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El Huapango de Moncayo

Por domingo 16 de junio de 2013 Un comentario

Por Alberto Ángel “El Cuervo”*

El-Huapango1Año de 1958… Seguramente, yo andaba entre árboles de mango, chicozapote y tamarindo a escondidas de mi mamá… Fantaseando entre la música y la pintura, me sorprendía la luna acostado en alguna banqueta de aquella querida Colonia 18 de Mazo cuando la tarde se escurría entre la ensoñación que me llevaba de la mano al vuelo futurista… Recuerdo haber escuchado a mi padre comentar de muchas cosas que pasaban en el mundo… Por las tardes, gustaba de sentarse en el sillón mecedor a la sombra de los almendros del patio que es una de las sombras más frescas que recuerdo y leer el periódico que llegaba por correo desde la Ciudad de México, de tal manera que las noticias nacionales e internacionales eran conocidas un par de días después de la publicación en aquellos periódicos que yo veía distintos de los locales dado el grosor de los mismos, la cantidad de secciones y páginas diversas… A veces mi padre dejaba acumular, no sé si intencionalmente, varios periódicos que generalmente leía el sábado por la tarde cuando no había fiesta bohemia en la casa… Así que yo le escuchaba comentar noticias no del día o días anteriores sino de prácticamente un mes o dos atrás…

—¡Mira, nada más… Va a estallar la revolución en Francia…!

—¿En Francia… Otra Revolución…?

—Sí, eso dice el periódico… Ya había comenzado en África…

—¿Qué tiene que ver África con la revolución francesa?

—Pues es que Argelia es una colonia de Francia… Y ahí comenzó el levantamiento porque se quieren independizar como Túnez… Acuérdate que hace un año Túnez se independizó de los franceses… Pero ahora ya se les salió del control y también Córcega se levantó en armas…

Así continuó mi padre hablando de los sucesos diversos encontrados en los periódicos… Lo escuché mencionar con sorpresa de una película ganadora de siete de los premios Oscar “El Puente sobre el río Kwai” que esteralizó el británico Alec Guinness el mismísimo Obi-Wan Kenobi de “La Guerra de Las Galaxias”… Supe por su lectura que Brigitte Bardot era considerada la estrella del momento y que el llamado Papa de la paz, Pio XII, había muerto, que Demetrio Vallejo había encabezado el movimiento ferrocarrilero que lo llevaría a la cárcel, que Rafael “El Pelón” Osuna había ganado el campeonato mundial de tenis en categoría dobles mixtos en Suiza y que se había propuesto una moneda latinoamericana y un banco que unificaran a todos los países de América incluyendo a Estados Unidos pero que éste último no terminaba de aceptar las condiciones necesarias para unificar a Latinoamérica en un mercado cambiario común (¿cuáles serían las razones?) todas esas noticias se daban en aquel lejano 1958 cuando no podían encontrar al ganador del premio Nobel de literatura el escritor Boris Pasternak para confirmar su asistencia a Estocolmo en donde recibiría el premio. Todo ello motivado por la censura que el gobierno ruso había puesto sobre el escritor dada la publicación “sin autorización” de la novela “Dr. Zhivago”… El estado consideró esta novela como una acción antirevolucionaria que atentaba contra la ideología del pueblo ruso y expulsó a Pasternak de la Unión de Escritores de la URSS argumentando que Pasternak asumía una conducta “contraria a las tradiciones de la literatura rusa, a la paz y al socialismo”. Esta y muchas otras noticias fueron dadas con gran estridencia en los diarios mexicanos del año en cuestión… Extrañamente, o tal vez deba decir tristemente, la noticia que no mereció ser recordada con relevancia especial fue la muerte de uno de los grandes valores de la cultura de nuestro México: José Pablo Moncayo…

