Editorial

Editorial: Nº 229

Por domingo 12 de octubre de 2014 Sin Comentarios

El decimo mes del año es uno de los periodos con mayor carga significativa. Conmemoramos otro aniversario de la fecha luctuosa de la masacre de Tlatelolco- 2 de octubre de 1968, no se olvida-, el de las Jornadas Culturales Doctor José Ley Domínguez en la Atenas de Sinaloa, el de la celebración del descubrimiento de América por el navegante de origen genovés -para la mayoría de historiadores-, Cristóbal Colón.

Quinientos veintidós años han pasado de aquella fecha histórica, en la que tres carabelas La Pinta, La Niña y, la Santa María, con una tripulación al mando del hijo de Doménico Colombo de oficio cardador de lana y Susana Fontanarrosa, escuchó del marinero Rodrigo de Triana, el grito histórico de: Tierra…

Aquella madrugada otoñal un Nuevo Mundo irrumpió en la escena de la humanidad con fuerza avasalladora, una nueva época con múltiples contradicciones comenzaba su marcha. La civilización judeo-cristiana a sangre y fuego conquistaba para la Corona española territorios con inimaginables riquezas culturales y materiales, con ella llegaba la espada y la cruz; la destrucción y el agua bendita, los nuevos amos y la cultura del mestizaje.

El doce tenemos una celebración contradictoria, los monárquicos la llaman la Fiesta de la Hispanidad, los indigenistas, el día de la esclavitud y del oprobio, a mi me gusta como el Día de la Raza.

Cinco siglos y contando, en el presente América se encuentra dividida entre el imperio económico/militar de mayor presencia en el mundo contemporáneo y los países llamados del tercer mundo, en los que habitamos los Amerindios, a los que nombran los norteamericanos como los ciudadanos de su patio trasero.

Sin embargo siempre recuerdo una conferencia impartida el doce de octubre por el escritor Carlos Fuentes en una universidad “gringa”, cuando le soltó a los asistentes: “en este país nos dicen indocumentados y se olvidan que las familias de los legítimos americanos y los hispanoparlantes habitaban estas tierras antes que llegaran los anglosajones, por lo tanto los indocumentados son otros”, los rostro perplejos de los escuchas lo oyeron exclamar como final de su exposición: “Viva el descubrimiento de América, vivan los americanos.” En La Voz del Norte decimos: Viva octubre y así lo celebramos.

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