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La Independencia en Tamaulipas

Por domingo 19 de septiembre de 2010 Sin Comentarios

Por J. León Rodríguez Zúñiga*

Al levantarse en armas a favor de la Indepen-dencia de 1810, los tultecos: Mateo Acuña, Lucas Zúñiga, Bernardo Gómez de Lara, su primo Martín Gómez de Lara, Francisco Ramos y Reyes Pérez.

Tenían dominada militar­mente a la población, para gusto de unos y para desgracia de los españoles, todo esto se dió hasta mediados de diciembre de 1810 y parte de 1811, pues los insur­gentes dominaban la situación y hasta desfilaron el 12 de diciem­bre, por las calles con Bernardo Gómez de Lara al frente en su buen caballo bien vestido y con sombrero de tres picos.

Los vecinos realistas de Tula lograron que del Valle del Maíz viniera a sofocar la rebelión el jefe Villaseñor. Cuando se dieron cuenta los insurgentes que estaba muy cerca el enemigo dejaron la población y se remontaron en las sierras cercanas.

Una vez ocupada la Plaza de Tula, por los realistas al mando de Villaseñor, este ofreció dinero, indultos y otras cosas, para que se rindieran. Pero era una trampa que les costó muy caro. Acudieron los indios mascorros, pero repentinamente salieron los soldados españoles, se fueron sobre ellos amarrando y matando gente y de paso al gobernadorcillo Reyes Pérez, lo amarraron y lo colgaron en la horca que estaba en el centro de la plaza.

Se retiró Villaseñor de Tula, dejando el terror para los insurgentes y la tranquilidad par los españoles. Apenas se había retirado y los insurgentes se volvieron a la población, pero ahora más rudos que antes, pues ya no respetaban a ningún enemigo español o persona que no los apoyara.

En mayo de 1811, los insurgentes, tuvieron noticias que venía un refuerzo fuerte de realistas por el norte al mando del coronel Joaquín Arredondo Mioño, que había desembarcado en Pueblo Viejo, Veracruz y pasando por Santander, después por Aguayo (hoy ciudad Victoria), atravesando la Sierra llegando a Jaumave y por último posesionándose de Palmillas.

Por esos mismos días Félix María Calleja del Rey (1755-1828), combatió a los insurgentes de San Luis Potosí: Villerías y Herre­ra, (frailes) y estos salieron rumbo a Santander, entrando por territorio de Real de Los Infantes, por la Miquihuana sabiendo que Tula, Real de los Infantes, Palmillas y Jaumave, apoyaban a los insurgentes, por ello se sentían en territorio amigo.

Joaquín Arredondo Mioño, estando en Palmillas, envió a una sección de su ejército a encontrar a Villerías en el punto llamado” Tanque Colorado”, donde tuvieron el encuentro de armas y ahí fueron dispersados los hombres de Villerías y perdiendo el combate los insurgentes. El Tanque Colorado, se ubica actualmente adelante del rancho de Altamira, en la entrada al Ejido Gabino Vázquez, por la carretera Palmillas –Miquihuana.

La Batalla de los Huesitos

Una vez que Arredondo debilitó a Villerías, acompañado de todo su ejército, que era de unos 1800 hombres, (con todas armas) decidió marchar hacia Tula y enfrentar a Mateo Acuña. Para ello se acampó en el punto llamado la Presita. De la Pre­sita manda a sus exploradores a reconocer el terreno.

Mateo Acuña, tenía a su mando a 2000 hombres, 400 ar­mados con armas desiguales, entre fusiles de chispas, lanzas, machetes, hondas, palos y flechas. Mateo Acuña, se dio cuenta que una avanzada de realistas estaba en el Puertecito de Jai­mes, se acercó a ellos en la noche y no les dio tiempo de nada, los mató a cuchillo, eran treinta realistas, los mismos que de­jaron colgados en un mezquite donde los sorprendieron dor­midos.

Esto marcó la decisión definitiva de Joaquín Arredondo Mioño, de enfrentar con sus 1800 hombres bien armados a Mateo Acuña, quien tenía 2000 hombres mal armados, a 2 leguas antes de llegar a Tula, en la parte noreste. Bautizan­do el punto como los “Huesitos”, por encontrar varios huesos posteriormente por los habitantes de la región, asegurando los mismos que ahí se habían enfrentado los españoles con los insurgentes de Mateo Acuña, según platicas orales.

Al entablarse la batalla entre realistas e insurgentes, mu­rieron muchos de las dos partes, pero más de los hombres de Mateo Acuña, este al ver que estaba perdiendo, se abrió paso en retirada con 4 de sus compañeros y marchó con rumbo a Tula, los realistas les dieron alcance en Tula, ahí mataron a sus compañeros, capturaron a Mateo Acuña, lo arrastran mo­ribundo hasta la plaza publica lo ahorcan en el centro de la misma y posteriormente lo decapitan y colgaron su cabeza a la salida de San Luis, por el camino real.

Muerto Mateo Acuña, los insurgentes se remontaron a la sierra, Martín Gómez de Lara, lo tomaron preso y lo manda­ron en una de las cuerdas de 100 o 200 hombres, que partían hacia Altamira y de ahí a La Habana, unos morían en el ca­mino, otros llegaban fatigados a su destino, pero de Martín Gómez de Lara, jamás se supo nada.

Bernardo Gómez de Lara, reorganizó a 300 hombres y marchó para Matehuala, S. L. P. la tomó bajo su mando por varios días, hasta que el coronel Joaquín Arredondo Mioño, lo sacó de esta población. Escapó Bernardo y continuó para Querétaro, después a San Miguel el Grande, donde murió pe­leando.

Y así fue como terminó el primer brote de la Independencia en el Nuevo Santander, hoy Tamaulipas, en 1810-1811.

*Cronista del municipio de Bustamante, Tamaulipas

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