Estatal

LOZANÌA

Por domingo 17 de noviembre de 2013 Sin Comentarios

Por Nicolás Avilés González*

La muchedumbre se arremolinaba ante los exhibidores de diversas mercancías, todo era vaivén y bullicio, el motivo una exposición de libros de cultura, bajé desde mi asiento de platea a la explanada, de pronto ahí estabas, lozana, como si por ti no hubiese pasado el tiempo. El mundo se detuvo, dejo de girar por instantes- ¿Dime qué eres tú?- me preguntaste. El reencuentro se daba después de cuarenta años; fue suave, sin exabruptos, ni reclamos. A pesar de mi escaso pelo, canas y mi cuerpo menos firme, pareció no sorprenderte nada, con frenesí miré los labios que más de alguna vez me provocaron fantasías, charlamos sobre tantas cosas que pasamos juntos, reímos, al final nos fundimos en un abrazo fraterno y cuando mi cuerpo otoñal recibía el verano de tu carne ¡Desperté! Los sueños son eso, posibilidad en la nada. Sin embargo te tuve en mis brazos como la primera vez cuando vivíamos aún la primavera.

*Docente. Facultad de Medicina / UAS.

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