Me rezan mi novenario…” rematan diciendo muchos corridos… Qué pasaría… No lo sé bien a bien, tal vez sea cierto aquello que cuentan que sucede antes de morir cuando recorres en un segundo o menos de un segundo la existencia completa… Finalmente, me dije, de eso se trata la vida misma, de pensar, imaginar, de intentar escoger una manera de morir… La muerte es de esas pocas cosas honestas que tiene la existencia… Tal vez por eso creo que al estar en ese momento, cantaría… Aunque fuera en mi interior, pero cantaría un corrido… Aquel que escuchara a mi recordado y admirado amigo Francisco Charro Avitia diciendo: “Viene la muerte cantando, por entre la nopaleeeraaaaa… En qué quedamos pelona, me llevas o no me llevas…”

En el intento de saber cómo esperar el final del corrido…

*Cantante, compositor y escritor.

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