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DE LO CONGÉNITO A LO VIRAL

Por viernes 15 de abril de 2016 Sin Comentarios

Por: Faustino López Osuna

Desde los primeros vestigios de la aparición de los seres humanos en el planeta (hará cosa de 40 mil años), en la oscuridad de los tiempos y de la ignorancia, la humanidad desconocía el origen de muchísimos males y enfermedades que diezmaban a los primeros y sucesivos pobladores de la tierra.

Ante la incapacidad para razonar y conocer y reconocer los fenómenos de la naturaleza por su relación causa-efecto, se crearon y desarrollaron todos los mitos imaginables, no para explicar sino para idealizar las cosas.

De ese modo y de manera fantasiosa, se inventaron dioses hasta el infinito, a los que se atribuyó la creación de todo. Y como la idea y la idealización del bien y el mal son producto de las religiones, se crearon legiones de dioses buenos y de dioses malos, en lucha de nunca acabar.

Así, todas las bondades que constituían la felicidad se las atribuyeron a los primeros y todas las maldades, incluidas las enfermedades, a los segundos. Sostenido por una imaginación sin límites, era un mundo habitado no sólo por los humanos, sino por todos los dioses del universo.

El Hado o Destino, era la fuerza que, según los antiguos, obraba irresistiblemente sobre los hombres y los sucesos. Dependiendo de la infinidad de idiomas o dialectos, de la misma manera que el nombre de un objeto o cosa se llama distinto de un lugar a otro, los mismos dioses de un pueblo se llamaban de manera diferente en otro. Hades, dios griego de los infiernos, se identificó más tarde con Plutón de los romanos.

El politeísmo era la vida. Ay de los que no creyeran en algún dios. Todo mundo podía poner su propio negocio particular convirtiendo su casa en un templo para adorar a una divinidad.

Sócrates fue condenado a muerte por envenenamiento, no solamente por el cargo de pervertir a la juventud con su filosofía, sino por no creer en los dioses de la ciudad.

Cuando, contra el politeísmo, llegaron las grandes religiones monoteístas de masas (el budismo, el mahometismo y el cristianismo), acaparado éste por la iglesia católica (hasta antes de la Reforma luterana), algunos dioses y diosas muy arraigados en la antigüedad fueron convertidos en santos con nuevo nombre latino, como San Isidro Labrador y Santa Rita, incorporándolos en el santoral católico. Y, a despecho de Martín Lutero, ahí están en las iglesias recibiendo limosnas a perpetuidad.

Y, lo verdaderamente incongruente, fue que con el advenimiento del monoteísmo, desde la Biblia se empezó a hablar del único Dios verdadero, superponiéndose la mitología cristiana a la mitología griega y a todas las demás mitologías de la tierra: Muera Zeus. Viva Santa Bárbara. Muera el Parnaso. Viva el Paraíso. Muera Quetzalcóatl.

Viva Moisés. Resulta revelador cómo el Premio Nobel de Literatura norteamericano, William Faulkner, describe a Moisés predicando ante los salvajes en el desierto, y no precisamente el Evangelio, en su novela “Desciende Moisés”.

Lo terrible no es que en un mundo así se ignorara todo sobre microbios y sobre todas las enfermedades congénitas o contraídas por contagio, sino que, pese a todos los avances del conocimiento humano, en nuestro tiempo siga prevaleciendo un mundo con tamaña ignorancia.

Congénito: Hereditario, de nacimiento. Sinónimo: Innato. Genética: Parte de la biología, creada en 1865 por el religioso y botánico austriaco Juan Gregorio Mendel (1822-1884), que estudia la herencia de los caracteres anatómicos, citológicos y funcionales entre los padres y los hijos. (Citología: Parte de la biología que estudia la célula y sus funciones).

Microbio, según el diccionario, es un ser vivo, microscópico, que habita en el aire o el agua; son los agentes habituales de las enfermedades infecciosas.

Sinónimos: Bacilo, bacteria, micrococo, microorganismo. Los microbios son organismos que comprenden algas, hongos, levaduras, etc. Encuéntranse por todas partes, además del aire y el agua, en el cuerpo de los animales.

Transforman, al multiplicarse, los elementos en que viven, y producen la putrefacción y ciertas fermentaciones causantes de enfermedades infecciosas. Como titulamos el presente “De lo congénito a lo viral”, con todo y las definiciones anotadas, es importante ampliar la comprensión sobre lo viral.

Virus, según el Larousse, en Medicina es el principio de las enfermedades contagiosas, como el virus de la fiebre tifoidea. También es podre (cosa podrida, pus), humor maligno.

Microbios invisibles al microscopio ordinario, que tienen una dimensión inferior a 0,2 micras, que pasan a través de los filtros de porcelana y son causa de muchas enfermedades en el hombre (rabia, viruela, poliomielitis, sarampión, escarlatina, gripe), en los animales y en las plantas.

Dicho lo anterior, se puede concluir que (independientemente a la pobreza y la ignorancia que se generan en todas las sociedades del planeta, producto del sistema económico y social que no tiene más fin que el lucro) los males de la salud del ser humano oscilan entre los congénitos y los virales. El cáncer y la diabetes, caen en el primer caso y la lepra y la sífilis, en el segundo.

Curiosamente, los panegiristas de las bondades del sistema económico internacional, junto con la Organización Mundial de la Salud de la ONU y los viajes de buenas intenciones del Papa Francisco por el mundo, no se explican cómo dos mosquitos, el anófeles y el aedos aegypti, transmisores del paludismo, el primero, y del dengue, el chiconcuya y el zika, el segundo, tienen en vilo a la humanidad.

En ese sentido, nos encontramos como antes de Alejandro Fleming, médico inglés (1883-1955), descubridor de la penicilina y de Luis Pasteur, químico y biólogo francés (1822-1895), creador de la microbiología, autor de investigaciones sobre las fermentaciones, las enfermedades contagiosas, la profilaxis de la rabia y el carbunco.

Con él inició la era de las vacunas y la renovación de la medicina. (Profilaxis: Prevención de las enfermedades. Sinónimo: Higiene. Conjunto de medidas preventivas. Carbunco: Enfermedad contagiosa común al hombre y a los animales. El carbunco produce algunas veces la muerte por infección general de la sangre).

* Economista y compositor

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