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A 13 AÑOS DE SU PARTIDA FELIPE HERNÁNDEZ NAVA. *EDUCADOR Y LOCUTOR

Por domingo 30 de junio de 2019 Sin Comentarios

TEODOSO NAVIDAD SALAZAR

Conocí al ameritado maestro Felipe Hernández Nava cuando ambos nos desempeñábamos como locutores de Radio, en el Grupo ACIR- Culiacán; él, en la XEWS (Radio-Capital), y quien esto escribe, en la XEVQ (La Grande de Sinaloa). Hombre de excelente sentido del humor, manejaba la ironía fina a la perfección. A pesar de la diferencia generacional, me brindó su amistad; mantuvimos siempre una actitud de respeto, y nuestras charlas siempre estuvieron salpicadas de anécdotas y chascarrillos. Generoso en su trato, Felipe Hernández fue un ciudadano ejemplar, dispuesto siempre a servir.

Durante las jornadas de trabajo en las que coincidíamos en el grupo radiofónico, “El Profe”, como le llamábamos sus amigos, me aconsejaba como mejorar la dicción, algunos recursos que se deben utilizar al conducir programas de radio, así como en la grabación de comerciales; detalles que reconocí siempre, ante propios y extraños.

Maestro normalista de profesión nuestro personaje nació en la ciudad de México D.F. en el populoso barrio de San Simón, un 5 de febrero de 1931. Apenas tres años antes se había creado en Partido Nacional Revolucionario. El país empezaba la era de las instituciones. Sin embargo, la geografía nacional estaba mal comunicada. Se viajaba en tren, había pocos vehículos transitando por las polvosas brechas que apenas empezaban a abrirse.

Nuestra patria estaba desgarrada por el movimiento revolucionario que recién acaba de terminar; aunque algunos grupos facciosos no terminaban de apaciguarse buscando la justicia que no llegaba. En ese contexto de carencias, insalubridad, falta de caminos, hospitales y escuelas, nació Hernández Nava. Sus padres fueron los señores José Hernández y Ramírez y Rita Nava Segoviano; el primero de Jalisco y la segunda de Guanajuato. Siendo una familia de escasos recursos económicos emigraron a la comunidad de El Salto, Jalisco, buscando mejores horizontes. Felipe era apenas un niño y fue en esa comunidad, donde concluyó su instrucción primaria en la escuela Mártires de Río Blanco, Artículo 123, esto en 1946, casi al concluir el mandato del “Presidente Caballero” Manuel Ávila Camacho.

A pregunta directa a nuestro entrevistado, sobre cómo descubrió su vocación por el magisterio, contesta:

«No me apena decirte que fue la necesidad la que me llevó a estudiar para maestro- señala Hernández Nava- dice esto mientras pasa la mano derecha por sus blancos cabellos. Toma una pluma y hace algunos trazos sobre una hoja de papel, y con emoción reflejada en su rostro sigue diciendo: pero honestamente te digo que, ¡no me equivoqué de profesión! Los estudios de secundaria y tres años de normal los realizó becado, en el internado de la Escuela Normal Rural de Jalisco, Nayarit, entre 1949 y 1955, donde obtuvo su título de Maestro Rural.

Al egresar se le asignó plaza como maestro de educación primaria y con este nombramiento llegó a Sinaloa, a disposición de la Dirección Federal de Educación, junto con otros dos egresados de aquella Normal Rural (semillero de maestros que llegaron a Sinaloa para quedarse): Magdaleno Medina Avena y Rosalío López. De inmediato Felipe fue enviado a disposición de la supervisión escolar en el municipio de Badiraguato, pero algo se interpuso entre esa decisión, pues había un maestro que solicitaba cambio de adscripción en la escuela general Angel Flores, ubicada en la ciudad cañera de Eldorado; la superioridad lo envió allá, para sustituir al profesor Antonio González Torres. En esa Ciudad (Eldorado) recibió el grupo de quinto año siendo director del plantel el maestro Ramón Valdés Osuna. En esa escuela hizo gran amistad con muchos maestros, entre ellos Evaristo Payán López, Carmen Benítez de Torrecillas, Gerónimo Martínez, Natalio Landeros y el supervisor escolar Angel González Zapata.

En esa escuela laboró 7 años; en 1962 recibió cambio a Culiacán; primeramente como encargado del área de estadística, en la Dirección Federal de Educación, pero la burocracia no era lo fuerte de nuestro personaje y pidió ser reubicado de nuevo frente a grupo; entonces se le adscribió a la escuela Adolfo López Mateos, ubicada en la colonia Mazatlán.

Cabe destacar que es en la comunidad de Eldorado, Sinaloa donde Hernández y Nava contrajo matrimonio con la señorita María Martínez que será su compañera por siempre, y con quien procreó a Maricela Xóchitl, Candelaria, Felipe, Patricia, José, Magdalena, Rafael, Gabriela y Paula. Posteriormente Hernández Nava recibió indicaciones superiores de pasar a fundar el turno vespertino de la escuela Ponciano Pérez (Col. Miguel Hidalgo), junto a otros destacados maestros, entre los que destacan Consuelo Pérez Félix, que fue la directora. Luego se asignó a la escuela Leyes de Reforma y Club de Leones, en la colonia Ejidal (hoy Los Pinos); en la escuela Miguel Hidalgo, de la colonia Antonio Rosales decidió, después de 32 años de servicio a la educación, retirarse, no sin antes haber recibido la medalla al Mérito Magisterial Rafael Ramírez, amén de un sin número de reconocimientos hechos por autoridades educativas, padres de familia y compañeros maestros, mismos que guardó como recuerdo de su pasó por los caminos de la educación en Sinaloa; tierra que le brindó no sólo oportunidad de servir a la niñez, sino formar también una familia.

Hernández y Nava este año estaría cumpliendo 88 años (murió en 2003). Fue un hombre feliz. Compartió su tiempo con su esposa, sus hijos y nietos. Practicó la caminata diaria, gustaba hacer buenas lecturas y escuchar música romántica. En esa plática, El Profe, comentó que…Se tienen grandes satisfacciones en el ámbito educativo. Sobre todo, cuando te encuentras con alumnos que en su momento parecían no terminarían la primaria y hoy los ves convertidos en ingenieros, médicos, abogados, servidores públicos, es decir, en ciudadanos útiles. Cuando te saludan y te hacen sentir que fuiste parte de su formación, eso, es algo maravilloso». El maestro consideró que es de vital importancia la lectura, los padres de familia deben cuidar que sus hijos lean, pero también que vean buenos programas de televisión. «Estamos leyendo menos, los chicos deben leer o leerles desde que están en el jardín. Los padres no deben descuidar a sus hijos, debemos enseñarlos a vivir en estos tiempos difíciles, para ello es indispensable la lectura».

La Voz del Norte, órgano de divulgación cultural, rinde un sentido homenaje al maestro Felipe Hernández y Nava, el 88 aniversario de su natalicio.

(Entrevista hecha en 2003, en su casa)

* La Promesa, Eldorado, Sinaloa, julio de 2019 sugerencias y comentarios a teodosonavidad@hotmail.com

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