Editorial

Editorial: Nº 235

Por domingo 23 de noviembre de 2014 Sin Comentarios

«Continuando con los documentos esenciales de la etapa revolucionario, el escritor y cronista de Cuernavaca, Morelos, Carlos Lavin comparte con los lectores del semanario la síntesis del Plan de Ayala”

Antecedentes y síntesis del Plan de Ayala

Por Carlos Lavin Figueroa*

pag 2 editorial1El Plan de Ayala era ya un reclamo social de siglos, ya que el problema agrario viene desde la Colonia, cuando Carlos V concedió a Cortés un señorío con 21 villas con sus términos y vasallos, y jurisdicción civil y criminal, y rentas y oficios, y pechos y derechos, y montes y prados y pastos, y aguas corrientes, estantes y manantes… para que todo sea vuestro y de vuestros herederos, aparte instituyó las encomiendas que para mediados del siglo XVI eran 480, que consistían en una gran porción de tierras concesionada a los conquistadores con gran número de indígenas para trabajarlas, a cambio de “tenerlos bajo su cuidado y evangelizarlos”. Así es como la cultura del despojo se arraigó en México profundamente.

Todo desembocó en reclamo que se fue formando en las aspiraciones de los campesinos y desposeídos por lo menos en los últimos cincuenta años anteriores a su redacción, cuando los hacendados de Morelos les quitaron sus heredades por medio de amenazas y risibles compras; querían hacerlos peones en sus propias tierras, entonces con lo poco que tenían se dedicaron al trabajo como pequeños ganaderos, pero les cerraron el paso para pastos y aguas; los campesinos ahora incipientes ganaderos, abrieron paso para los pastizales y aguas, los hacendados alegaron que los animales les causaban daños y cazaban al ganado. Para atenuar el delito propusieron comprarles todos sus animales; de aceptar esta propuesta ya no tendrían con que mantenerse y la rechazaron.

Entonces el hacendado de la hacienda del Hospital logró una orden de las autoridades para cobrarse por sí mismo los daños causados por el ganado; apoderándose de los animales hasta que sus dueños, los campesinos, pagaran los daños sufridos; secuestraban a los animales dentro de la hacienda sin darles de comer ni beber hasta que el dueño llegaba a pagarles cinco pesos por el rescate de cada cabeza; esta cantidad era buena parte de lo que costaba una res. Todos estos abusos fueron con la finalidad de que los pobres ganaderos se deshicieran de sus animales y trabajaran como peones en las haciendas que requerían de mano de obra barata. Un día Emiliano y sus amigos José Robles y Eduardo López iban al cerro a ver unas yeguas agusanadas porque recién habían parido. Les salió el paso el administrador de la hacienda del Hospital, que era español igual que el propietario; aquel venia escoltado por dos guarda tierras armados, y les dijo que no podían pasar.

–Señor vamos a curar esas yeguas agusanadas le dijo Robles modestamente. –No pueden pasar; esto es la hacienda. Las tierras son nuestras.- Emiliano replicó, ¡yo paso porque estoy en mi tierra¡ ¿Usted cuanta trajo cuando vino de España? Si me quita el paso lo mato. Y empuñando su pistola le dijo, yo piso mi patrio suelo, hijo de la chingada…, Los guarda tierras le apuntaron con sus armas. Y el administrador, ante la decidida actitud de Emiliano les dijo; Bueno, bueno pasen; pero como amigos.

El Plan de Ayala no fue una idea del momento, pero fue Salustio Carrasco quien pudo plasmar esos reclamos ancestrales. Para ello se requería estar al tanto de la política nacional e internacional, conocer a fondo la historia misma que no se menciona en otros planes; aprovechar la coyuntura del momento, tener conocimientos jurídicos y sociales del asunto y ordenarlos de manera congruente, con estructura y espíritu legal, programática y convincente, que sólo Zapata en su calidad de jefe del Ejército Libertador del Sur y Centro podía hacer valer como bandera.

Los campesinos dirigieron una carta implorando al gobierno: Que estando próximo el temporal de aguas pluviales, nosotros los labradores pobres, debemos comenzar a preparar los terrenos para nuestras siembras de maíz, en esta virtud, a efecto de poder preparar los terrenos que tenemos, manifestados conforme a la ley de Reavalúo General, ocurrimos al Superior Gobierno del estado implorando su petición a fin de que si bien lo tiene, concedernos su apoyo para sembrar los expresados terrenos sin temor de ser despojados por los propietarios del Hospital. (Hacienda del). Nosotros estamos dispuestos a reconocer al que resulte dueño de dichos terrenos, sea el pueblo de San Miguel Anenecuilco o sea otra persona; pero deseamos sembrar los dichos terrenos para no perjudicarnos porque la siembra es la que nos da vida, de ella sacamos nuestro sustento y de nuestras familias.

Hace tiempo que el asunto de esos terrenos fue sometido al superior gobierno del estado por el excelentísimo Sr. Presidente de la República, general de división Porfirio Díaz, durante la administración del señor Gobernador coronel Manuel Alarcón; pero la muerte vino a cortar su vida y este negocio quedó pendiente.

