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TÉOFILO ÁLVAREZ ÁLVAREZ BORBOA “Supo mandar, porque sabía obedecer”

Por domingo 27 de mayo de 2012 Sin Comentarios

Por Óscar Lara Salazar*

Hubo un general de división sinaloense que dejó honda huella por su ejemplo de honradez, vocación justiciera y compromiso social. Como huía de toda propaganda no le interesaba la política. Tuvo oportunidad de ser gobernador de Sinaloa; pero eso no lo inquietó ni le hizo cambiar de manera de ser. Ese fue el General Teófilo Álvarez Borboa.

Nació en el pueblo de Higueras de los Monzón, municipio de Badiraguato, el 8 de enero de 1888. -a su muerte se le impondría el nombre de Higueras de Álvarez Borboa. Allí pasó sus años de infancia.

La educación primaria la cursó en su solar natal. Una vez terminada esa etapa, y habiendo alcanzado las más altas calificaciones, se le otorga una beca por parte del gobierno del Estado para que se fuera a México a estudiar a la Escuela Nacional de Maestros. Un movimiento estudiantil hizo estallar una huelga en Escuela Nacional de Maestros y fue en el marco de la efervescencia surgida de este movimiento, que junto con un grupo de compañeros normalistas, Teófilo Álvarez se incorporó al ejército del Noroeste, cerca de Mazatlán, se afilió al Plan de Agua Prieta, que desconoció a Venustiano Carranza.

El general Juan de Dios Bojorquez, constituyente de 1917 y compañero de armas de Álvarez Borboa, nos relata en una crónica los avatares en los inicios de la revolución “nos tocó salir de esta capital (cd de México), en el mismo tren y a las órdenes del mismo jefe hacia el norte, cuando el general Obregón iba a enfrentarse al temible Pancho Villa. En el 20º Batallón de Sonora, que mandaba el general Yaqui Lino Morales, el puesto de pagador lo cubría Teófilo Álvarez, y yo era el jefe del detalle. Vivíamos en un coche expreso: una mitad servía como pagaduría y habitación del  pagador; la otra mitad la ocupaba yo, con el detalle. Un tercer “yori” figuraba en el veinte.

“Los miembros del ejército salidos de las escuelas nos reuníamos frecuentemente a la hora del vivac, con los estudiantes que formaban parte de los generales Obregón, Diéguez, y Hill, Laviaga y algunos más. Eran juntas informales en que se discutía de todo, pero frecuentemente sobre el programa de la propaganda de nuestras ideas que verificamos en jardines públicos.

“Durante los combates de Celaya, así como la larga lucha en los campos de Trinidad, frente a León, el general Lino Morales que había observado la conducta y las facultades guerreras de Teófilo Álvarez, lo escogió como su jefe de Estado Mayor, obteniendo que se le reconociera el grado de teniente coronel, que le correspondía por mérito en campaña. Así fueron después todos los ascensos de Teófilo y llegó hasta el grado más alto en el escalafón militar, general de división cuando sus hechos de armas pasaban de ciento cincuenta.

El mejor amigo de los yaquis

Fue jefe de varias comandancias militares y presidente del Tribunal Militar. Teófilo Álvarez fue un jefe muy querido de los yaquis.

Después de Lino Morales, quien le guardó las mayores consideraciones, fue José Amarillas segundo en mando del 20º Batallón, un jefe que lo distinguió. Todos los yoremes tenían gran simpatía por el general Álvarez Borboa Su ascendiente entre la indómita tribu fue muy grande y en los últimos años nadie podía considerarse con mayor influencia en los pueblos del Yaqui, especialmente en Estación Vícam, donde estaba el cuartel general.

La amistad del general con los “yoremes” había nacido en las campañas del bajío y se sostuvo cuando vino la pacificación definitiva de la tribu en el Valle del Yaqui. La personalidad del distinguido profesor normalista, era ser subordinado y cumplido con sus superiores, y, cuando se trataba de actuar como jefe, podía hacerlo con tino y seguridad, en una palabra como dicen ahora, no le temblaba la mano para tomar las decisiones del tamaño que fueran.

Enemigo de los enervantes

Fue también comandante de la zona militar con asiento en Mazatlán. Aquí merece un comentario especial dado que Álvarez Borboa fue enemigo jurado de la siembra de enervantes. El sostenía que la guerra debía abrirse contra la siembra porque si no había siembra no había tráfico. Fue en la década de los cincuenta cuando el general estuvo al frente de la comandancia de la zona militar en Mazatlán, por ese tiempo era muy común la lucha contra la siembra y el tráfico de las drogas, sin embargo, era convicción personal del general mantener una batalla frontal contra este fenómeno que ya empezaba a agarrar vuelos.

Fue por esta época cuando mantuvo en Badiraguato un fuerte destacamento del ejército con el propósito de atacar con toda energía la siembra del enervante, pero a su vez, con el personal del ejército, a barra y pala abrió la primer carretera que comunicó de la capital del Estado a Badiraguato, sabedor que las comunicaciones eran indispensables para llevar el progreso y ofrecer alternativas de desarrollo a la gente de las zonas de los altos.

El fin y una misión cumplida

Aunque nunca demostró mayor interés por la política, como afirma el general Bojórquez, fue llamado a colaborar en el gobierno del general Lázaro Cárdenas, en la Secretaría de Gobernación como oficial mayor.

Posteriormente, el presidente don Adolfo Ruiz Cortines, le pide que acepte la candidatura para el Senado de la República, que distintos sectores sinaloenses le proponían. Así fue como se convirtió en senador, y desde ahí, desplegó un ambicioso plan de gestión para la construcción de escuelas, clínicas, sistemas de agua potable, electrificación, entre otras, y fue precisamente, siendo senador de la República que muere el 25 de febrero de 1962.

El Senado le tributó un homenaje a la altura de su rango y trayectoria. Lo mismo hizo la Secretaría de la Defensa Nacional. Su cuerpo fue trasladado para darle sepultura en el Panteón Español, donde el senador Salazar dirigió un emotivo mensaje “hay un pensamiento en que se define al hombre recién fallecido: Supo mandar, porque sabía obedecer…” y si se buscan tres palabras –dijo el general Bojórquezpara definir como fue Teófilo Álvarez Borboa, su vida quedaría sintetizada así: modestia– integridad-rectitud.

El 8 de enero de 1987, el municipio de Badiraguato, en reciprocidad a su ejemplar figura, traslada sus restos del Panteón Español de la ciudad de México al monumento de la Rotonda de los Hombres Ilustres del municipio, que vale decir, se inaugura con el depósito de sus cenizas en este espacio reservado para los hombres que dan renombre a este pueblo.

El general Teófilo Álvarez Borboa descansa donde el siempre deseó que sus restos reposaran: su tierra natal.

*Diputado Federal/Cronista de Badiraguato.

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