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Escritores por Ciudad Juárez

Por domingo 9 de septiembre de 2012 Sin Comentarios

“Al principio existía la palabra (…)
todas las cosas fueron hechas por
medio de la Palabra y sien ella no se
hizo nada de todo lo que existe”
(Juan, capítulo 1)

Por Juan Diego González*

Ciudad Obregón, Sonora. Sábado 1 de septiembre de 2012. Sala Audiovisual de la Universidad Tecmilenio. Llegué cuando faltaban dos minutos para las 11 de la mañana. Algo agitado por las prisas, subí las escaleras. Rostros conocidos de alumnos, compañeros de la universidad y sobre todo, amigos escritores, me recibieron. Saludé con la mejor sonrisa y entré a la recién estrenada sala. A esa hora estaba casi llena. La cita era por el II Encuentro de Escritores por Ciudad Juárez.

El espíritu de esta reunión fue hacer una plegaria, a través de la poesía y la música, por la paz en el histórico Paso del Norte (que cambiara su nombre gracias a la estancia de Benito Juárez en la fronteriza población). La poeta Mara Romero, vicepresidenta de Escritores de Cajeme A.C., invitó a una parvada de poetas, narradores, dramaturgos, guitarreros y demás fauna que deambula por esta vida con el arte en la mirada y la poesía en la punta de los dedos.

Tecmilenio nos abrió las puertas de manera generosa y la convocatoria fue todo un éxito. Nos acompañaron escritores venidos de Huatabampo, Navojoa y Hermosillo. Ciudad Obregón se hermanó con más de 126 ciudades en 24 países a través de la Palabra, en una plegaría poética por la paz de Ciudad Juárez. Este acto de rechazo a la violencia se vivió de manera simultánea en diversos puntos del planeta.

El poeta mayor de Cajeme, Juan Manz (Presidente de Escritores de Cajeme A.C.) dijo que era grandioso como la literatura, la palabra escrita, se unía en la voz de todos los participantes para pedir la paz. “Si la literatura se vuelve un herramienta de hermandad, entonces la humanidad todavía tiene esperanza”.

Mara Romero, con voz vibrante y emocionada leyó el manifiesto oficial del evento: “este es un acto que va más allá de la literatura y la creación artística, un encuentro que pretende mover conciencias y despertar la solidaridad de todos los pueblos y ciudadanos del mundo que se quieran unir a esta manifestación contra la violencia y la impunidad”.

Acto seguido, se dio la inauguración oficial con Juan Manz, acompañado por Linda Manzanilla Arvizu, representante del director de Tecmilenio Obregón, Ing. Roberto Soto Soto y la coordinadora general del evento, Mara Romero.

Como maestro de ceremonias, hice la presentación de la primera mesa de trabajo, con las voces de Silvia Roussea, Isidoro Germán Medina, Claudia G. Chávez, Rosario Urías y Francisco Espinoza. Después ocuparon su lugar: María Branchy, Guadalupe Gálvez, Lucía Solís, Abdul Machy y Cristina Murrieta.

Para la tercera mesa, estuvieron Juan Manz, Ismael Serna, Mara Romero, Sandra Mortis y Jesús Martín Mariscal. La esencia de la palabra hecha reclamo y plegaria, se extendió por toda la sala. El público empezó a sentirse envuelto por una magia que sólo se entiende cuando viene de la poesía.

Previo al primer receso para el consabido café, Bruno Pablos deleitó a los asistentes con su ars retorica. Con dos declamaciones hizo sollozar a varios que fueron tocados en el fondo del alma. Por su parte José Luis Ochoa interpretó como tres canciones, al son de la guitarra, que animaron a todos.

Entre comentarios, saludos, sonrisas y café, se fue el receso y llegaron otras voces: Camila Serrano, Irma Lorena Sanabia, Elvia Guadalupe Velázquez, Ramón Balmaceda (Rambal) y Carlos Valenzuela. A ellos le siguieron, Sylvia Manríquez, Christel Álvarez, Steban Klop, Cristina Sainz Sotomayor y Dic Campos. Quienes causaron sensación por su frescura y al mismo tiempo, una fuerza poética punzante fueron Adictos Crew (Juan Navarro) y Denso Uno (Daniel Sánchez). Fueron acompañados por J.E. Noriega y Raúl Caballero.

El cierre llegó con la luz de media tarde. Las paredes de cristal de la sala audiovisual, dejaban pasar el calor de esa hora. Las edecanes Alma Gabriela Quijada, Adelina López y Karen Dayana Iturriaga se encargaron de retirar con eficiencia la mesa de trabajo y habilitar el espacio como un escenario. Primero fue el performance “Seis de seis desbocamientos” con texto y dirección de Armando García Garval e interpretado por un grupo de estudiantes.

El II Encuentro de Escritores por Ciudad Juárez fue clausurado por la lectura dramatizada de la obra de teatro “Para matar el tiempo” original del Premio Nacional de Teatro 2002, Rafael Martínez, quien fue uno de los personajes, acompañado por los actores Armando García Garval y Yareth Calleros. La obra se ubica en el espacio de un avión, el cual por causas desconocidas aparece en el desierto de Juárez, y cada vez que aparece, los cientos de muertos también se aparecen en las casas de sus asesinos. Obra fantástica que se recrea en hacer evidente el dolor de la violencia en la ciudad fronteriza.

El convivio final fue en la cafetería del campus de la universidad y mientras los escritores degustaban una excelente comida, la alegría caminó entre las mesas y provocó que las burbujas de las sodas salieran entusiasmadas para acomodarse a un lado de los cubiertos.

*Escritor y Docente de Ciudad Obregón, Sonora.

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