Cuando su petición se hizo llegar al dueño de la Hacienda del Hospital para que él dijese lo que estime conveniente dijo: Si los de Anenecuilco quieren sembrar, que siembren en maceta, porque ni en tlacolol (ladera) han de tener tierras. Sin embargo, los campesinos siguieron tratando de hacer valer sus derechos por la vía legal, asesorados por Salustio Carrasco.

En el Plan de Ayala refiriere a la Constitución de 1857, y dirigiéndose a Madero dice:

No teniendo otras miras que satisfacer sus ambiciones personales, sus desmedidos instintos de tirano y su profundo desacato al cumplimiento de las leyes preexistentes emanadas del inmortal Código de 57, escrito con la sangre de los revolucionarios de Ayutla… Lo más notable del Plan eran cuatro cambios radicales del punto de vista zapatista, cuya autoría es de Salustio Carrasco originario de Mazatlán Sinaloa.

En primer lugar, la operación que Zapata y sus jefes estaban llevando a cabo ya no era un movimiento local en Morelos, o regional, por el sur, sino un movimiento nacional para apoderarse de la autoridad federal. En segundo lugar, los revolucionarios, no sólo devolverían a los pueblos los campos que habían perdido, sino que también expropiarían algunas tierras si juzgaban que eran monopolizadores, quienes legalmente las poseyesen, y expropiar por completo a los terratenientes que se les opusiesen.

En tercer lugar, tratarían a los revolucionarios maderistas capturados en batalla, no como prisioneros de guerra, sino como traidores. En cuarto lugar, para desalentar ambiciones personales, no nombrarían ni presidente ni gobernadores provisionales hasta que no hubiesen tomado el poder. Medidas como estas, ningún otro grupo revolucionario, salvo los anarcosindicalistas, se atreverían a proponer, y mucho menos a adoptar como política, durante por lo menos otros tres años.

El Plan de Ayala fue un aviso para los políticos de la Ciudad de México, que les advertía de cuan militantes y sagaces se habían vuelto algunas partes de la población rural. Mientras que Madero, en su Plan de San Luis se había dirigido únicamente a los compatriotas y a los conciudadanos, en el Plan de Ayala se dirigieron a nuestros hermanos, el Plan no era un panfleto liberal más, era original. El documento no se puede menos que admirar la visión que encierra y la justicia de su fondo. El Plan menciona: Ultrajando (por Madero) la fe, la causa, la justicia, y las libertades del pueblo; menciona el Código (Constitución del 57), la soberanía nacional, la razón, la justicia y la ley; la ley y la justicia de los pueblos; el Sufragio Efectivo, conculcando las leyes (por el presidente Díaz).

De Madero dice, no tener ningún respeto a la ley. En su Artículo 6 menciona; restituir las tierras a pueblos o ciudadanos que tengan sus títulos correspondientes de esas propiedades de las cuales han sido despojados, por mala fe de nuestros opresores.

El Artículo 7 menciona referente a los monopolios: se expropiarán previa indemnización la tercera parte de ellos a los poderosos propietarios de ellos, a fin de que pueblos y ciudadanos de México obtengan ejidos, colonias, fundos legales para pueblos o campos de sembradura o de labor, y se mejore en todo y para todo la falta de prosperidad y bienestar de los mexicanos.

Artículo 8.- Los hacendados, científicos o caciques que se opongan directa o indirectamente al presente Plan, se nacionalizarán sus bienes y las dos terceras partes que a ellos les correspondan, se destinarán para indemnizaciones de guerra, pensiones de viudas y huérfanos de las víctimas que sucumban en la lucha del presenta Plan.

Artículo 9, señala que: se aplicarán las leyes de desamortización y nacionalización. En todos los demás artículos se mencionan asuntos como: nombrar un Presidente Interino, la formación de un Congreso de la Unión, designación de un Gobernador provisional, organización de poderes públicos, instituciones.  Además el documento se rubrica con JUSTICIA Y LEY, que no es más que el respeto a la legalidad.

Del Plan se desprende la Ley Agraria y el Artículo 27 de la Constitución de 1917 el Plan está vigente porque no se le ha dado cumplimiento a cabalidad. Es un documento se condensan tradiciones históricas y filosóficas.

En la Revolución hubo muchos escritos, planes, panfletos, comunicados y memoriales anteriores al Plan de Ayala; algunos hasta burdos, dice Womack, pero ninguno con los alcances y resultados de éste, que sin duda es el más significativo de la Revolución Mexicana y de los más trascendentes en la historia, aclamado Bandera de los zapatistas, Documento fundador del zapatismo, cuyos postulados dieron contenido social a la Revolución Mexicana, a este movimiento, se le llama La Revolución del Plan de Ayala o La Contrarrevolución, a la que sumó Francisco Villa y su División del Norte, haciendo a un lado el Plan de San Luis. En suma, es un código agrario y social, con vigencia eterna y de valor universal.

*Cronista Cuernavaca.

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