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LORA DEL RÍO Y DE LOS CARACOLES ¡VIVA LA CARACOLERÍA!

Por miércoles 15 de junio de 2016 Sin Comentarios

Por: Juan Cervera Sanchis

PREGÓN

Amigas, amigos, alegre y digestiva noche nos regale la vida este día, 11 de junio de 2016, en que se recuerda a San Bernabé y los caracoles nos han congregado en esta Plaza de Andalucía o Plaza Nueva, telúrica, evocadora, subterránea y astral, de la Muy Noble y Bella Villa de Lora del Río y también de los naranjales, del azahar, de los jazmines, de las rosas, de los claveles, de los geranios, de los jazmines, de los trigales y las amapolas, de los gorriones, de las golondrinas y de las cigüeñas, entre otras aves, naturalmente, de admirables y notables artistas populares como la impar Gracia Montes y el sin igual Curr Montoya, “El Niño de la Huerta y deportistas de altura e internacional prestigio como el joven Kelvin López. La poética y musical Lora de El Barquerito, la deportiva y esforzada Lora de Antonio Trigo Melo.

Y el Nueva Savia, la Lora de los colores y los pinceles del maestro y señor del buen humor, que fue el irrepetible Miguel Sandoval, quien sin duda, con una copa en la mano, le está contando chistes en el cielo, a San Pedro y matándolo de risa. Está Lora, sí, esta Lora de los “granainos” y los extremeños, de los valencianos y los murcianos, de los salmantinos o sorianos, de los gallegos y los portugueses; sin que faltara, en su feliz y afortunada mezcla de sangres, gotas de la italiana y la francesa.

Está Lora múltiple y única de las muchachas guapas y más que guapas, los más preciosos niños de esta España, de todas las Españas, por la gracia de Dios, del sol y de esta tierra prodigiosa que llamamos Andalucía y que mantiene en alto su resonancia romana y bética, cristiana y mora, creyente y descreída, pero ella siempre y siempre ella y fiel a si misma.

Esta Lora del Río, nuestra Lora de Santa María de Setefilla y de San Sebastián, no olvidemos a su Santo y heroico Patrón.

Lora del Río, sí, Lora del Río Betis, Lora del Río Guadalquivir y también, ¡ya!, amigas y amigos, de los Caracoles.

TESTIMONIEMOS

Respiren profundamente y deléitense con el intenso y vivo hálito caracolero que ya se respira en esta Plaza de Andalucía, que yo tanto quiero.

Ese aire de los caracoles que se cocinan en Lora del Río, con un arte culinario único, que se patentiza y paladea en su sabor, en su aroma y en su color.

Los caracoles de Lor del Río ya han trascendido nuestra geografía y nuestras fronteras y gozan de una justa fama en toda Andalucía y en toda España y decidida, como Cristóbal Colón, a conquistar el mundo, con sus caracoleadas y otros mundos, si los hubiere, que los hay, en los tiempos por venir..

Es por eso que en estas caracoleadas en la Plaza de Andalucía, nuestra Plaza Nueva, nos encontramos con personas que vienen desde puntos muy lejanos de nuestra península a saborearlos, pues son un gozo para los paladares más educados y exigentes.

En esta Lora de las Mil Tabernas los caracoles reinan con imperioso señorío, entre el tintineo de los platillos, los tenedores, el rebrillar de las copas y los iris de los vinos, rubios o tintos, y en la hipnótica espuma de las cervezas.

DELETREEMOS LA HISTORIA

La historia del caracol, en el ámbito del fogón y el magisterio de la cocina, se remonta a tiempos pre-históricos y fue un generoso quita hambres de nuestros antepasados remotos y posteriormente, en tiem-pos de guerras y posguerras, no tan lejanas, ha sido un generoso consolador del apetito rabioso y sinuna migaja de pan al alcance del diente, de las clases más desposeídas de países y pueblos en desgracia.

Esto es muy cierto, pero he ahí que, el caracol, si deletreamos la historia de nuestra humanidad, ha sido también un lujo para paladares exquisitos. Y no hace falta ir tan lejos para testimoniarlo.

En nuestro mundo occidental nos basta con trasladarnos, auxiliados por nuestra imaginación, la lectura del libro “Historia Natural” de Gayo Plinio Segundo, más conocido por Plinio el Viejo, a la Roma Imperial, para conocer lo que los caracoles representaron en la mesa exquisita de las clases más altas de aquel gran imperio, donde los gasterópodos o moluscos fueron un manjar apreciadísimo.