El-Huapango2La primera vez que supe del Maestro Moncayo fue en el Conservatorio. En aquella clase deliciosa llamada “Apreciación Musical”, la maestra nos hizo escuchar, en primera instancia, música de los llamados nacionalistas… Carlos Chávez, Silvestre Revueltas y por supuesto José Pablo Moncayo… La música de los tres grandes maestros del nacionalismo me dejó impactado, pero confieso que la magia se produjo al momento de escuchar por primera vez a mis 16 años de edad, la que ha sido considerada por muchos como la obra más significativa del Maestro José Pablo Moncayo: “Huapango”. Pasaría el tiempo, muchos años… Y en un escenario que tal vez pueda juzgarse opuesto al Conservatorio Nacional de Música, volví a encontrarme con la música de Huapango… Era ya el año de 1976, yo estaba trabajando en un Centro Nocturno (así se llamaban antes los lugares donde había variedad mismos que ahora llaman antros) conocido como “Las Glorias de Baco” o “La Pulquería”… Era un lugar hermoso donde se tenía noche a noche el más diverso público imaginable. Llegaba gente vestida de etiqueta como saliendo de una gala y otros con pantalón vaquero y camiseta como recién salidos de algún taller… Pero el público en general se homogeneizaba alrededor de la música tradicional mexicana que era lo que ahí se escuchaba únicamente. Don César Augusto Molina y Ladrón de Guevara, dueño del lugar, siempre se preocupó por mantener una calidad en el espectáculo y sobre todo por exponer nuestra música, nuestra cultura. Esa noche, me pidió pusiera especial atención a un número que tocaría el mariachi “Nuevo Tecalitlán” Silvestre Vargas hijo… En verdad habían conformado un grupo de extraordinaria calidad y cuando comencé a escuchar bellamente logrado “Huapango” de Moncayo, volví a viajar hasta aquella sesión en mi clase del Conservatorio Nacional de Música… Al terminar de tocarla, la ovación en La Pulquería, fue verdaderamente gigantesca… La gente se volcaba en elogios a nuestra música tradicional y algún parroquiano comentó: “Es música clásica, no de mariachi. No sean incultos…” Yo quise corregirlo, pero no hubo oportunidad en el momento… Después de mi turno en el escenario, el propio camarada me fue a saludar y fue cuando le dije que Huapango, aunque en un arreglo para sinfónica magistralmente escrito por el Maestro Moncayo, bien sabido era que fue la obra, dicho por el propio José Pablo Moncayo, es un arreglo para orquesta sinfónica de tres sones veracruzanos: “El Siquisirí”, “El Balajú” y “El Gavilancillo”… Tímidamente intentó replicar mi comentario pero su compadre ya a punto de copas, lo calló diciendo: “¡Esto es todo… Para que se te quite lo pendejo, compadre, hasta que alguien te puso en tu lugar…!” Intentando suavizar el momento, argumenté que cualquiera podía tener un error pero el compadre entonces dijo: “¡Le estoy diciendo que es música de mariachi, que yo siempre le he escuchado al mariachi esta del huapango y también la de poeta y campesino… Por qué crees que se llama poeta y campesino, pinchi compadre… Pues porque es del campo, de ahí vienen nuestros mariachis…!” De nueva cuenta tuve que decirle al compadre que ahora era él quien estaba en el error porque “Poeta y Campesino” sí era una obra clásica que formaba parte de las célebres Ouverture de Franz Von Supè y que había sido adaptada a la dotación y al estilo del mariachi de manera muy acertada al igual que otra de las oberturas del célebre autor austriaco llamada “Caballería Ligera”. Pero volvamos a José Pablo Moncayo. Uno de los más importantes músicos representativos del nacionalismo. Nace en Guadalajara Jalisco el 29 de junio de 1912 y muere en el mismo mes el día 16 pero del año 1958. Estudiante de la carrera de composición y dirección en el Conservatorio Nacional de Música del que sería Director pasados los años, el Maestro Moncayo fue un vicioso del estudio y la preparación. Su hermano mayor, Francisco, fue quien lo llevó a la búsqueda de la música. Pero su verdadera formación dentro de su emoción nacionalista, la tomó de dos de los grandes: Carlos Chávez y Calendario Huízar. Moncayo, para poder subsistir mientras estudiaba en el Conservatorio, tocaba el piano en bares y cafés hasta que consiguió empleo en la Sinfónica del Conservatorio Nacional que más tarde se llamaría Sinfónica Nacional, y su primer empleo en la orquesta fue como percusionista lo que habla de la preparación integral y absoluta del maestro dentro de la música. Dejó un gran legado en sus composiciones trabajando incansablemente desde 1929 cuando estudiaba aún en el Conservatorio, hasta casi las puertas de la muerte en el año de 1958 cuando escribe Pequeño Nocturno para piano. No obstante la gran cantidad de obras escritas, Podría decirse que a Moncayo se le conoce nacional y mundialmente por básicamente dos de ellas: “La Mulata de Córdoba”, Ópera en un acto estrenada en Bellas Artes en 1948 y por supuesto “Huapango” que fuera lanzada el 15 de Agosto de 1941. Casi a manera de Cábala, muere el mismo mes de su nacimiento con trece días de diferencia. El 16 de Junio de 1958, la vida se termina para ese extraordinario músico icono del nacionalismo mexicano y de quién a duras penas se encontraron algunas notas de su fallecimiento en los periódicos del país que lo vio nacer. Vaya pues, como un homenaje personal, este recordatorio acerca de nuestro gran compositor. La próxima vez que escuche usted, lector que me honra con leerme, en la ejecución de un mariachi el afamado Huapango de Moncayo, sabrá que efectivamente es música tradicional mexicana, sí, pero elevada al rango de composición sinfónica gracias al talento y la preparación del Maestro José Pablo Moncayo, de quien justo este domingo ahora que está usted leyéndolo, se celebra el 55 aniversario luctuoso…. ¡Loa a ti, Maestro Moncayo… Loa a tu inolvidable y maravilloso HUAPANGO!

En el intento de explicarme la razón de que los mexicanos no seamos capaces de valorar tantas cosas bellas y valiosas de nuestro tesoro cultural.

*Cantante, compositor y escritor.

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Un Comentario

  • Fabiola Yolanda Diaz Rozales dice:

    Agradezco infinitamente que compartas con nosotros en este caso la historia del Huapango es realmente bella e interesante, transportandonos a un viaje encantador lleno de historia, cultura y magia en donde nos envuelves hasta quedar atrapados me encanta leerte, gracias por brindarme la oportunidad de hacerlo por éste medio y gracias por la entrega a cada uno de tus artículos son excelentes, cuando se es grande en toda la extensión de la palabra y en todo lo que haces sólo queda agradecer tanto talento en todos los géneros unico e inigualable… Gracias por ser un Gran Personaje mi admiración y respeto por siempre… Gracias

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