Nacional

CARLOS DEL CASTILLO Enorme Músico Orgullo de México

Por domingo 6 de octubre de 2013 Sin Comentarios

Por Alberto Ángel “El Cuervo”*

Carls-Del-Castillo1—¿Es tu bisabuelo…?

—Sí, es mi bisabuelito… ¿Lo conociste?

—No, cómo crees, cuando él murió yo era un niño. Pero sí sé quién es, o quién fue… En el Conservatorio se hablaba mucho de él siempre y en la clase de apreciación musical nos ponían sus obras…

—Pues mi tía grabó las canciones de mi bisabuelito en un disco especial, ella toca precioso el piano… Siempre que hay reuniones familiares lo ponen y ya sabrás, todo mundo se pone a llorar… Y es que es muy bonita la música, en verdad te hace sentir mucho… Te va a gustar, sé que te va a gustar mucho, por eso te hice una copia del disco…

—Te lo agradezco mucho, Normita, es una verdadera joya este disco, ojalá lo reediten pronto…

—Sí, se supone que ya va a salir una nueva edición. Tal vez mi tía tenga alguno en la academia…

—¿Cuál adademia?

—La Academia J.S. Bach que fundó mi bisabuelito…

Carls-Del-Castillo2Después de esta plática con Norma Del Castillo Wiley, en la que me llevó a volar en el recuerdo de aquel mi añorado Conservatorio Nacional de Música, llegué a casa con un enorme deseo de escuchar el disco que Normita me había regalado. La música, toda la música ejecutada ahí, fue escrita por el Maestro Carlos Del Castillo y grabada al piano por la Maestra María Luisa Rasgado, nieta del insigne músico mexicano que fuera uno de los mejores directores del Conservatorio. Me encierro para escuchar en una especie de cómplice intimidad el disco en cuestión… La primera pieza que escucho es “Gaviota de Amor” que forma parte de la Suite Rococó… De inmediato, la música captura el corazón… El alma se inflama suavemente al grado de percibir de pronto las humedades que desde el fondo del sentimiento se abren paso hasta llegar a la vista que se nubla y me trae imágenes de aquella época en que el Maestro Carlos cortejara a Doña Josefina Pellicer Sánchez Marmol, su alumna… Entre esas imágenes, aparece el Maestro Carlos con la melena alborotada propia de la época bohemia y porfiriana y la elegancia constante con que la gente se conducía… El Maestro al piano y su alumna Josefa Pellicer Sánchez Marmol, escuchando la música que el Maestro había escrito ex profeso para ella… En previas pláticas, aprovechando la cercanía que propiciaba la relación maestro-alumna, ya había dejado ver aquel joven y talentoso músico Carlos Del Castillo, que su interés por Josefa iba más allá de la formación musical de la bella jovencita… “Tu nombre encierra la música en si mismo… Mira si no que en el sólo nombre está presente una nota… Fa… Jose-fa” y esa notita donde el Maestro le decía lo anterior, causó una emoción muy particular en la joven que la guardó en el armario de su corazón para que después, al escuchar la primera pieza que Del Castillo le dedicara, terminara de envolver en un amor inevitable por el extraordinario músico mexicano… Termina Gaviota de Amor… Mi emoción es muy intensa… La música bellísima y la interpretación maravillosa de la Maestra María Luisa, me tienen extasiado y despierto con un suspiro que me regresa de aquella época de aquel nuestro México de tanta elegancia y tantos contrastes que darían pie a la revolución que el propio Maestro Del Castillo vivió… Precisamente la boda entre Josefa Pellicer y Carlos Del Castillo fue realizada en plena época de la Revolución Mexicana el día 26 de Agosto de 1911… Apenas cuatro años después de haber inaugurado la afamada Academia Juan Sebastián Bach en el año de 1907… Reviso el disco para escoger al azar otra canción… Desde las primeras notas, la emoción es incomparable… Con una melodía que melancólicamente me transporta a todo tipo de sensación amorosa, vuelvo a ver al Maestro en aquellos paseos que acostumbraba en el Bosque de Chapultepec al lado de su amada Josefa, perdón, Josefina como él decidió llamarle de por vida… Había escogido esta zona de la ciudadpara vivir y por supuesto para construir la Academia dado que le recordaba a los bellísimos bosques de la Selva Negra allá en Alemania cuando estuviera estudiando en el Conservatorio de Leipzig becado por el gobierno mexicano. Lo veo caminando del brazo y cortar un botón de gardenia o dándole de comer a los patos motivando la ternura de Josefina y envuelto en la inspiración que le llevaría a escribir ahora “Cerca de Tu Alma”… Y es que verdaderamente, de forma inevitable, logra uno transportarse a la orilla del alma de quien haya amado, de quiename, de quien vaya a amar mientras escucha esta magistral pieza del Maestro Del Castillo… Alumno de Alfred Reisenauer, uno de los discípulos favoritos del celebérrimo Franz Liszt; supo el joven músico mexicano abrevar y arrancar los secretos de la ejecución, de la escuela, de la interpretación que el enorme Liszt dejó como legado para la humanidad entera y sobre todo para los músicos sensibles dispuestos a adentrarse en la excelsitud de la interpretación pianística. Había nacido Carlos en el año de 1882… Inscrito en el Carls-Del-Castillo3Conservatorio a la edad de 13 años, tomó clase con Carlos J. Meneses quien siendo un destacado pianista se dedicó a la docencia para ser posteriormente Director del Conservatorio Nacional de Música en el periodo comprendido entre 1908 y 1909. Gracias al talento mostrado y a las enseñanzas recibidas en el Conservatorio, Carlos del Castillo recibe la beca por parte del Gobierno para estudiar en Europa en el año de 1903. Es entonces cuando llega al Conservatorio de Leipzig y se produce su afortunado encuentro con la escuela interpretativa de Franz Liszt misma que difundiría a lo largo de toda su existencia… Dio conciertos sumamente exitosos prácticamente por todo el mundo. Así, se presentó en Italia, Francia, Inglaterra, Bélgica, Estados Unidos y Alemania entre otros. Pero la verdadera vocación del Maestro Del Castillo era la enseñanza, labor a la que se dedicó por entero a su regreso a México. Aplicando el sistema de Liszt aprendido en Leipzig, formó un gran número de generaciones de pianistas en la academia que fundó… Según nos cuenta el Maestro J. Velazco en su obra “El Pianismo Mexicano del Siglo XIX” publicado por la UNAM, Carlos realizaba mucha labor de taller con sus alumnos… Los “reunía y tocaba para ellos la pieza que se iba a estudiar y hacía los comentarios y explicaciones que considerara pertinentes, para después escuchar al alumno que había preparado previamente la pieza, con la finalidad de hacer las correcciones y observaciones que juzgara necesarias.” Gracias a su enorme vocación y capacidad pedagógica musical, Carlos Del Castillo sería propuesto para dirigir la que había sido su escuela inicial en la música, El Conservatorio Nacional de Música de México. Siendo profesor de la afamada institución desde 1908, se mantuvo dando clase hasta que fue nombrado director en el año de 1923. Durante cinco años dirigió nuestro Conservatorio que, dicho sea de paso, ojalá logre ser rescatado en la seriedad y la calidad que siempre tuvo.

