Nacional

MODESTIA APARTE

Por domingo 25 de agosto de 2013 Sin Comentarios

Por Faustino López Osuna*

Modestia-Aparte

Cuando, como compositor, me preguntan si canto, contesto que yo interpreto mis canciones para que las escuchen cantantes profesionales que las puedan, tal vez, grabar. Compongo disfrutando la gama de emociones que me produce dar con la melodía y las variantes que tengo que imprimirle para que reproduzca en los demás, como en mí, dichas emociones. Se puede decir que uno compone para uno mismo, con buen gusto y mejor oído. Pero cantar, es otra cosa. Para ello se tiene que dar un binomio por demás armonioso: la afinación y la cuadratura. Sin estos, no hay cantante, aunque haya compositor. Un cantante canta canciones de los demás. Por ello digo que yo solamente interpreto lo mío, evitando echar a perder las composiciones de otros.

Sin embargo, por circunstancias muy particulares que se fueron presentando a lo largo de la vida, he cultivado, modestia aparte, alguna que otra flor de sentimiento del camino. La primera vino de la extraordinaria paisana Lola Beltrán. Había sucedido que nuestro gran compositor Jesús Monárrez produjo para WEA un disco con 10 temas míos, interpretados por mí, acompañado por el mariachi de América de Jesús Rodríguez de Híjar. Buscaba que intérpretes, editoras y productores supieran de mis canciones. Así, se lo hizo llegar a Lola. Días después, que estuve a saludarlo, le llamó a la cantante para preguntarle si ya había escuchado el disco y qué le parecía. Jesús me pidió que oyera discretamente la conversación en una extensión telefónica. Aparte de manifestarle su extrañeza de no conocerme como compositor, Lola le dijo: “Este señor canta mejor que muchos que se dedican a cantantes”. Monárrez le expresó que me iba a dar mucho gusto cuando me informara de su opinión.

La segunda flor vino casualmente de Paquita la del Barrio. Un compañero egresado de la Escuela Superior de Economía del IPN, cuyo despacho en el Distrito Federal daba asesoría a campesinos cafeticultores de Chiapas, en una ocasión que lo fui a ver me pidió que lo acompañara a una comida que coincidentemente le brindaban los ejidatarios visitantes del sureste del país, en un restaurante de moda en la colonia Guerrero, que resultó ser de Paquita, cuando todavía no era tan famosa. Ella atendía directamente la caja. El local, con varias salas, estaba sonorizado y un trío deleitaba de mesa en mesa a la clientela. No faltaban los improvisados que les daba por cantar con el trío. Si en el negocio les parecía que lo hacía bien, discretamente hacían que le llevaran un micrófono inalámbrico. De ese modo, informados los anfitriones que yo era de la tierra de Pedro Infante, cuando llegó el trío me pidieron que cantara. Para corresponder a su invitación, pedí que me acompañaran el éxito del momento: “De qué manera te olvido”, de Federico Méndez. Me llevaron el micrófono. Terminando la canción, se acercó Paquita la del Barrio, diciéndome: “Canta usted bien, señor”. Gracias señora, le dije sinceramente.

La tercera, verdaderamente inolvidable, fue una bella flor de la hermosa señora María Dolores Pradera. Jesús Monárrez, informado por amigos de la RCA que la elegante española oriunda de Islas Canarias, estaba en la ciudad de México, concertó una entrevista con ella en el departamento que tenía por Mixcoac, para mostrarle un vals mío, muy para su estilo. Nos recibió amablemente. Jesús me presentó. Le dio un cassette con el tema puesto por los dos, que reprodujo en el equipo de sonido. Al terminar la canción, la señora María Dolores le preguntó a Monárrez quién cantaba. Él le dijo que yo, el autor. “Pero señor mío, si usted canta muy bien”, me expresó amablemente la Pradera, confiándonos, para tristeza nuestra, que hacía dos años había perdido la voz y que, recuperándose a duras penas, pensaba que ya no volvería a grabar. Cosa que, lamentablemente para la canción popular, ocurrió.

El cuarto cumplido, que agradezco, vino de Germán Lizárraga, hijo del legendario Cruz Lizárraga, fundador de la Banda El Recodo. Y fue, precisamente, en el poblado El Recodo, en un festival con motivo a un aniversario del fallecimiento de su padre, que al término de mi estreno de una danza dedicada a su memoria, acompañado por la Banda Los Tejanos de Tepuxta, el mismo Germán me expresó: “Pocos compositores cantan bien sus propias canciones y usted lo hace bien. Lo felicito.” Modestia aparte, también le agradecí su elogio.

*Economista y compositor.

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