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Guernica… Dolorosa maravilla

Por domingo 17 de abril de 2011 Un comentario

Por Alberto Ángel El Cuervo*

Las calles de Madrid, siempre guardan emociones muy diversas… Y recorrerlas al lado de mi hijo, aumenta la magia de manera muy bella. Después de la obligada visita a las callecitas cercanas a Puerta del Sol… Unos callos a la madrileña exquisitos, un rabo de toro de chuparse los de­dos y un tinto uva toro aderezado con la buena charla de mi estimado amigo Benito, dueño de La Sidrería, son siempre la manera perfecta de vivir Madrid… “Hasta pronto, Benito y muchas gracias por tus atenciones como siempre” “Nada, hombre, qué agradeceis… Y mirad, ojalá que podais llegar a mi cumpleaños, ya iré refrescando un par de botellitas de una buena uva toro…” La caminata, nos lleva a la estación de Ato­cha, donde después de un buen expresso en el Samarkanda y su jardín botánico, visitamos el monumento que se hizo den­tro de la estación a las víctimas del bombazo de Atocha… La lista de todos los nombres de los caídos está en una cúpula a la que se puede ver desde abajo dentro del monumento mis­mo… Una tenue luz que filtra la cúpula misma, da un aire de solemnidad y emoción acorde al trágico evento recordado… “¿Vamos a ver el Guernica?” propone mi hijo… Motivados por esa atmósfera, cruzamos la calle para entrar en la plaza don­de se encuentra el Museo Reina Sofía… Y una vez dentro, nos dirigimos directamente a la sala donde está esa obra mural de Picasso: Guernica. La primera vez que estuve frente a esta obra magnífica, estaba situada en uno de los salones pertenecientes al Museo Del Prado, en el llamado Casón del Buen Retiro… Años después, concretamente en el año de 1992, fue trasladado al Museo Reina Sofía. A decir verdad, ver el Guernica en el Casón del Buen Retiro, era mucho más adecuado, la distancia era perfecta para contemplarlo en toda su dimen­sión… Ahora, en el Museo Reina Sofía, es imposible contem­plarlo así, ya que la sala le queda corta. Pero de cualquier for­ma, es impresionante… Fue pintado el Guernica, en memoria del bombardeo a la ciudad de Guernica durante la guerra civil española… Picasso lo pintó por encargo de la República Espa­ñola para ser expuesto en el pabellón español de la Exposición Internacional de 1937 en París para ganar adeptos internacio­nales para la causa republicana. Al triunfo de Franco, Picasso decidió darlo en custodia al Museo de Arte Contemporáneo de New York hasta que la democracia fuera de nuevo instau­rada en España. El Guernica de Picasso, ha sido motivo de grandes polémicas como casi toda la obra cubista de Picasso, sin embargo, es considerada como una de las grandes obras de arte del siglo XX y desde luego, también un verdadero ico­no de nuestra época que simboliza los terribles sufrimientos que padece la humanidad debido a las guerras. “La pintura no está hecha para decorar habitaciones. Es un instrumento de guerra ofensivo y defensivo contra el enemigo” Esas pala­bras, dichas por Pablo Picasso, cuyo nombre completo fue: Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno Ma­ría de Los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Ruiz y Picasso, encierran todo el dramatismo impactante que el Guernica tiene y proyecta sobre todo aquel que lo contem­ple… Podrá quien sea no gustar del cubismo de Picasso aun­que haya marcado de manera definitiva toda una época de la historia del arte universal, pero algo que nadie puede hacer, es sustraerse al impacto con que el Guernica envuelve el alma al estar ahí de frente donde ahora estábamos mi hijo y yo… Es un cuadro de muy grandes dimensiones, por lo que ha sido considerado también como arte mural. Es el Guernica un óleo sobre lienzo que mide 3:50 X 7:80 metros. Dada la temática, Pablo Picasso utilizó solamente negro y blanco logrando unas tonalidades grises verdaderamente geniales. No obstante que el cuadro es inspirado en el bombardeo a la ciudad del mismo nombre, no hay una representación real. Más bien es un cuadro simbólico. La lectura espacial del cuadro, puede darse en dos estructuras: Un tríptico donde el panel central tendría el caballo agonizante, el del lado derecho la casa en llamas debido al bombardeo y del lado izquierdo la mujer con el hijo muerto. La otra lectura, se da en triángulos en el centro y como uno de los triángulos más importantes, tendríamos al guerrero muerto en la base teniendo como vértice la lám­para. Asimismo, Picasso maneja nueve símbolos en la obra: seis seres humanos y tres animales. Hay un toro que según el propio artista simboliza brutalidad y obscuridad. Madre con hijo muerto abajo del toro que simboliza según algunos crí­ticos Madrid sitiada bajo las fuerzas de Franco. Paloma, que simboliza la paz rota. Guerrero muerto… la bombilla, que algunos interpretan como el avance tecnológico y científico que lo mismo sirve que destruye… El caballo, a punto de caer herido atravesado por una lanza… La mujer arrodillada que se acerca al caballo a punto de caer con una hemorragia que no puede contener… La mujer del quinqué, que se interpreta como alegoría fantasmagórica de La República perdida en es­tado de shock… Y por último la casa en llamas, que simboliza la destrucción de la patria. Se conservan los bocetos previos a la realización del cuadro, o mural, como quiera que se le con­ceptualice aunque, insisto, el lugar que tenía en el Casón del Retiro, era ideal… “¿no era mejor el otro sitio, hijo?” “Te creo, papá, pero no me tocó a mí verlo en la otra sala… Por qué no intentas disfrutar de esta perspectiva que te da una distancia más corta… Distinta…” Hoy, mi hijo salió del hospital allá en Basel, Suiza… Y prepara su nueva exposición… Pero eso ya será tema de un nuevo artículo cuando hable de él como par­te de los nuevos talentos de la plástica mexicana en Europa… Así, emprendí el regreso disfrutando de la charla con mi hijo acerca del Guernica, dolorosa maravilla del arte pictórico.

*Cantante, compositor y escritor.

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