Cuántas veces, no habré señalado la imperiosa necesidad de reconocer nuestros auténticos valores dentro del arte, dentro de la cultura de nuestro México… Es el caso del Maestro Carlos Del Castillo, quien de manera por demás injusta fuera criminalmente eliminado de muchos libros y acervos varios de la historia de la música en nuestro país por razones políticas, ideológicas o las razones que fueren… Por eso la indignación en torno a estos sucesos en que no somos capaces de reconocer los mexicanos, el valor de muchos talentosos connacionales y damos paso a valores extranjeros pisoteando a quien, como Del Castillo, vivió y murió aportando su talento al arte y cultura de nuestro país… Perteneciente a una generación de grandes músicos tales como Melesio Morales, Juventino Rosas, Julián Carrillo, Manuel M. Ponce y Calendario Huízar entre otros, Carlos Del Castillo, nacido en la Ciudad de México el día 13 de septiembre de 1882 dio definitivamente un sello muy personal a la música de su autoría. Combinando el estilo de la escuela de Lizt con su emoción nacionalista,logra emocionar hasta la última fibra con sus composiciones… Y esa emoción es precisamente la que contagia a sus alumnos a lo largo de muchos años de enseñanza en su Academia y en el Conservatorio. Testimonio de ello, son por ejemplo las palabras del Maestro Luis Herrera De la Fuente, quien habiendo sido alumno en la Academia Juan Sebastián Bach, opina: “Carlos Del Castillo fue un hombre vivaz; de talla corta, ojo astuto… virtriólico, inteligente… Pero hubo un ángulo prodigioso: Su enseñanza. Carlos Del Castillo fue un maestro, no un profesor de piano; la palabra, sí y también la mística. Su rigor en el metro; en lo prosódico, el tempo interno, en la licencia exacta del rubato… Iba al arte mayor, el opuesto del simple tocar la música…”

Carls-Del-Castillo4De esta forma, llego a tocar las puertas de la Academia Juan Sebastián Bach, fundada por el Maestro Del Castillo en el año de 1907… Mi visita es a hora impropia, sin embargo la Maestra María Luisa Rasgado me recibe con una amabilidad bellísima y comienza a contarme tantas cosas tan interesantes acerca del Maestro y la Academia, una de las más antiguas instituciones musicales educativas de nuestro país, que me veo obligado a realizar este artículo en dos partes para lo cual, quedo con la Maestra en agendar una cita durante la cual recorreremos tantas historias maravillosas que se encuentran ahí, revoloteando en la Academia, entre las bancas negras de toda sobriedad y elegancia, en los vitrales que representan obras del Maestro Carlos y la memoria de esa gran pinanista, su nieta y directora actual de la Academia Juan Sebastián Bach… Salgo de ahí agradeciendo a Normita y a su padre, mi buen amigo Carlos Del Castillo, el haberme acercado a la magia del Maestro…

Pensando acerca de lo injusta que a veces puede ser la historia con el talento que aporta de manera constante…

*Cantante, compositor y escritor.

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