DestacadosEstatal

CONCIERTO DE JOEL N. JUAN QUI EN LA CASA DE GÁRATE

Por domingo 5 de agosto de 2012 Sin Comentarios

Por Faustino López Osuna*

Originario de Culiacán, Sinaloa, Joel N. Juan Qui Vega, además de ser Maestro en Ciencias de la Educación, es un consumado pianista, para orgullo de su tierra.

A principios del presente año, formó parte de un espléndido trío de solistas de primer orden, junto con el varias veces reconocido Gordon Campbell, director de la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes, al corno, y Román Revueltas, al violín, ejecutando obras de Brahms, Mozart y Beethoven, en la remodelada Casa Antonio Hass, del puerto de Mazatlán, evento cultural de primer orden, que contó con un entusiasta público en su mayoría de origen norteamericano, que agotó desde una semana anterior los boletos para el concierto.

Poco después, en los días de Semana Mayor, estando de visita en Mazatlán acompañado de su distinguida esposa y su hermosa pequeña hija, así como de un empresario de una casa de pianos de Guadalajara, tuve oportunidad de saludar al maestro Juan Qui y sugerirle, a la hora de la comida, el popular restaurante “El Cuchupetas”, de mi pariente Manuel Sánchez Villalpando, en Villa Unión.

Allá fuimos, siendo excelentemente atendidos por don Manuel, quien nos acompañó en un salón del propio restaurante de pescados y mariscos, donde se exhibe un impresionante cuadro de las dimensiones de un mural, que muestra los mil y un personajes de la historia moderna y contemporánea que han influido y trascendido en la humanidad.

Como había tiempo suficiente para su regreso ese día a Culiacán, me permití invitar al maestro Juan Qui a conocer mi pueblo, Aguacaliente de Gárate, Concordia, a escasos 10 kilómetros al sur del Río Presidio. En el breve camino, le narré sobre el origen del apellido Gárate, anticipándole que conocería su casa, construida en 1862 y que yo adquirí para mis padres en 1975, hace 37 años.

Imponente, señorial, en el centro del inmenso portal oriente frente a la plazuela y casi a un costado de la iglesia, edificada ésta también por Juan José Gárate en 1855, la casona, erigida en un lote de más de 600 metros cuadrados, con su corredor al patio paralelo al portal, le dio la bienvenida a los distinguidos visitantes.

Nada se planeó, pero todo resultó como si hubiera sido programado. Yo mismo no conectaba mentalmente la agradable relación personal que se daría entre el maestro Juan Qui y la residencia, cuando descubrió un piano, negro, Strauss & Son, en la sala, que yo adquirí en 2007 directamente en la Casa Chopin de la ciudad de México, siendo el primer piano en llegar a la comunidad, desde su fundación a principios del siglo XVIII.

Como si el tiempo se hubiera congelado y todo estuviera dispuesto para la memorable ocasión, los cuatro acompañantes del maestro Juan Qui: su esposa, su pequeña hija, el amable empresario y yo, simultáneamente, en silencio, tomamos asiento, en tanto que él, levantando con su habitual destreza la cubierta del piano y deslizando con maestría sus manos sobre el teclado color marfil, de manera espontánea y con una digitación virtuosa, dio inicio al hermoso Adagio Sostenuto de la Sonata Opus 27 No. 2, “Claro de Luna”, de Ludwig van Beethoven, envolviendo el ambiente en una suerte de luminosidad sonora, refractándose en los altos muros de la sala y escapándose por los amplios ventanales de los arcos del corredor.

Habré de agregar, agradecido, que la vida y sus infinitas circunstancias, así como el haber obtenido el primer lugar en el concurso sobre el Himno a Sinaloa convocado por el gobierno del Estado a través del Instituto Sinaloense de Cultura, me ha privilegiado para cultivar la valiosa amistad del maestro Juan Qui, cuya trascendencia en la música enriquece la cultura de nuestro Estado.

Al cerrarse brillantemente con la última nota el inusitado concierto, el entusiasta empresario jalisciense expresó que el foro de la pantalla de lo que fuera cine en tiempos de la Segunda Guerra Mundial y el propio patio de la casa, resultaban ideales para que se celebraran allí conciertos como el que acabábamos de escuchar. El maestro Juan Qui le tomó la palabra, solicitándole únicamente que se cubriera el traslado, hasta el lugar, del piano de cola que se requeriría.

Terminada la insólita jornada, tomé la palabra para informar a las amables visitas que en este año 2012, la casa de Gárate está cumpliendo 150 años de su construcción y que el mejor regalo que podía haber recibido por su siglo y medio, fue el magnífico concierto ofrecido por el talentoso Maestro en Ciencias de la Educación, Joel N. Juan Qui Vega.

*Economista y compositor.

Artículos relacionados

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.