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SOCIEDAD “COOL”, UNA SIGNIFICACIÓN CULTURAL.La cultura de la juventud y la sucesión de las generaciones

Por viernes 15 de julio de 2016 Sin Comentarios

Por: María Trinidad López Lara

sociedad coolToda cultura tiene un carácter complejo -resulta de una articulación de tecnologías, reglas y símbolos– y sistemático, al menos tendencialmente. Ni las personas, ni los pueblos pueden vivir fácilmente instalados en la contradicción o la incoherencia. Por supuesto que tampoco se da nunca una perfecta coherencia o acuerdo, tanto entre los principios supremos y todo el conjunto de valores, modelos, normas y pautas secundarias, como entre estos últimos y las conductas de los miembros del colectivo en cuestión. Una cierta tensión entre el deber ser y el ser parece connatural a la conducta humana. Y toda sociedad tiene que hacer frente de manera constante a la tarea de adecuar las normas a las cambiantes circunstancias históricas. Pero si resulta connatural al hombre tender a la coherencia, parece que este rasgo caracteriza de modo particular el talante moderno, posiblemente por influencia de la ciencia, saber sistemático y riguroso.

La sociedad actual está impregnada de lenguaje gráfico-visual. Así, tenemos los programas de la televisión, las películas, el DVD, las revistas con sus diagramaciones y fotografías, la publicidad con sus imágenes, la Internet y sus pantallas diagramadas y con colores, etc. Ahora, más que nunca, se requiere estar; visualmente alfabetizados para comprender el sentido de las imágenes a las que estamos expuestos y hacer uso inteligente de ellas para comunicarnos. El estudio de los efectos de las imágenes en el aprendizaje se concreta con los trabajos de Bower a comienzos de los años 70. El autor afirmaba que si la persona escuchaba una historia o la leía y, simultáneamente, hacía una representación mental de la historia, su retención sería mayor. Bower demostró que los seres humanos somos capaces de realizar estas representaciones y que cuando esto ocurre el aprendizaje es más eficaz. En la contemporaneidad la escuela ha perdido presencia en la formación y socialización de los jóvenes, y cohabita con otras instancias comunitarias y culturales que contribuyen a ello, como los grupos urbanos de pares y los medios de comunicación. En correspondencia con ello, las grandes transformaciones de la educación en los últimos años suponen el establecimiento de nuevas modalidades y estrategias de formación y socialización, que le confieren a la Pedagogía un claro sentido social que rebasa los escenarios escolares, dirigiéndose a la atención de problemas asociados con la exclusión, los conflictos socioeducativos y el desarrollo humano de los sujetos y las comunidades, en escenarios que no son necesariamente escolares.

En ese contraste de escenarios surge la Sociedad “‘cool”, como uno de los rasgos centrales de la mentalidad actual, donde la gente busca la proximidad a través del tuteo y sin pretensión de risas logra “‘romper el hielo”, es decir, aproximarse. El código de comunicación con el otro se establece en clave de proximidad gestual y verbal humorística. Hoy, todo es divertido, y debe ser así, en un registro cálido y cordial: un humor cool, que requiere de espontaneidad, naturalidad y se muestra insustancial a la vez que describe un universo radiante. El humor se incorpora a la seducción junto a otros valores posmodernos como el hedonismo y la banalización en personajes de los medios masivos como: héroes, melodramáticos o personajes burlescos. El personaje en cuestión desdramatiza lo real y se caracteriza por una actitud absolutamente relajada ante los acontecimientos más impactantes de peligro y violencia. La adversidad es atenuada con el humor tranquilo (cool) y resuelto del héroe que escapa a un fantasmagórico mundo agresivo y de alto riesgo.

En la fiesta posmoderna hay un retorno al uso del disfraz, un cierto retorno relajado de lo carnavalesco, pero en este caso no es una recuperación de la tradición, bien por el contrario, el uso del disfraz marca la búsqueda de una sobre diferenciación individualista. En este marco civilizatorio, concebido como un valor incalculable por la propia sociedad, la juventud se ha convertido en un territorio en el que todos quieren vivir y gozar indefinidamente. Al decir de Beatriz Sarlo «… la juventud no es una edad sino una estética en la vida cotidiana…» (1994: 38) lo que se debe agregar, atravesada por los valores hegemónicos de la mentalidad de esta época que les ha tocado vivir. Estas expectativas que producen los fenómenos culturales novedosos se proyectan con la espectacular realidad que son patrimonio de una cultura que va más allá de cada frontera.

De la misma manera, lo que se refiere a las críticas y propuestas que realizan jóvenes y sus grupos a las formas de vida de sus sociedades, sus modos contraculturales de generar agrupamientos, de relacionarse, de comunicarse, de vestirse… son vistos como acciones de rebeldía y de no adaptación social, en tanto no dan cuenta de lo que se espera: la subordinación de las y los jóvenes a lo que cada generación adulta les ofrece en el tiempo que les corresponde vivir. He aquí una franca lucha de poder, entre quienes ofrecen modelos a los cuales adaptarse y quienes intentan producirse y reproducirse desde parámetros propios que las más de las veces contradicen la oferta ya mencionada. (Adolescencia y Juventud).

“Da tu primer paso ahora. No es necesario que veas el camino completo, pero da tu primer paso. El resto irá apareciendo a medida que camines”
Martin Luther, Jr.

* Catedrática UAS Campus Mocorito

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