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LO QUE SE OCULTA DE HERNÁN CORTÉS

Por viernes 30 de noviembre de 2018 Sin Comentarios

CARLOS LAVÍN FIGUEROA

El imperio azteca era la quinta parte de lo que hoy es México, sus dominios habían llegado hasta Chiapas por una franja del lado del Pacifico, con influencias desde Guatemala a hasta Nicaragua que en náhuatl significa “Hasta aquí el Anáhuac” donde muchas de sus poblaciones conservan nombres nahuas. Con la conquista española el territorio se expandió debido a las expediciones y descubrimientos hechos y patrocinados por Hernán Cortés, quien logró que México se extendiera hasta las Californias por el Mar de Cortés, tocaría Canadá y el territorio sur que hoy pertenece a los Estados Unidos. Cortés dejó una nación casi tan grande como toda Europa Occidental, quince veces mayor que el territorio de España. En una ocasión cuando enfrentaba un juicio en España, el emperador Carlos V ya no lo recibía, Cortés se subió al estribo de su carroza y lo retó a recibirlo con una frase que resume su vida: “Soy aquel que os ha dado más ciudades que los que os dieron tus padres”. Cortés rivalizaba en fama con el propio rey, este, lo recelaba y quería despojarlo de la fama que tenía, por ello nombró a un virrey quitándole la máxima autoridad en la Nueva España, y aprovechando su situación, sus enemigos le fincaron un juicio que nunca lo vio concluido, el rey autorizo ese juicio. Acompañado de su adolescente hijo Martín paso sus últimos años en España donde se le arraigó, ya nunca pudo regresar al marquesado que le había otorgado el propio rey cuando este lo elogiaba. Había dejado sus hijas siendo muy niñas en su Palacio de Cuernavaca, murió en España cuando ellas eran ya jóvenes Fue Cortés quien refundó esta nación al modo europeo, fue él quien solicito al rey frailes para evangelizar y culturizar. Dentro de lo intangible trajo la cultura mestiza que ya tenían los hispanos, mezcla de todas las culturas europeas con influencias árabes, griegas, romanas, cartaginesas, fenicias, que a su vez tenían ya influencias de la India y la China. Se enseñaron artes y oficios como, pintura, escultura, carpintería, arquitectura, agricultura, ganadería, medicina, latín y español. Implantó sistemas y técnicas de riego. Trajo todo tipo de ganado mayor, menor y de corral; productos agrícolas como la caña de azúcar que sigue siendo el principal producto en el Estado de Morelos y de otras regiones, trigo, frutales, especias; exportó productos locales a Europa como aguacate, jitomate, y diversos frutales. Estaba en contra de la Inquisición, a favor del libre comercio, era de ideas republicanas contrario la monarquía española.
A la llegada de la Independencia, ya gobernado el país por los libertadores, y ante las ambiciones de los Estados Unidos, México perdió más de la mitad de su territorio que había logrado Hernán Cortés. La ignorancia dice de él las peores ofensas y la cultura los mejores halagos pero hay quienes por intereses no se arriesgan a reconocerlo, hubo excesos como en toda conquista, eso es el pasado. Dentro de lo tangible están los Conventos en las Laderas del Popocatépetl que incluyen al de Cuernavaca y su catedral que son Patrimonio de la Humanidad; el Palacio de Cortés. Fundó hospitales, como el Hospital de Jesús que todavía funciona en la Ciudad de México donde en la capilla se encuentran sus restos. Aquí, los conventos tenían función distinta a los monasterios europeos, allá eran para “mejor orar” por ello se construían fuera de las poblaciones, aquí se culturizaba, se edificaban y multiplicaban dentro de las ciudades.
Escribe don Andrés Morales Henestrosa indígena y literato zapoteco: “No hay elogio que no se haya hecho a Hernán Cortés, ni diatriba que no se le haya enderezado. No hay adjetivo que no se haya empleado para exaltarlo ni que no se haya usado para negarlo y reducirlo. Bernal Díaz lo proclama un gran capitán, comparable a César. Francisco López de Gómara, Juan Suárez de Peralta no encuentran palabras para proclamar sus glorias. Antonio de Solís lo agobia al peso de sus alabanzas. Francisco Antonio Lorenzana besa su nombre. Eso en el pasado. En el presente nadie queda a la zaga. Lucas Alamán, Carlos Pereyra, José Vasconcelos, Salvador de Madariaga lo ponen en el pináculo, en el cenit. En la pluma de algunos alcanza el rango de semidiós. Eulalia Guzmán, para citar un caso ejemplar, le endilga una veintena de improperios, que, sumados y reducidos a colores, dieron el retrato hablado de Cortés pintado Diego Rivera en los muros del Palacio Nacional, doña Eulalia le indicaba a Rivera como debía pintarlo; el pecho alto de Bernal, y el gran pecho de López de Gómara -plasmados en su figura del mural del Palacio de Cortés, también por Rivera- se convierten en joroba en el retrato hablado de Doña Eulalia. -Según ella-, era feo, era chaparro, desfigurado, apestoso, pedazo de hombre era. Para unos Cortés era un fundador, un conquistador, un constructor. Para la señorita Guzmán, no fue sino un invasor. Lo califica de rapaz aventurero, mendaz y sin escrúpulos. Sólo por ignorancia, postula la profesora Guzmán, algunos lo han querido glorificar. Obligado a justificar la Conquista, acumula falsas acusaciones contra los pueblos que está conquistando, atribuyéndoles canibalismo, sodomía y barbarie”.
Conocí a don Andrés Morales Henestrosa, primo de Heberto Morales Luis quien fue esposo de Isabel Lavín Oliveros hermana de mi padre. Con don Andrés platiqué en varias ocasiones sobre Cortés y la conquista. Don Andrés, indígena e indigenista, le daba amplio reconocimiento al conquistador muy por encima de sus errores. Nadie debe erigirse en juez de la historia ni de sus personajes, se debe comprender su actuar en las circunstancias del momento histórico, Cortés fue conquistador con todos los atributos, también fue un estadista y transculturador al refundar nuestra nación al modo europeo.

P.D. Hasta la próxima

* Historiador y Cronista de Cuernavaca

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