Nacional

Mujer mestiza

Por domingo 10 de octubre de 2010 Sin Comentarios

Por Fred Jorge Miett*

De amapas bordada tu falda,
vestida de sol y de luz,
mundo que se mueve al compas de tu cuerpo,
temblor de tierra eres mujer mestiza cuando pasas.

Dorado ser que emigraste del edén perdido,
Descalza caminas entre surcos ardientes,
Senderos de polvo, espinas y dolor,
artesana del pan y del barro.

Sangre cahita y española
con olor a trigo, garbanzo y maíz,
castizo orgullo de bronce tatuado en la piel,
campanas que tañen al amanecer.

Sembradora de atardeceres en el Tetúan,
Las almendras de tus ojos revelan emociones,
oblicua mirada del pueblo yoreme y andaluz
a cuestas llevas quinientos años de rebeldía como una cruz.

Tradición que cantas tambora y bailas pascola
en los montes claros de El Fuerte,
frágil venada que moras en cerros,
espantada huyes cuando el coyote aúlla en la cañada.

Manto de estrellas cubre la sierra coronada de sueños
Cuando entonas cánticos en la montaña
En complicidad con la luna.

Tiempos de melancolía y ternura
Invaden los espacios,
meciendo  el mezquite de la cuna vacía.
Arrullo de amor, cantehondo del alma.

Eres mujer mestiza,
Ancha de cadera y vientre en espera
De la simiente del mañana,
Perfectas circunferencias los bules de tus pechos,
Sagrado cáliz alimento del futuro.

Valiente campesina,
Aprendiz de lenguas extrañas,
Himno bilingüe de griego y mixteco
La recolección del tómate en los valles
De Culiacán.

Verde diosa dadora de vida,
Al nuevo mundo regalaste pitahaya y arrayán.

Labradora de piedra,
Orfebre de finas historias en Copala y Concordia.
Minera de oficio,
Paloma herida con maleficios de plata y oro
En El Rosario y Cosalá.

Eclipsas la marea cuando pisas la nostalgia
Ecos de ausencia rasgan la espera,
Escribe Inés Arredondo  en las playas de Altata
Eternos poemas  de amor y de exilio.

Malverde cabalga errante,
Jinete de la divina providencia
En el pensamiento de Oscar Liera,
Exótico quijote de magra presencia.

Poetisa de tierra caliente
Embrujaste la celeste mirada
de la Francia invasora en Mazatlán y  San Pedro,
inocencia tropical,
coqueteo que embriagas al carnaval,
pintándolo de mar y de sal.

Eres el romper de las olas mujer mestiza
Sirena hecha de espuma,
En el malecón esperas la llegada del ausente marino,
Tiras el ancla con relatos antiguos,
Leyendas acuosas del ayer.

Manola yoreme
En tablao sinaloense, clavel en la boca,
Suspiro gitano de purpura tiñes el paisaje
En Jahuara y Tetamboca.
Luchadora incansable de los súbditos del olvido,
Bañas de libertad el agreste destino
De la etnia, raíz seca que se extingue.

Eres alianza de sentimientos,
Batallas por librar,
Salvajes murmullos de la raza mayo,
Herida fiera que te refugias en el lado
oculto de la luna.

Mujer mestiza,
mística profeta que esparces
tu cósmica esencia en presagios
de mejores tiempos  a los cuatro vientos.

*Primer lugar en cuento, poesía, canción inédita y relato en los Juegos Florales del Magisterio Sinaloense

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