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Con fe

Por martes 31 de enero de 2017 Sin Comentarios

con fe

Por: Sylvia Teresa Manríquez

I
María es una mujer madura que viste ropa sencilla. Su porte es altivo, orgulloso. Paga en la caja del supermercado. Observa el dinero que trae en la mano y pregunta cuánto va, apuntando a la pantalla de la registradora. 632 le responde el cajero. Regresa más de la mitad de los víveres que lleva diciendo “nomas
hasta los 700” y agrega dos productos. Decide llevarse un pavo, lo que necesita para aliñarlo, carne molida para el relleno, platos y tenedores desechables. Deja pastas para sopa, puré de tomate, consomé en polvo, leche y aceite para cocinar. Ella decidió que lo que destina de su sueldo para los víveres de la ‘quincena’ en este último día del año le sirva para la cena familiar.

II
Francisco es alto, usa lentes, aunque es joven en su cabeza tiene canas y empieza a notarse una incipiente perdida de cabello. Sin embargo, su rostro luce optimista. En la última noche del año envía a sus amistades y familiares una curiosa fotografía, es el recibo de una caseta de peaje en la que resalta la fecha y la hora: 01/01/2017 00:01:37 y agrega de su puño y letra ‘Francisco trabajando’. Él dice que no tiene derecho a enfermarse ni descansar y aunque la gente se beneficia de su trabajo como chofer de tráiler, pocos envían un saludo para quienes tienen que pasar estas fechas solos en carretera.

III
Juan es un joven estudiante y trabajador. Dijo que en la última noche del año llenó el tanque de su carro modelo viejo porque en el 2017 no le alcanzará para la gasolina, sacó cuentas y cree que necesitará el triple de dinero para llenarlo. La larga fila en la gasolinera provocó que llegara tarde con el pan que faltaba para acompañar el menudo de la cena de fin de año en casa de su madre.

IV
El segundo día del año nuevo Teresa, mujer madura y de semblante preocupado se presentó con su padre, adulto mayor, en el área de urgencias de un hospital.

La joven recepcionista le informó que el convenio con su institución ha terminado y no cubrirán el costo de la atención a su padre, pero si ella quiere puede pagar directamente al hospital el costo que resulte de la atención médica.

 Ella es empleada del Gobierno del Estado. En medio de la contrariedad pregunta ¿Por qué terminó el convenio? No se han cubierto las cuotas del último año, le responden. A dónde fue el dinero que me descuentan cada quincena, se pregunta. Decide buscar respuestas y opciones para la atención de su padre en otra parte.

V
Durante los últimos días del año pasado y los primeros de este llamaron mi atención muchos avisos en redes sociales en los que se solicita “circular con precaución debido a la ‘presencia de habitantes” en las carreteras de la Ciudad de México y en estados como Oaxaca, Veracruz, Estado de México, Sonora, Michoacán, Chihuahua, Chiapas, Morelos, Querétaro, Jalisco, Puebla, Hidalgo, Guanajuato, Baja California y Guerrero, entre otros.

Curiosamente la “presencia de habitantes” en las calles de las ciudades, estacionamientos, paradas de transporte público y más, no amerita llamadas de precaución para automovilistas.

Por qué no llamarle a la “presencia de habitantes” en las carreteras y casetas de peaje como lo que son, manifestaciones y bloqueos en protesta por el alza en el precio de la gasolina.

VI
María, Francisco, Juan y Teresa son personas que despidieron un año y recibieron el siguiente con la misma sensación de muchas que están leyendo, incertidumbre, inquietud, sobre lo que espera a la economía familiar, por las medidas tomadas sin tener en cuenta la opinión de quienes verdaderamente se parten la humanidad día a día para poder llevar comida a su mesa.

Son quienes en realidad sostienen el engranaje de este país con su trabajo y esfuerzo diario. Los más afectados, los que menos tienen, y que siguen teniendo fe en el futuro.

Fe en que siempre habrá una solución, aunque no sea ‘la más justa’. Pero ¿Cuánto puede resistir el hambre, la salud, la lucidez, con soluciones que no son ‘las más justas’?

VII
Agradezco a la Dra. Esther Carter su publicación “Comparto esperanza” en respuesta a mi columna “¿Quién me comparte esperanza?”. Ella me hizo recordar la existencia de espíritus rebeldes y cito: “herederos de las posturas de Gandhi, John Lennon, Tomas Moro, los comprometidos con las causas nobles, idealistas que siempre han luchado desde sus trincheras; campesinos, grupos civiles, artistas, ambientalistas, y quienes surgen con voz pequeña pero que nos marcan la libertad y justicia nuestra y de nuestros descendientes”.

Me quedo con más fe que esperanza confiando en que trabajando, manifestando y exigiendo como comunidad, juntos, las respuestas y soluciones llegarán más temprano que tarde.

* Autora y productora de Radio Sonora

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