Por José Sabás de la Mora*
Un amplio cielo en que la luz fulgura
parecióme la vida a los quince años;
soñé con la poesía y mi alma pura
ascendió por los fúlgidos peldaños.
Canté de mis amantes la hermosura
creí vencer al ritmo en mis amaños;
mas vana mi labor flébil y obscura
se estrelló contra inmensos desengaños.
Hoy sólo sueño en lo interior del alma.
He renunciado a merecer la palma;
mas oigo a veces que mi numen grita
Y me apostrofa débil y cobarde
porque siente que bulle y se encabrita
viril el pensamiento que en mí arde
*Publicado en Voz del Norte el 18 de mayo de 1904, dedicado a Celedonio Junco de la Vega