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Casas Que Acumulan Historias En Cuernavaca

Por domingo 21 de abril de 2013 Un comentario

Por Carlos Lavín F.*

Casas

Popularmente se ha conocido como “del Olindo” y distorsionando el nombre “del Olvido”, en todo caso sería “de Olindo”, se ubica en el pueblo de Acapantzingo hoy conurbado a Cuernavaca, ciudad donde los emperadores tenían su casa de descanso en el Jardín Borda construido por el minero José de la Borda. De Olindo se han contado muchas historias: Que fue un regalo de Maximiliano a Carlota, pudo haber sido, pero Max no sentía amor por Charlotte Amalie; también se dice que el nombre viene de la evocación del personaje masculino de Torcuato Tasso en su obra Jerusalén Liberada que se enamoró y culpó para salvar a Safronia, pero de ello no existe prueba ni razón ni relación alguna, esta versión no está fundamentada. Casa Olindo tampoco era para los amoríos de Maximiliano con la india bonita, este amor es ficticio, el mito nació de un cuadro de Salvador Tarazona, que representa gallardo a Maximiliano en Cuernavaca observado por una bella indígena. En 1947, Tarazona comía en el restaurante la India Bonita que en ese entonces estaba en la calle de Guerrero, ahí estaba una batea de madera pintada con una “india”, y por los relatos sobre Maximiliano que lo destacaban como un enamorado, nació la idea de este cuadro.

En el año 2003, después de vernos en una boda en Lima, persuadido por mi primo Ángel Camino Lavín con el pretexto del Carnaval, viajamos juntos a Rio de Janeiro donde el reside, en tertulia con amigos cariocas, saboreando caipiriñas, me entero de la existencia de la ciudad de Olinda, y de facto la relaciono con Olindo de Acapantzingo, con el diario brasileño O Globo y con O Rey Pelé y deduzco que es una palabra compuesta y así me lo confirman en esa plática.

Apoyado en lo anterior, investigo que Maximiliano encontraba una gran pasión en viajar, en 1852, aun soltero de 22 años servía a la Armada de su país, viajaba en un buque que hizo parada en Portugal donde se reencontró con su prima la princesa Amelia de Brasil y Portugal nacida en Paris el 1º de diciembre de 1831, hija del emperador Pedro I de Brasil y V rey de Portugal con María Leopoldina de Austria. Maximiliano “se enamoró profundamente” de la princesa con quien se comprometió a finales de ese año, Maximiliano la describe en su diario personal, como una “princesa distinguida, cumplida cómo no se ven muchas”. Ella moriría de tuberculosis en Funchal, capital de la portuguesa isla de Madeira en febrero de 1853 donde se recuperaba, antes de anunciar oficialmente su compromiso. Sus restos están en Rio de Janeiro donde visité su tumba en el Panteón Real de San Vicente de Fora. Esa pérdida pesaría a Maximiliano toda su vida, prueba de ello es un anillo que contenía un rizo de la princesa, mismo que llevaba el emperador cuando fue fusilado en Querétaro en junio de 1867, igual se dice que días antes lo envió a su madre y a punto de ser ejecutado, le escribe: “…un amigo le llevará, querida mamá, junto con estas líneas, el anillo que usé diariamente, con un rizo del cabello de la bienaventurada Amelia de Braganza, como recuerdo para usted”.

Casas2Antes de ser emperador de México, en el mismo 1853, Maximiliano fue a Brasil, única monarquía independiente de América, viajó en su Fragata Imperial Isabel a visitar los lugares que ella frecuentaba. Fue por una temporada, donde estuvo con el emperador Pedro II que pudo ser su cuñado, viendo la prosperidad del Brasil y por las presiones de su suegro el padre de Carlota, aceptaría después ser emperador de México. Para distraerlo de su pena por la muerte de Amelia, en 1854 el archiduque Maximiliano fue nombrado Comandante de la Marina de Guerra Imperial y Real de Austria-Hungría. En 1859, ya casado con Carlota, visitando Funchal, en la isla de Madeira, escribió en su diario, que María Amalia era una “criatura perfecta que dejó este mundo ingrato, como un ángel puro de luz, para volver al cielo, su verdadera patria”, “donde el ángel amargamente llorado dejó la tierra y permaneció por largo tiempo abismado en pensamientos de tristeza y de duelo”.

Fundamentado en estos hechos históricos y en la semántica, llego a la conclusión de que tanto por el amor a su recordada Amelia, así como por el nombre mismo de la ciudad Olinda del Brasil, de belleza paradisiaca, nombre que viene de la expresión portuguesa O Linda, ciudad costera que visitó Maximiliano, fue de donde significativamente tomó el nombre del idioma de su amada para esta casa en el pueblo de Acapantzingo en Cuernavaca, “o lindo”, en español significa precisa y literalmente ”la hermosa”, “la linda” o “lo lindo” como sinónimos. La “o” en portugués denota algo supremo, el nombre ya propio se une en una sola palabra. En julio de 1857 a sus 25 años Maximiliano se casa por intereses familiares al convencer su hermano, el emperador Francisco José de Austria, rey de Hungría y de Bohemia, al padre de Carlota, Leopoldo I de Bélgica entonces el rey más rico de Europa; el matrimonio con un Habsburgo aún sin ser emperador o rey pero de la casa reinante más prestigiosa de Europa convenció finalmente a Leopoldo quien se oponía a ello, no aceptaba que su única hija mujer se casara con un archiduque sin herencia ni estado, él pedía si no un emperador, por lo menos un rey. Pero presionó a Francisco José para que le otorgara a su hermano el título de virrey del Reino Lombardo-Véneto, hasta entonces en dominación austriaca, tranquilizando con ello al desesperado suegro que seguía sin conformarse con el bajo estatus de su amada hija. Por ello, los archiduques Maximiliano y Carlota establecieron su residencia en Milán. Esas relaciones matrimoniales nunca fueron buenas, Maximiliano se apartó de Carlota desde el principio, su amor fue siempre Amelia de Portugal.

Recordemos que los nombres de los lugares se deben a alguna similitud con otro o en honor de algo o alguien, o por una característica natural ahí detectada. ¿Coincidencias? “Cuernavaca, su calor africano y su “lluvia brasileña” que da olor a tierra mojada, era el paraíso para los emperadores, les duró poco, Carlota salió de aquí y pocos meses después ya había perdido el juicio.

Fuente; “FUNDACIÓN”. INÉDITO. Mismo autor; D.R. 2010, © 1001 pp

*Cronista de Cuernavaca.

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Un Comentario

  • Humberto Jaime Torres dice:

    Hola, estoy haciendo un proyecto de investigación sobre la casa del Olindo y quisiera saber si me podrías ayudar mandándome uno o dos títulos de libros si te basaste en alguno, te lo agradecería mucho. Gracias

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