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El tren del Chepe, medio siglo de surcar las sierra y las barrancas en la ruta Chihuahua-Pacífico

Por domingo 9 de enero de 2011 Sin Comentarios

Comunicado de CONACULTA

***Fue inaugurado en 1961 y recorre la sierra Tarahumara y las imponentes Barrancas del Cobre,
cuatro veces más grandes que el Cañón del Colorado en Estados Unidos

Considerado uno de los recorridos turísticos de mayor majestuosidad de nuestro país, la ruta de ferrocarril Chihuahua-Pacífico cuenta desde hace décadas con un bólido de color rojo y amarillo que se encuentra ya establecido en la cultura de los lugareños. El Chepe, uno de los trenes prin­cipales que mantiene vivo el recorrido por esta ruta que abarca cientos de kilómetros, cumple en este 2011 su primer medio si­glo de existencia y de abrirse camino en los paisajes de la Sierra Tarahumara y las imponentes Barrancas del Cobre, cuatro veces más grandes que el Cañón del Colorado en los Estados Unidos.

Numerosos recuerdos se han tejido a bordo del Chepe y mu­chos abuelos y padres que desde 1961 vivieron la experiencia de viajar en uno de sus vagones, han regresado con sus hijos y nie­tos para que conozcan una de las rutas ferroviarias consideradas obra maestra de la ingeniería mexicana, abarcando 37 puentes que ofrecen algunos de los paisajes más memorables de la región, además de cruzar a través de cerros y montañas por 86 túneles que se deben al esfuerzo de dos generaciones de constructores.

En 1998, se inició por parte de Ferrocarriles Mexicanos la re­modelación de su flota de coches comedor, coches bar y coches de pasajeros, por lo que el Chepe fue acondicionado con los más modernos sistemas y mobiliario que hacen mucho más confor­table el recorrido. Los pasajeros pueden hoy visitar este hermo­so corredor turístico del norte de México en la comodidad de un asiento reclinable, con aire acondicionado y calefacción, servicio de alimentos y bebidas.

En el Chepe el turista puede hacer uso de dos servicios, el de Primera Express y el de Clase Económica, en el primero las sali­das son todos los días del año, de Chihuahua a los Mochis y de los Mochis a Chihuahua a las 6 de la mañana, llegando a su destino final alrededor de las 10:00 p.m.

El tren se detiene para ascenso y descenso de pasajeros en los principales puntos turísticos: Cuauhtémoc, Creel, Divisadero, Po­sada Barrancas, Bahuichivo/Cerocahui, Témoris, El Fuerte y Los Mochis, Haciendo una parada de 15 a 20 minutos en Divisadero para admirar las Barrancas. Cada uno de los trenes se componen de dos a tres coches para 64 pasajeros, comedor con menú a la car­ta y coche bar, cada uno, con amplios sanitarios con sistema ecoló­gico. Los coches cuentan con servicio de porteros durante todo el trayecto para dar atención a los pasajeros. No menos atractivo, el servicio de clase económica con capacidad para 68 pasajeros, rea­liza el recorrido de Chihuahua a Los Mochis a las 7 de la mañana los lunes, jueves y sábado, retornando martes, viernes y domingo.

Al igual que el servicio express, este tren cuenta con asientos reclinables y se detiene en todas las estaciones de la ruta para ascenso y descenso de pasajeros, haciendo una parada turística en Divisadero. Entre las estaciones turísticas que recorre el Che­pe se encuentran las tradicionales Cuauhtémoc, Creel, Posada Barrancas, Bahuichivo, Cerocahui y El Fuerte, donde se ofrecen numerosos recuerdos de los artesanos locales. Es importante mencionar que en la ruta Chihuahua-Pacífico que va de Ojinaga a Topolobampo, el tren recorre un total de 900 kilómetros, llegan­do entre el tramo de Creel y Divisadero a una altura aproximada de 2 mil 400 metros sobre el nivel del mar.

Está de más mencionar que el Chepe ha inspirado muchos pa­sajes de novelas, cuentos, poemas, dibujos y cuadros de artistas tanto locales como de otras regiones y países, tan sólo recordar el video realizado por la cineasta Viviana Alessi en 2005 donde daba cuenta de la vida cotidiana a bordo del tren y la manera como transformó la vida de las diversas regiones que recorre, promoviendo en los años sesenta y setenta el comercio y poste­riormente el acercamiento cultural.

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