El caracol, sí, el caracol, herbívoro él, dado que en su dieta incluye, principalmente, frutas, vegetales y flores, es un transmisor de positivos nutrientes, por lo que consumir caracoles es de por sí un sano y placentero alimento.

SU CONSUMO EN EL MUNDO

En nuestro mundo, hoy, la estadística, registra que el consumo de caracoles asciende a la impresionante cifra 300.000 toneladas anuales. Esto se dice pronto, ¿pero se imaginan la montaña de caparazones de caracoles que ello representa? La verdad sea dicha es que alcanzaría a ser casi un Monte Everest o una impresionante cordillera como la del Himalaya.

Parece una fantasía, pero la realidad está ahí y es determinante.

Donde se consumen más caracoles hoy por hoy en nuestro mundo es en EEUU y en Europa y si hablamos de países, el país más caracolero del mundo es Francia, seguido de Italia y España. Ese es el orden, pero si en lugar de hablar de continentes y países hablamos de pueblos, en orden a sus habitantes, Lora del Río, nuestra Lora, que tal como es del Río, es también de las Estrellas y de los Cielos Azules y de las Naranjas y de los Espárragos y de los Maizales y de los Trigales, tierra, ¡oh sí!, bella, única y ubérrima, como no hay otra en toda la redondez del planeta, el caracol ocupa un papel protagónico.

Este caracol loreño, que se adereza en Lora con culinario amorío, por lo que enamora a los paladares más exquisitos y exigentes, desde la alquímica transubstanciación del espíritu de la hierbabuena, el perejil, el ajo, el laurel, la pimienta negra, el cilantro, el comino y la guindilla.

Que hay mucho arte y mucha magia y gusto feliz en esto de cocinar y servir en las casas y en las tabernas de Lora los caracoles.

Estos apetitosos caracoles tan nuestros que, según los nutriólogos de vanguardia, están destinados a ser, por sus propiedades intrínsecas, en donde destacan el calcio, el zinc, el cobre y el magnesio, el alimento del futuro ultragaláctico que les espera a nuestros hijos, a nuestros nietos y bisnietos, viajeros por el espacio, como cotidianos astronautas.

Cerremos los ojos un instante e imaginemos que esta Plaza de Andalucía es ya más que Nueva, pues es ya Novísima y Futurísima, desde sus telúricas entrañas conventuales, dado que tiene forma de nave espacial y todos nosotros somos ya felices viajeros, de vacaciones por el espacio.

Celebremos jolgoriosos y saboreando caracoles, entre sorbo y sorbo de vino y de cerveza, la alegría de estar vivos.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡HURRA!!!!!!!!

Finalmente, amigas y amigos, permítanme compartir con vosotros mi soneto titulado

LORA DEL RÍO

-HIMNO-

Lora del Río y del cielo, estrella a estrella.

Lora del Río, del sol y los colores.

Lora del Río, del agua y de las flores. Lora la de mi infancia siempre bella.

Lora de Setefilla, huella a huella.

Lora la del amor de mis amores.

Lora la del Sabor de los sabores.

Lora oliendo profundamente a ella.

Lora oculta y ardiendo, llama a llama,

en los secretos sueños de su hoguera

sedienta de belleza noche y día.

Lora del Río, clamor de amor, proclama

que, el amor, será siempre su bandera

y el río del amor siempre su guía.

MUCHAS GRACIAS.

LORA DEL RÍO, Sábado 11 de Junio del Año 2016.

A TORO PASADO CONTRA MI OLVIDO

Mi leal amigo, Antonio Bulnes Trujillo me recuerda que los caracoles

son hermafroditas “y ese sexo les permite ese sabor inigualable y ese andar sin prisas”.

Además, Antonio que sabe una enormidad sobre los caracoles añade a lo dicho:

“Juan: Los caracoles no tienen cuernos, tienen unas antenas prodigiosas y su orgasmo dura 120 minutos”

Comparto con vosotros, lectores amigos, mi olvido imperdonable y el justo y sabio conocimiento de

Antonio. Sea ello el broche de oro de este humilde trabajo. Gracias.

* Poeta y periodista andaluz

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