Nacional

Te despertaste tú, casi dormida

Por domingo 13 de octubre de 2013 Un comentario

Por Víctor Roura*

Te-Despertaste-tuNo sé si José Alfredo Jiménez (Dolores Hidalgo, Guanajuato, 1926-1973), cuando hacía sus canciones, quería escribir poesía, pero casi lo lograba, o lo conseguía acaso de manera involuntaria, o completamente consciente. Por ejemplo, su pieza “Amanecí en tus brazos” es un endecasílabo a punto de ser perfecto:

Amanecí otra vez entre tus brazos, /11 sílabas
y desperté llorando de alegría. /11
Me cobijé la cara con tus manos /11
para seguite amando todavía. /11

Te despertaste tú, casi dormida, / 11
y me querías decir no sé qué cosa; /12, si suprime la “y” son 11
pero callé tu boca con mis besos / 11
y así pasaron muchas, muchas horas. / 11

Sin embargo, no tenía por qué ser un cantor silábico. Lo cierto es que era un cuidadoso con las palabras, y tuvo demasiados aciertos.

Te vi llegar
y sentí la presencia de un ser desconocido.
Te vi llegar
y sentí lo que nunca jamás había sentido.
Te quise amar
y tu amor no era fuego, no era lumbre.
Las distancias apartan las ciudades,
las ciudades destruyen las costumbres.

Te dije adiós
y pediste que nunca, que nunca te olvidara.
Te dije adiós
y sentí de tu amor otra vez la fuerza extraña,
y mi alma completa se me cubrió de hielo,
y mi cuerpo entero se llenó de frío,
y estuve a punto, y estuve a punto
de cambiar tu mundo
por el mundo mío.

José Alfredo escribió un poco más de doscientas canciones, y un buen porcentaje (¿un 50 por ciento, tal vez?) pueda ser leído como poesía escrita (“entonces yo daré la media vuelta / y me iré con el sol cuando muera la tarde”, “árbol de la esperanza / que vives solo en el campo, / tú dices si no la olvido / o dime si no la aguanto”), no como canción cantada. Una proeza, hasta este momento, no superada en el ejercicio lírico de la música popular. “El peor de los caminos” es un heptasílabo irreprochable:

Voy a morirme solo.
sin molestar a nadie.
Voy a morirme lejos
cuando mi amor se acabe,
Desesperadamente,
sin ley y sin destino,
le contaré a la gente
que fuimos dos amigos.

Entre mi amor y el tuyo,
dentro de nuestras vidas,
hay algo que aunque quieras
no puedo remediarlo.
Por eso me despido
llevándome conmigo
este cariño grande
que tengo que matarlo.

Voy a morirme solo
sin molestar a nadie.
Voy a morirme lejos
cuando mi amor se acabe;
escogeré del mundo
el peor de los caminos
y le diré a la gente
que no nos conocimos.

De muchas maneras, José Alfredo Jiménez le otorgó forma a la canción ranchera; pero, a diferencia de lo que se ha hecho posteriormente en el género, este cantor incorporó al mariachi la responsabilidad literaria: ninguna canción suya desbarranca, como algunos de sus personajes.

El próximo 23 de noviembre se cumplen cuatro décadas de su partida, pero parece que continúa componiendo.

Parece incluso que una tarde lo vamos a encontrar en la siguiente cantina.

*Periodista y editor cultural.

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Un Comentario

  • Jose Luis dice:

    Estimado Victor:

    Se te extraña en la sección Cultural de «El Financiero»; ya no tiene la calidad, que tú le dabas.

    Ojala nos comentes de tus nuevos planes, para seguir tu camino en la cultura de México.

    Un abrazo!!

    José Lis Guzmán Hernández

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