Nacional

El fracaso del esfuerzo contra Las Drogas

Por martes 15 de diciembre de 2015 Sin Comentarios

Por: José Luis Aguirre

el fracasoMi madre tenía un abuelo, por ende también era mi abuelo, se apellidaba Huerta, y se llamaba Victoriano, tristemente sepultado, en un cementerio llamado Green, en el Paso, en el estado conocido como Tejas al que después los americanos le cambiaron la” J” por la “x”, en fin.

Mi abuelo era marihuano, chacal, por cierto le cortó la lengua a Belisario Domínguez por andar hablando demás en el Senado, y a Gustavo A. Madero le sacó un ojo a patadas en la Plaza de la Ciudadela, con motivo de la Decena Trágica.

Era un indio Huichol, nacido en San Luis Potosí, mexicano de sepa, educado en el Colegio Militar como Ingeniero Topógrafo, Jefe Divisionario del Ejército. Le apodaban la cucaracha al ser un estupendo bebedor de whisky y coñac, utilizaba unos lentes negros y una chaqueta de levita, emulando a ese insecto, la literatura popular le hizo su canción:

“La cucaracha ya no puede caminar, Por que no tiene… Por que le falta… Marihuana que fumar”. Fragmento: La cucaracha. Dominio Público.

drogasEn la época post revolucionaria a 1910, era común en la soldadesca el uso de la marihuana para aguanta los frenéticos enfrentamientos de la lucha armada. Estallada la segunda Guerra Mundial, allá por los años de 1939, mediante la fórmula jurídica de un tratado, el gobierno americano, autorizó al presidente Caballero Manuel Ávila Camacho, la siembra y cultivo de amapola en las bellas extensiones de los campos sinaloenses, los “culichis” no tenían necesidad económica de sembrarla, el cultivo tomatero y de otros vegetales siempre ha sido en ese bello estado de la república, el bastión de la economía formal para los sinaloenses, aun en nuestro tiempo, quienes explotan sus campos con alta tecnología para el mercado de nuestra país vecino y de otros naciones que los aprecian.

A pesar de lo anterior, la autorización del gobierno americano para el sembradío de la amapola como insumo imprescindible en la fabricación de la heroína destinada a su ejército, para las heridas dar la guerra contra el ejército alemán, se convirtió en una fuente de ganancias, puerta abierta para la siembra, cultivo, acondicionamiento y comercialización, desde la marihuana hasta la goma de opio, allá por los años 70`s se observa el fenómeno del “huarache de oro”, enriquecido por el tráfico de enervantes , comprador de autos galaxi 500 negros, con vidrios polarizados, forrando las correas de sus huaraches con metal amarillo, conocido como oro, de ahí la expresión, las ganancias fueron y han sido simplemente atractivas..

En Colombia, país famoso por el cultivo de las rosas, la explotación de las esmeraldas y el café, de la época de la segunda postguerra a la fecha transformó su economía formal, por la industrialización de la hoja de coca, vegetal imprescindible para poder soportar la altura de La Paz en Bolivia.

El acondicionamiento de la coca con precursores químicos, trajo como consecuencia la producción de clorhidrato de cocaína para el mercados norteamericano y europeo, actualmente en Nueva York, desde los meseros de los grandes restaurantes, hasta cualquier otro empleado o funcionario de empresa, esninfa el clorhidrato en comento, de ahí que su producción, genera pingües ganancias y en la actualidad la logística para su introducción en el mercado americano y europeo vía marítima submarina, aérea o terrestre sea el boom financiero de economías subterráneas infórmales a nivel planetario.

drogas 2Todo lo anterior hace palidecer la discusión por la legalización del consumo de la marihuana, que proyecta en la actualidad un manejo discursivo inoperante, porque por un lado el consumo de la marihuana como estupefaciente perse, se encuentra desde antaño, allá por el año de 1994, no punido, es decir contemplado como legal, todo aquel que se le ocurra consumir la cannabis o cualquier otro estupefaciente no puede ser punido como delincuente, el Código Penal lo trata como un enfermo, un adicto, esta palabra viene del latín adictus que significa esclavo, y el tratamiento con el que se le dota es el de un enfermo, con manejo hospitalario aunque en la realidad el hospital para ese adicto es simbólico y el tratamiento por lo consiguiente.

De lo anterior-creo- irrelevante la discusión sobre la legalización de la comercialización y consumo del cannabis, que ha sido admitida como legitima en los países bajos de Holanda, en el Estado, como California de Estados Unidos de Norteamérica, y en el país de Uruguay.

El discurso sobre la legalización de las drogas para abatir el poder de las organizaciones criminales parece inoperante, ya que al legalizarse la comercialización de estas, se provoca la incidencia en el despliegue de otras conductas criminales, tráfico de órganos,, de personas, de armas, secuestros, extorsión, delitos de cuello blanco y en consecuencia la desaparición del atractivo de clandestinidad en su comercialización para las ganancias de las organizaciones delincuenciales, crea nuevos segmentos en la consumación de otros delitos de alto impacto.

Es evidente que la legalización o no antes anotada ha sido rebasada por la operaciones de la organización criminal planetaria la lucha contra el consumo de la marihuana y otras drogas ha generado más muertes que aquellas producidas por su consumo, no pasando por alto los decesos que cobra la ingesta de alcohol o la adicción al tabaquismo, estas ultimas dos adicciones de uso legal cuyas características de nocividad han generado mas estragos que la marihuana y el clorhidrato de cocaína juntos, en su uso y exceso.

Las poblaciones marginales planetarias, dada su depauperación han sido proclives a la inhalación de tóxicos letales como el thiner y sus derivados, solventes, pegamentos, etcétera, estos psicotrópicos detentan un nulo control policiaco, por lo que se eficiente su comercio y consumo, el famoso “tlapalero” o “ferretero”, los vende que da un gusto sin mayor problema, la gravedad del asunto implica los daños letales que provoca en los jóvenes consumidores con sus últimas consecuencias de producirles un “estirpamiento” total del cerebro convirtiéndolos en zombis, para finalmente explotar como globos, con los pulmones rotos en las calles de los bajos fondos de las ciudades del mundo.

Ante el escenario planteado- pienso- poco o nada importa el andamiaje discursivo en la legalización del consumo de la marihuana, problemática que sólo implica una aparente legalidad. Ya que es conocido que aparato la CIA permitió a importantes barones de la droga comercializarlas a cambo de apoyar con armas a la contrarrevolución nicaragüense, por eso estoy seguro que con esto palidece cualquier lucha contra las drogas o consulta para la legalización de la marihuana.

* Abogado y especialista en amparo

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