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Querétaro, cuna de la Constitución de 1917

Por domingo 3 de febrero de 2013 Sin Comentarios

Por Teodoso Navidad Salazar*

QueretaroPara Voz del Norte, órgano de divulgación, consolidado como el semanario cultural más importante del noroeste mexicano, es relevante compartir con los lectores, algunas reflexiones sobre la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, promulgada el 5 de febrero de 1917, producto del primer movimiento social armado del siglo XX. En ella se recogieron los más caros anhelos y demandas muy sentidas de un pueblo destrozado por la guerra interna y por ende, con graves problemas de inestabilidad política y social; en ese contexto, los grupos revolucionarios se disputaban el poder. Con frentes de batalla en las distintas regiones geográficas del país, cada una de las facciones revolucionarias consideraba tener la razón, y creía encabezar las aspiraciones sociales, mientras que la intransigencia llevada al límite, costaba miles de vidas de manera inútil, dificultando la llegada de acuerdos que con urgencia, requería la patria.

El 5 de febrero de 1917 no debe recordarse solamente como una efeméride más el calendario cívico; creemos que esos momentos y ese documento histórico, deben motivar reflexiones serias de estudiosos del derecho, así como de estudiantes, maestros y la sociedad toda; juntos, debemos analizar la repercusión, evolución y alcances jurídicos, políticos, económicos y sociales, en 96 años de vigencia de nuestra máxima Ley.

Sin pretender afirmar que la nueva Carta Magna, tenga su origen solamente en el gobierno de Carranza, sí es de justicia reconocer que fue él, quien la impulsó con pasión. En el decreto que expidió con fecha 14 de septiembre de 1916, don Venustiano expuso sus razones para convocar al Congreso Constituyente. De entrada, señalaba, que si el movimiento armado iniciado en 1910, había tenido como bandera central el sufragio efectivo, era determinante que fuese el mismo pueblo quien eligiera a los diputados que habrían de encargarse de elaborar la nueva Ley, que recogiera las aspiraciones de un pueblo que no terminaba por apaciguarse; argumentaba Carranza, la importancia de incluir derechos y obligaciones ciudadanas; las garantías individuales, señalaba, deberían respetarse para dignificar al ciudadano. La intención de Carranza quedaba muy clara en el decreto; deseaba conservar el espíritu liberal de la Constitución Política de 1857, ya que no se trataba únicamente de expedir una nueva Ley, sino de purgar los defectos que la aún vigente, tenía.

Este conjunto de artículos, debía recoger las más puras aspiraciones (nobles) de un pueblo urgido de paz, harto de vivir en zozobra y al capricho de jefes revolucionarios. Era de urgente necesidad terminar con el caos político y social imperante y volver al orden constitucional. Digno es de reconocerse que la visión del primer jefe del ejército constitucionalista y la del Constituyente fueron de largo aliento.

Tres días después de las conmemoraciones de la Independencia nacional en el año de 1916, fue publicada la convocatoria para elegir diputados al Congreso Constituyente que iniciaría su trabajo el 20 de noviembre de ese mismo año. El primer día del mes de diciembre de 1916, se declaró abierto el período único de sesiones del Congreso Constituyente de los Estados Unidos Mexicanos; fue presidido por el diputado Luis Manuel Rojas, y la presencia del encargado del Poder Ejecutivo Federal, don Venustiano Carranza. Largas y difíciles fueron las jornadas del Congreso Constituyente, en la ciudad de Querétaro; hubo de todo: riñas y posiciones muy encontradas; en ocasiones desorden, ya que los integrantes del Congreso pertenecían a diversos grupos políticos. Hay que reconocer que la composición del Congreso Constituyente fue muy plural en todo sentido. Hubo campesinos, agricultores, ferrocarrileros, mineros y militares;1 también entre los 219 diputados constituyentes hubo abogados, farmacéuticos, doctores, periodistas, ingenieros y profesores; pero todos supieron estar a la altura de ese momento trascendental en la vida política de México.

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Se discutieron borradores de lo que serían las reformas a la Ley de 1857 así como los nuevos artículos. Los trabajos se apresuraron en el último mes del año 1916 y el primero de 1917, logrando el histórico acuerdo y, el Congreso Constituyente presentó el documento final.2 Es muy importante destacar que era vital para el país adecuar sus leyes a las nuevas circunstancias, porque el gobierno de México había sido ya reconocido en el nuevo concierto de las naciones. Se requería un gobierno de instituciones, con bases jurídicas sólidas para la creación de un Estado rector, que cumpliera su función como tal y pusiera fin a la anarquía interna, protegiendo jurídicamente ante el mundo como una nación libre y soberana, alejando de una vez por todas, las ambiciones desmedidas invasión de nuestros vecinos del norte, así como de cualquier otra potencias extranjera, como había sucedido en el pasado no muy lejano. El 5 de febrero de 1917, mediante bando solemne se promulgó la Constitución Política Mexicana, en el palacio de gobierno, dándose a conocer al pueblo de México, a través de anuncios fijados en lugares públicos de las comunidades más importantes del país; los periódicos de la ciudad de México, también dieron cuenta a la población de la aprobación de la nueva Ley.

La estrategia de Carranza funcionó, al incluir el Constituyente, entre otras muchas demandas, solución al problema agrario, ya discutido en la Convención de Aguas Calientes, y que no tuvieron alcances jurídicos por no haberlos promulgado el poder legislativo. Estas exigencias campesinas que mantenían en pie de lucha a jefes revolucionarios, aunque lentas, fueron haciéndose efectivas en el transcurso de los años, ello debilitó los movimientos armados regionales; aunque acontecimientos posteriores, como la muerte de muerte de Carranza y la llegada de Obregón al poder hayan sido parte de lo mismo (ambición por el poder), se había dado un paso gigante en la construcción del México posrevolucionario y las bases jurídicas ya estaban sentadas, para avanzar en un contexto de certidumbre, que se reflejó en corto plazo, con la creación de las instituciones que le dieron rumbo y vida política al país.

En homenaje perenne, recordemos a esos 219 diputados que conformaron el Congreso Constituyente, porque gracias a su patriotismo, aportaron lo mejor de sí, para darnos a los mexicanos una Ley General, requerida en momentos cruciales para la república, que estaba urgida de volver al orden constitucional.

1 Muchos de los militares que participaron en como diputados en el Congreso Constituyente, sólo tenían la experiencia adquirida en los campos de batalla.
2 Los trabajos finales para presentar ante la más alta tribuna de la Nación, el documento final, iniciaron el 1 de diciembre de 1916, y concluyeron el 31 de enero de 1917.

*La Promesa, Eldorado, Sinaloa, Febrero de 2013.

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