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Paraíso perdido de Joaquín Vásquez Aguilar

Por domingo 18 de mayo de 2014 Sin Comentarios

Por Sofía Mireles Gavito*

pag 10 SOFIA MIRELES GAVITO1Conocí al poeta Joaquín Vásquez Aguilar hace 30 años, cuando empezó a funcionar la Casa de la Cultura en Tonalá; vino a mi casa para solicitar trabajo como tallerista de creación literaria, le comenté que no había plaza de esa asignatura y que los sueldos eran muy bajos, diciéndole que mejor fuera a Tuxtla Gutiérrez y se dirigiera a la Dirección de Promoción Cultural, que en esa época pertenecía a la Secretaria de Educación del Estado de Chiapas.

Varias veces nos vimos en Tuxtla Gutiérrez, donde radicaba; generalmente, coincidíamos en la cafetería del edificio Plaza, detrás de la Catedral. Platicábamos de muchas cosas, entre ellas, de Tonalá; en ese entonces, Joaquín tenía la enfermedad de la piel: soriasis y usaba camisas de manga larga para taparse esas costras tan molestas y feas.

Muchas veces desayunamos juntos o tomábamos café. Joaquín Vásquez Aguilar nació en la colonia Cabeza de Toro, del Municipio de Tonalá, Chiapas un 15 de agosto de 1947. De familia de pescadores. Cabeza de Toro está ubicado cerca de Puerto Arista, entre los esteros, el Océano Pacífico, las palmeras, la arena y las aves.

pag 10 SOFIA MIRELES GAVITO2El amor a este lugar paradisiaco y a su familia lo hará escribir bellísimos poemas como: Recado de Familia, Aguda Sal, Aves, A Petición del Mar, Los Mares de mi Padre, Días del Terrible Mar, Soneto Pluvial, etc.

Muere, solo, entre el 6 y 8 de enero de 1994 en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, y fue encontrado tirado en un charco de sangre por su hermano Isaías Vásquez.

Joaquín es un poeta poco conocido, su obra no ha sido lo suficientemente difundida para ser una celebridad. Fue hasta el año del 2010 que se publicaron dos ediciones de toda su obra reunida: “En el Pico de la Garza más Blanca” (UNACH y CONECULTA, 2010) y “Poesía Reunida” (UNICACH y Juan Pablos editor, 2010). También en este año del 2010 se celebró los días 17, 18 y 19 de noviembre, el Primer Congreso Nacional “Joaquín Vásquez Aguilar” en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez y organizado por el Centro de Estudios para el Arte y la Cultura de la UNACH.

Hace unas semanas, en el mes de noviembre de este año del 2013 se realizó el Segundo Congreso Nacional.

Poco a poco se ha ido valorando su obra, ya ha sido traducido al inglés y al francés, y como dice el escritor David Huerta, “es un clásico futuro”. Merece tener un lugar destacado en la literatura mexicana y universal, pues fue uno de los mejores poetas chiapanecos del siglo XX.

En esta labor de difusión, investigación y crítica de la obra de Joaquín Vásquez Aguilar, mucho ha tenido que ver el Doctor en Letras, Antonio Durán Ruíz, paisano, nacido en la Ranchería El Naranjo, del municipio de Tonalá.

pag 10 SOFIA MIRELES GAVITO3Este lugar, al igual, que Cabeza de Toro, está cerca del mar y de los esteros. Antonio Durán se ha dado a la tarea de rastrear algunos poemas perdidos de Joaquín, Quincho para sus amigos, y que tenía su hermano Guadalupe Vásquez en Veracruz.

Antonio Durán lleva años estudiando las diferentes aristas de la filosofía y estética de los poemas de Quincho. Joaquín y Antonio están hermanados por este paisaje marino, del manglar, las aves y el mar.

Y a la vez, están hermanados, porque gracias a esta labor de investigación y crítica hecha junto con José Martínez Torres, a Joaquín se le está dando el lugar que merece en las letras nacionales y universales.

Cerca de 200 poemas es el legado de Joaquín, de los cuales les pongo a su consideración: “Recado de Familia”, uno de sus más hermosos poemas, donde invoca la casa paterna, la familia, los soportes que nunca se doblaron, donde lamenta la muerte de su padre.

RECADO DE FAMILIA
En memoria del viejo Emeterio, mi padre.

I

Desde el manglar me preguntaron las iguanas
Por ti
Los bagres del estero también me preguntaron
El viento y sus gaviotas
Tu canoa
Tu atarraya
Mamá me preguntó por ti.
Y yo tuve que hacer este recado
Y ponerlo en el pico de la garza más blanca
A ver si en la blancura te encontraba
Y lo amarré a la tristeza del pez más profundo
A ver en que rincón del agua te encontraba
Y se lo dije a la lluvia
En su gota más secreta
Y al salitre en su yodo más recóndito
Y al más fino pliegue del vestido negro
De mamá y las hermanas
Padre
Que estamos esperando
Alguna brisa tuya entre las ramas de los mangos
Algún indicio de tu nombre en el polvo del patio
Algo que nos diga cómo te va
Don Emeterio
Cómo la vas pasando allá
En esa oscuridad que brilla
Al otro lado de nuestras lágrimas.

II

Naufraga mi camisa, mi ropa toda en la ciudad de México.
Estoy a punto de otras ciudades y no puede mi piel,
No resiste mi piel en sus costras horribles.
Mi edad me empuja hacia hoteles oscuros,
Solitario en mi sangre que me apura, me exige.
Naufraga mi cuerpo en alcoholes desatados
Pues me avisan que has muerto, padre,
Y ni siquiera tu muerte conduce el mundo
De otro modo, de otro mirar, de corazón que me rescate.
Me avisan que la casa está sepia
Y mi madre toda oscura en su butaca, aquella
Que le hiciste un día de mayo.
Qué los nietos aún se asombran cuando no te ven
Como a diario bajo el chicozapote tejiendo tus atarrayas,
Tus hamacas.
Y yo, a tres meses de tu muerte, no hago nada para evitarme
Esta tristeza que me nubla,
Esta desesperación que golpea mis hígados,
Este David sin honda que soy,
Este olor a suicidio que me ronda.

III

Con tristeza te digo que el corral
Es el mismo.
Que no hay vaca más acostumbrada que aquella
Mecanógrafa;
Que no hay escritorio más fijo en su cuadra
Que aquel subsecretario,
Questa directa paga,
Quesas educaciones con oratoria y aplausos.
Así qué relinchos no entonan su pasión
Por la patria,
Así cuánta pastura sobra en las oficinas,
Cuántos rumiantes caben en los bolsillos
De los periodistas,
Así qué viento no me dolerá,
Así cómo no refugiarse en tu recuerdo.

*Cronista de Tonalá, Chiapas

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