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Remedios Varo, olvidada injustamente

Por domingo 17 de julio de 2011 Un comentario

Por Faustino López Osuna*

Remedios Varo, una de las más extraordinarias pintoras surrealistas del mundo, permanece en el olvido, pese a que Walter Gruen, de origen austriaco, con quien casó en segundas nupcias en 1952, donó sus obras en el año 2000 al Museo de Arte Moderno de México, declaradas monumento artístico mexicano el 26 de diciembre de 2001.

María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga, su nombre completo, nació el 16 de diciembre de 1908 en Anglés, Gerona, España. Siendo atraída desde niña por la pintura, alentada por su padre, ingresó, en 1924, a la edad de 15 años, a la Academia de San Fernando, en Madrid. Al finalizar su preparación académica, contrajo matrimonio con uno de sus compañeros de estudio, Gerardo Lizárraga, con quien partió a París, Francia, durante un año. A su retorno a España en 1932, se establecieron en Barcelona, donde, para tener un ingreso económico, Remedios ejerce el oficio de dibujante publicitario, actividad que la atará durante 23 años. Todo ese tiempo trabajará de ilustradora entomológica para la empresa Bayer.

En 1935 Remedios Varo se separó de su primer esposo. Conoce al pintor Esteban Francés, quien la introduce al círculo surrealista de André Breton, integrándose al grupo Logicofobia, que pretendía representar los estados mentales internos del alma, utilizando formas sugerentes de tales estados. Sin usarlo como bandera, lo que Remedios Varo y artistas vanguardistas parisinos proponían contra la enajenación del arte, Segismundo Freud y su grupo de Viena lo hacían en el psicoanálisis, que tanto irritó a Adolfo Hitler y dictadores de su tiempo. De ahí su persecución.

Durante la guerra civil española, Remedios Varo optó sin la menor duda por el bando republicano. En ese periodo y gracias a su activo respaldo a los artistas antifascistas, conoce al poeta Benjamín Péret, con quien establece una intensa relación amorosa, partiendo de nuevo a París, donde residirá hasta la invasión nazi. En 1941, la pintora y el poeta abandonan Francia, ya ocupada por Alemania, y emigran a México, donde, gracias a la política de apoyo humanitario a refugiados, del presidente Lázaro Cárdenas, se naturalizan mexicanos. En 1947, Remedios Varo se separa de Benjamín Péret. Éste retorna a París, liberado por los aliados, y ella parte a Venezuela como integrante de una expedición científica del Instituto Francés de América Latina, IFAL, prosiguiendo en el país suramericano su brillante trabajo de ilustradora de carteles publicitarios y para el instituto de malariología venezolano. En 1949, Remedios Varo retorna a México y en 1952 contrae matrimonio con Walter Gruen, con quien permanece hasta el final de sus días.

Fue Gruen quien, admirado de su inmenso talento creativo, convence a Remedios Varo abandonar sus labores comerciales para consagrarse totalmente a la pintura. Aunque desde 1935 iniciara su obra con El Tejido de los Sueños prosiguiendo en 1942 con Gruta Mágica, no fue sino hasta 1955, cuando contaba con 47 años de edad, cuando Remedios Varo presentó al público sus trabajos en una primera exposición colectiva, en la galería Diana, de la ciudad de México, seguida, el siguiente año, 1956, de su primera exposición individual.

Durante su larga estancia en México, Remedios Varo conoció y trató personalmente a artistas como Frida Kahlo y Diego Rivera y a enormes intelectuales como Octavio Paz, pero estableció nexos más fuertes con otros creadores en el exilio, en particular con la también pintora surrealista Leonora Carrington, recientemente fallecida, rescatadas ambas por la extraordinaria pluma de Elena Poniatowska, en su novela Leonora.

Remedios Varo, pintora surrealista hispano-mexicana, murió de un paro cardiaco, a los 55 años de edad, el 8 de octubre de 1963, en la ciudad de México, olvidada hasta por el Pequeño Larousse Ilustrado.

Insólitamente, en el mismo año 2001, en que sus obras fueron declaradas monumento artístico mexicano, en lo que se considera “un extraño movimiento judicial”, la española Beatriz María Varo Jiménez, sobrina de Remedios y también pintora, quien vivió felizmente en el gobierno franquista sin importarle la suerte del exilio de su tía, por dictamen avalado por las jueces María Margarita Gallegos López y Rebeca Pujol Rosas, es declarada por el Juzgado Décimo Tercero de lo Familiar en el Distrito Federal, como única y universal albacea de la sucesión de bienes de Remedios Varo.

En marzo de 2005, el Instituto Nacional de Bellas Artes apela el dictamen, el cual se suspende temporalmente en lo que las instancias más competentes revisan el extraño caso. Por lo que se ve, la súbdita de la realeza española y heredera de los conquistadores que a partir de 1492, a sangre y fuego, se robaron todo el continente, viene a cometer un nuevo despojo “legal” al pueblo de México, reclamando para sí la obra magistral de Remedios Varo.

*Economista y compositor.

 

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